Este viernes fue detenida por la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol), Jenny Lorena Rosales, tras determinarse su vinculación en la captación de jóvenes a través de la Agencia Sambil Model para posteriormente explotarlas sexualmente, según la información publicada en Twitter por el fiscal general Tarek William Saab.
El fiscal expresó que Rosales captaba jóvenes para luego entregarlas a la banda delictiva de el Negro Fabio que opera en El Callao, al sur de Bolívar. La mujer fue apresada en el aeropuerto Simón Bolívar cuando pretendía viajar a República Dominicana.
De acuerdo con la información publicada por Saab, la orden de aprehensión fue emitida por el Ministerio Público el jueves 22 de abril por los delitos de trata de personas y asociación para delinquir.
La agencia Sambil Model tiene más de 15 años organizando concursos de belleza. La marca está afiliada al grupo Sambil, reconocido sobre todo por sus centros comerciales a nivel nacional y su constructora. En el concurso han participado modelos venezolanas reconocidas a nivel nacional.
Explotación sexual en las minas
Aunque el caso de Rosales apenas comienza, lo que dificulta establecer responsabilidades, lo cierto es que las minas al sur de Bolívar es una de las regiones donde las mujeres son las más afectadas por la trata de personas.
Con la creación del Arco Minero del Orinoco en 2016, la agudización de la emergencia humanitaria compleja y el crecimiento de los grupos armados, el territorio se convirtió en un espacio donde las mujeres quedan a merced de la violencia y la explotación sexual, sin seguridad o garantías de protección por parte del Estado.
En julio de 2020, la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh), Michelle Bachelet, alertó el aumento en los índices de prostitución y explotación sexual en las minas desde 2016.
Documentaba que incluso las niñas y adolescentes se veían afectadas por este problema. “La prostitución se organiza ya sea en pueblos cercanos o dentro de las zonas mineras en las llamadas currutelas, que son barracones construidos con tablones”.
Aunque en el documento no se profundizó debido a que era una investigación que estaba iniciando, organizaciones de derechos humanos en el país han logrado un importante avance en la documentación de estas violaciones.
Según el Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) en su informe: De lo laboral a lo sexual: formas de esclavitud moderna en el estado Bolívar, publicado a principios de 2021, 74% de las víctimas de explotación laboral y sexual son mujeres, y un tercio de la cifra son niñas y adolescentes.
En dicho documento se expuso que cuando la trata de personas no se realiza al extranjero, mayormente se da hacia las zonas mineras de Bolívar. Además resalta que la principal forma de captación de féminas son las ofertas laborales engañosas en las que se prometen oportunidades de trabajo de un oficio que no corresponde con el que van a ejecutar.
La averiguación detalla que, incluso cuando las mujeres saben que van a ejercer prostitución en las minas, son engañadas en cuanto a las condiciones de trabajo, los beneficios que obtendrán, no saben que deben tener permiso de los grupos de control de la zona para ejercer la prostitución y pagarles para ejercer su oficio de forma segura.
