Dos trabajadores de la trasnacional chilena, Masisa, fueron desincorporados de planta luego de exponer al ministro de Industrias, Jorge Arreaza, las precarias condiciones de trabajo, los bajos salarios y la persecución laboral.
Los operadores de las líneas de producción de la compañía maderera, José Soto y Carlos Sánchez, fueron los afectados. “Después de la visita del ministro no aparecí en la planilla de convocatoria para esta semana”, indicó Sánchez.
Para el trabajador la razón de su suspensión responde a una retaliación por haber hablado con Arreaza y exponer la crisis laboral de la compañía.
Masisa, S.A. es una empresa trasnacional dedicada a la producción y comercialización de tableros de madera para fabricación de muebles y para arquitectura de interiores. Su planta en Venezuela está ubicada en la zona industrial Macapaima, en la carretera nacional Los Barrancos, vía Palital.
“La compañía ya ha venido haciendo esto con otros compañeros que asumen el reclamo de algún derecho”, expresó el trabajador.
Arreaza visitó la empresa maderera la semana pasada, como parte de los recorridos que ha realizado por las plantas en su nuevo cargo como ministro de Industrias. Allí trabajadores de la trasnacional expusieron que cobran alrededor de 15 dólares al mes, no cuentan con contrato colectivo y además sufren amedrentamiento laboral.
Aunque el ministro prometió articular una mesa de diálogo entre la compañía y los empleados, el personal sigue a la espera de fecha para la mesa de diálogo y que se revierta la medida de suspensión contra quienes se acercaron a denunciar las carencias. “Queremos que se respeten nuestros derechos, que se sienten con nosotros”, añadió Sánchez.
José Soto, otro de los trabajadores que habló con Arreaza, tenía que reintegrarse a planta el lunes, pero no fue convocado por la compañía para realizar sus labores.
Pese a que ha contactado a supervisores, hasta ahora, no ha sido notificado sobre su estatus. Consideró que la empresa pretende cambiarlos de grupo para disolver la unidad del grupo de trabajadores y los planteamientos que tienen.
“La patronal sigue con sus políticas represivas”, dijo Jean Mendoza, quien ha liderado los reclamos laborales de los trabajadores madereros. Estima que, sumando a Soto y Sánchez, alrededor de 20 empleados han sido suspendidos por reclamar o negarse a trabajar sin condiciones de seguridad.
Mendoza señaló la medida solo genera mayor incertidumbre en los empleados, los cuales, de darse una próxima visita, no van a querer expresar sus carencias o sentarse en una mesa de diálogo por temor a represalias o ser suspendidos y perder sus bonos de asistencia.