lunes, 13 mayo 2024
Search
Close this search box.
Search
Close this search box.

Sidor: de joya industrial del Caribe a complejo empresarial paralizado

El reporte publicado el 1 de marzo de 1999 narra las afirmaciones del gobernador de ese entonces, Jorge Carvajal Morales, quien consideraba que la etapa de privatización que vivía Sidor no podía subordinarse a “pretextos de libertad económica”.

“Es urgente analizar la situación en Sidor”, esa fue la opinión del gobernador del estado Bolívar que encabezó el título de un reporte de Correo del Caroní, publicado hace 23 años, cuando la Siderúrgica del Orinoco Alfredo Maneiro tenía dos años adaptándose al nuevo modo operativo de los consorcios privados que la adquirieron durante el segundo gobierno de Rafael Caldera.

En 1999 “la joya industrial del Caribe” era tema de debate entre los venezolanos, abundaban opiniones que sostenían que privatizar era negativo.

Otros comentarios afirmaban que la nacionalización no funcionaba, y tal pensamiento era propiciado por los informes del Ejecutivo, los mismos concluían que Sidor arrojaba pérdidas para el Estado.

La nota de prensa señala que el primer mandatario regional, doctor Jorge Carvajal, consideraba que “no se trata de colocar contra la pared a los empresarios dueños de Sidor, de lo que se trata es de entender que la privatización en Venezuela, cuyo mayor logro hasta la fecha ha sido Sidor, no se concibió como un mero hecho económico o contable, sino como una acción de soberanía y desarrollo capaz de respetar los logros sociales alcanzados durante la etapa de dependencia pública de los entes privatizadores”.

El libro Economía Hoy de 1997 narra que el contrato de compraventa de Sidor incluía condiciones, tales como mantener en condiciones operativas la empresa por un periodo de cinco años, asegurando niveles de funcionamiento positivo y realizar un plan de adecuación ambiental.

Según la misma bibliografía, la “situación de Sidor que se debía analizar con urgencia”,  se centraba en las limitaciones de la empresa, como la necesidad de modernizar sus operaciones, “debido a que su planta HyL II no alcanzaba los niveles de producción de materia prima que se requieren”.

Consideraba Jorge Carvajal que en Guayana habían quebrado 600 empresas “aguas abajo”, quedaron fuera de Sidor más de seis mil trabajadores y aparte, otros 150 mil bolivarenses estaban desempleados.

“Esta situación se ha visto agravada ante la presunción del cierre y desmantelamiento en Sidor de  las plantas de briquetas del horno 6 y máquinas 6, 2 y 3 de colada continua, así como del laminador de corte en frío y de todos los equipos para modernizar la planta de tubos que fue sacado del país”, declaró el mandatario a la prensa.

Hace 23 años enfatizó Carvajal Morales que estaba dispuesto a participar activamente en la búsqueda de salidas para salvaguardar el orden público y proteger los intereses de la región y de la República.

En tal sentido, el trabajo periodístico describe que exhortó al Fondo de Inversiones de Venezuela, a hacer el seguimiento de las cláusulas estipuladas en el contrato de compraventa, según las cuales era obligatorio para Sidor mantener su producción en un volumen de 2 millones 400 mil toneladas de productos terminados, hacer una inversión por 300 millones de dólares en los procesos de producción para atacar los pasivos ambientales y el “desarrollo aguas abajo” de la pequeña y mediana industria local y nacional.

En la actualidad, la realidad de Sidor continúa enmarcada por la renacionalización de la empresa durante el gobierno de Hugo Chávez en abril de 2008.

Es de conocimiento público que hoy día la empresa acumula pérdidas desde 2011, y desde finales de 2015 tiene un patrimonio negativo de -23.518.719.152 bolívares.

Su estancamiento ha afectado al grupo de industrias creadas en los años 50 y 60, y acerca de esta situación, Jorge Roig, expresidente de Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras), aseveró a BBC News que “todas las empresas de Guayana crecieron para servirle a Sidor, así que cuando Sidor no funciona, todas las empresas básicas, y la ciudad misma, se estancan”.

Miles de trabajadores inactivos, protestas y reclamos sin respuestas, accidentes laborales y sueldos pírricos, caracterizan el día a día de la hoy Siderúrgica del Orinoco Alfredo Maneiro, cuyo futuro se contempla desesperanzador e indeciblemente distante de lo que fue “la joya industrial del Caribe” en Venezuela.