La organización regional de 15 miembros (Caricom), de la que forma parte Guyana, denunció que el Gobierno venezolano ha actuado “de manera unilateral, precipitada y potencialmente peligrosa”.
Ralph Gonsalves medió para tratar de rebajar la tensión por la región en disputa del Esequibo, una crisis que el anfitrión calificó de “estable”, sin que se prevea un “gran anuncio” a pesar de la presencia de ambos líderes.
La cita, mediada por representantes de Brasil, San Vicente y las Granadinas, y Dominica, se desarrolló en un clima de “buena fe”, según Yván Gil.
Georgetown y Caracas acordaron abstenerse de usar la fuerza, pero la disputa continúa: Venezuela recuerda que el Esequibo fue parte de su territorio durante el período colonial español.
Maduro y Ali se reunieron el 14 de diciembre en San Vicente y las Granadinas, donde acordaron que sus gobiernos “directa o indirectamente” no “utilizarán la fuerza mutuamente en ninguna circunstancia”.
Para el exembajador Garavini, Venezuela debe enfocarse en preparar la contramemoria que debe presentar en abril de 2024 ante la Corte Internacional de Justicia “porque si no nos presentamos, perderemos seguramente la sentencia”.
El Acuerdo de Ginebra es en sí un procedimiento transitorio firmado por Guyana y Venezuela para llegar a un acuerdo final en la disputa por el territorio Esequibo.
Todd cree que es “inconcebible” que Venezuela use argumentos para presuntamente engañar al mundo para decir que tiene argumentos que le legitimen ser dueños del Esequibo.
En 2018, Guyana interpuso una demanda contra Caracas en la CIJ para resolver la disputa territorial entre ambos Estados sobre la región del Esequibo y el año pasado presentó sus argumentos para dar validez al laudo arbitral de 1899.
La denuncia vecinal expone un problema de fondo que se alimenta del déficit habitacional y los desórdenes urbanísticos de Ciudad Guayana. Las familias alertan de una invasión que pudiera hacer colapsar a los críticos servicios del sector. | Foto cortesía