Tras anunciarse dos semanas de cuarentena radical por el aumento de contagios de COVID-19, empresarios de Ciudad Guayana perciben un retroceso económico comparable al inicio de pandemia luego del anuncio de la prórroga de la cuarentena radical debido al aumento de casos de COVID-19 en la región.
“¿Cómo son las dos semanas? pues nos terminan de matar”, comenta Ricardo Lobina, dueño de una cafetería, quien señala que el esquema del 7×7, implementado por el Ejecutivo nacional, tampoco incide en la recuperación toda vez que persiste la escasez de combustible, obstaculizando la movilidad.
Lobina dice que la cuarentena y las limitantes de tiempo para operar solo generan mayores aglomeraciones en los locales, además que los impuestos y servicios siguen en aumento, mientras ellos tienen menos oportunidad de trabajar. “Por un local de 15 metros cuadrados estoy pagando 80 millones de bolívares de luz”, puntualiza.
“Estamos quebrados (…) la mayoría de los negocios está sobreviviendo con deudas”, lamenta. “La cuarentena radical yo le he puesto el nombre de selectiva porque el centro de San Félix abre (…) Traki y Daka no han cerrado, para mí es selectiva porque no aplica para todo el mundo”, agrega el comerciante.
Lobina insistió que el aumento de los contagios se originó por los carnavales y no por el incumplimiento en las medidas preventivas del sector privado, por lo que considera que deben darle la oportunidad de trabajar todos por igual y con horarios más extensos.
Volver al principio
Pese a la modalidad 7 por 7, en el estado Bolívar se han tomado medidas de cierre desde el 8 de marzo cuando inició una semana de radicalización, posterior a eso, el 14 de marzo se informó de una “flexibilización parcial limitada” que quedó solo en el nombre, debido a que nada más permitieron abrir a sectores prioritarios. El último anuncio fue el domingo 21 de marzo donde se decretaron dos semanas continuas de cuarentena radical.
Marielis Córdoba, propietaria de un local de repuestos para el sector agrícola, opina que las nuevas restricciones remontan al principio de la cuarentena en la que aplicaron mayores medidas restrictivas.
Sostuvo que ante las restricciones durante todo el 2020, en su empresa se vieron obligados a despedir parte del personal. “De mantenerlos tendría que cerrar”. El anuncio de cierre por dos semanas solo aumentó sus nervios e incertidumbres a nivel económico. “Los gastos obligatoriamente he tenido que reducirlos, porque no se está produciendo igual que antes”.
Córdoba no abrió su negocio esta semana. Aunque entiende que las personas deben cuidarse del COVID-19, la radicalización de la cuarentena por 14 días no le parece oportunas a nivel económico por las limitantes que el esquema 7 por 7 causaba. “Es pura perdida”, insiste.
Agregó que, cumpliendo con las medidas de bioseguridad en los establecimientos, deberían permitirles trabajar a todos los sectores.
Piden mayor diálogo
Desde que inició la cuarentena, en marzo del año pasado, gremios regionales y nacionales han insistido en que las medidas gubernamentales son ineficientes.
De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en su informe Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe para el cierre del 2020, Venezuela tendría una caída del 30% del producto interno bruto, algo que para este 2021 parece no revertirse.
José Alfredo Olivo, presidente de Fedecámaras Bolívar, declaró que las cuatro semanas que se cumplirán sin trabajar, terminarán de agravar la condición de los privados. “Las empresas están cerrando definitivo… han pasado del cierre técnico, al cierre definitivo porque no aguantan”, alertó.
La paralización por la pandemia mermó la actividad económica de sectores como el turismo y construcción, los cuales ya venían operando en mínimas condiciones. Olivo sostiene que las medidas bajo el 7 por 7 afectó incluso a sectores prioritarios como alimentos, por la caída del consumo.
“Nosotros como gremios no vemos con buenos ojos el divorcio que el Estado tiene en cuanto a lo que le está pasando a la empresa”, expresó Olivo. Recriminó el poco acercamiento de autoridades regionales y nacionales con los gremios y el aumento de los cobros de impuestos y de servicios como electricidad, incluso cuando la mayoría de las empresas no están operando.
El presidente de Fedecámaras Bolívar indicó que hubiese sido oportuno una reunión entre autoridades y gremios para discutir fechas como el carnaval y recriminó que las decisiones se siguen tomando unilateralmente. “Eso le quita valor a cualquier plan, decisión, programa que se pueda aplicar en el país”, manifestó.
“A mí me parece que los gobiernos (alcaldías, Gobernación) están viendo las empresas como solo aquel que produce impuestos, no importa si genera empleo o no genera empleo, no importa si genera el servicio o producto, lo que importa es que ellas paguen sus impuestos”, lamentó Olivo.
“Estos gobiernos (alcaldías, Gobernación) están ayudando al cierre definitivo de las empresas en nuestra región porque cada día hay más impuestos que pagar, más servicios que pagar y de mala calidad”, sostuvo. Las compañías tienen responsabilidades de pago de alquiler y pagos al Estado donde no hay ayuda al privado y que con las medidas regulatorias de las autoridades solo le da mayores espacios a la informalidad, recriminó.
Aunque el confinamiento sirve para controlar la pandemia, consideró necesario buscar un equilibrio. “Intentemos que las empresas sobrevivan en tiempos de pandemia (…) las empresas también generan vida, va a haber un momento donde no va a haber empleo y eso genera hambre, miseria y eso también va a generar muerte”, indicó.