Las acciones de calle en exigencia a mejores servicios públicos ocupó lo alto de la estadística, seguido por las manifestaciones por reivindicaciones salariales.
Desde marzo de 2022, el salario mínimo y las pensiones se han mantenido en 130 bolívares, un monto que ha perdido poder de compra ante el alza de la cotización del dólar en el país, donde los comercios usan esta divisa como referencia para fijar sus precios.
El pasado 16 de febrero, la Confederación de Trabajadores de Venezuela informó, en un comunicado, que espera, antes de abril, un aumento “significativo” del salario mínimo.
La mayoría de los reclamos fueron realizados por empleados del sector público (91,70%) y la presencia de los sindicatos en los conflictos fue de 47,83%.
Las demandas por mejoras salariales y condiciones de trabajo dominaron con 83,64% y 5,96%, respectivamente, los motivos de las protestas.
El principal foco de conflictos laborales para el cierre de 2022, siguiendo la tendencia de todo el año, fue la inconformidad con los salarios que paga la administración pública.
Los venezolanos exigieron derechos laborales en 1.642 oportunidades, principalmente un salario “digno y suficiente” que le “permita cubrir sus propias necesidades y las de su núcleo familiar”.
El sector educación protagonizó 28% y los trabajadores de la salud estuvieron presentes en el 14% de las protestas que contabilizó el Instituto de Altos Estudios Sindicales durante el quinto mes del año.