La información sobre esta nueva modalidad de estafa a través de escaneo de código QR se ha viralizado en América Latina y España, por lo que autoridades, incluso de países que aún no se han visto afectados, han puesto en alerta a la población para evitar caer en la trampa.
A través de sus redes sociales, el organismo aclaró que no está ofreciendo salvoconductos digitales para viajes y recordó que todos los trámites deben hacerse exclusivamente a través de su portal web o en sus oficinas.
El bien común son los derechos y es una noción más allá de lo administrativo o de las leyes. Es mucho más, todavía, -demostrado cívicamente mediante las elecciones- que una farsa continuada, llena de justificaciones “ideológicas”.
Hablamos de la defensa de la opinión pública venezolana, bombardeada por las cuentas boots de la revolución; por la post verdad que tanto han empleado en el proceso de aniquilar la visión y el pensamiento plural.
La expansión del mercado de las criptomonedas ha exacerbado estas estafas. Sus impulsores se aprovechan del complejo marco tecnológico de la blockchain para esconder esquemas ponzi aún más refinados.
Aunque el método de estafa está recién haciendo aparición en Venezuela, es una práctica común en otros países desde hace años.
La cotidianidad de la gente viene mostrando absoluta indiferencia por las atropelladas acciones del gobierno en su afán de exhibir “confianza” en un proceso revolucionario hecho jirones, cada vez más monótono y aniquilador.
Miembros de los canales de difusión de noticias del portal denunciaron intentos de hackeo de sus cuentas, como método de estafa online. Ataques de suplantación, robo de información y filtración de contenido son algunas de las modalidades más frecuentes.
Werner Gutiérrez aclaró que el hongo no afecta al fruto de manera que tenga que dejar de ser consumido, pues no se ha detectado ningún tipo de daño en los seres humanos.
Según el Colegio de Ingenieros, Fospuca Caroní recauda 2,8 millones de dólares al mes mientras sus costos operativos no superan los 400 mil dólares con utilidades incluidas. Con base en eso las tarifas deberían ser de 0,76 dólares para residencias y 28,97 dólares para empresas.