El sector aluminio venezolano, liderado por las empresas reductoras Venalum y Alcasa, cierra el 2021 con 145 celdas electrolíticas activas, de las más de 1.301 que tenía hasta hace poco más dos años, antes del apagón nacional de 2019, que terminó de paralizar las apenas 73 celdas que estaban operativas en ese momento.
Venalum, desde 2019 hasta la fecha, ha reactivado las únicas 145 celdas activas de la industria del aluminio: 90 en la V línea y 55 celdas de tecnología P-19 en línea I. Esta estatal contaba hasta mayo del presente año con 905 celdas operativas, por lo que la producción ronda el 16%.
De acuerdo con una fuente dentro de planta, que prefirió mantener su nombre bajo reserva, la estatal finalizará el año 2021 con una producción de 38.340 toneladas de aluminio primario, 8,9% de su capacidad instalada (430 mil).
El trabajador comentó que en Línea I se espera la reactivación de 40 celdas más en enero de 2022, mientras que planifican que, durante febrero y marzo, puedan reactivar 90 celdas en la quinta línea. Señaló que la reactivación de las celdas se ha dado con los recursos propios de la empresa, ya que no ha habido inversión por parte del Estado para la recuperación de la planta.
Con menos capacidad instalada
Pero la paralización de las celdas en 2019 no fue el último ni más duro golpe que recibieron las dos estatales del aluminio. Entre noviembre de 2020 y julio de 2021, el Gobierno nacional desarmó celdas reductoras para la supuesta instalación de celdas con tecnología V-350 y un laminador.
El expresidente del Sindicato de Trabajadores Profesionales de Venalum, Manuel Díaz, señaló que en esa empresa fueron desarmadas 49 celdas P-19 con el pretexto de que eran obsoletas, cuando estas eran perfectamente recuperables para aumentar la producción.
Al inicio, la promesa de la compañía era desmontar 360 celdas P-19 para instalar tecnología V-350. La medida contó con la aprobación del ministro de Industrias de ese momento, Tareck El Aissami, del presidente de la Corporación Venezolana de Guayana, Pedro Maldonado y del presidente de la estatal, Wolfang Coto, pero tras iniciar trabajos de desarme y que se publicaran fotos y videos, todo se paralizó sin explicación alguna.
Aunque el daño no fue tanto como en un principio estaba planteado, la estructura de 49 celdas fue fundida y vendida, denunció Díaz. “Las mataron, a esas celdas las mataron”, lamentó. De acuerdo con el dirigente, hasta ahora no ha habido una investigación por el desarme de esta propiedad del Estado.
Diaz recriminó que Venalum haya utilizado el pretexto de que las celdas P-19 eran obsoletas y al mismo tiempo, estén arrancando celdas de este tipo, lo que desmiente la versión oficial. “Después que dijeron que no servían las P-19, 55 celdas le están sacando la patas del charco a estos bandidos (…) ¿Quién paga el daño del desarme?”, preguntó.
Alcasa en cero
Lo que padece Alcasa es aún peor. Desde marzo de 2019 no produce un gramo de aluminio primario. Sus 396 celdas fueron desmanteladas a finales de 2020 bajo el argumento de que instalarían un laminador -incompleto, quemado y averiado- de la inconclusa Serlaca, pero hasta ahora todo ha sido promesas. “Eso es algo ficticio, porque allí no se ve nada”, dijo un trabajador dentro de planta.
“Eso sigue siendo un espejismo, yo siempre dije que era imposible instalarlo”, expresó el secretario de Trabajo y Reclamo del Sindicato de Trabajadores de Alcasa, Henry Arias. “Todo fue una excusa para demoler las líneas III y IV”.
En cuanto al laminador Clesim Cosim, Arias afirmó que, aunque estuvieron haciendo trabajos de recuperación, este equipo no está operativo y cumple más de cuatro años paralizado. Consideró que el laminador Hugo Chávez Frías está trabajando a menos de un cuarto de su capacidad, y se ve limitado por el escaso aluminio que envía de Venalum.
Por otro lado, los precios del aluminio se han mantenido por encima de los 2.500 dólares la tonelada, precio que no puede aprovechar la industria nacional por falta de producción y luego de años de corrupción, mal manejo y desinversión en las industrias del aluminio.