domingo, 6 octubre 2024
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Movimientos estudiantiles de la UDO San Félix exigen rescatar las instalaciones del campus

La última vez que el recinto recibió apoyo gubernamental fue hace un año, cuando la Alcaldía de Caroní pintó una pared de la fachada y colgó una valla con la foto del alcalde frente a los salones deteriorados.

@mlclisanchez 

Estudiantes de la Universidad de Oriente (UDO), en San Félix, se pronunciaron para exigir al ministro de educación universitaria César Trómpiz, y demás autoridades nacionales y regionales, voluntad política para rescatar las instalaciones del campus.

“La propuesta es que se entable una comunicación entre las autoridades regionales y las autoridades universitarias para que podamos recuperar la universidad. Tenemos un año sin clases ni siquiera online”, expresó Franklin Rodríguez, presidente del movimiento 7 en Positivo.

Mientras tanto, los estudiantes, personal docente y de mantenimiento iniciaron una jornada de limpieza en el recinto, con el fin de ir recuperando progresivamente espacios abandonados. Para la actividad se unieron tres movimientos estudiantiles, entre ellos Movimiento de Cultura y 7 en Positivo.

    El poco presupuesto impide la recuperación de la universidad que es responsabilidad del Estado. No hay voluntad política para restaurar lo perdido

El abandono del campus universitario se aceleró hace un año, y la pandemia por COVID-19 solo agudizó el descuido de las instalaciones que deberían estar custodiadas.

Rodríguez informó que los baños de la institución y aproximadamente cinco salones están sin electricidad y con daños en la estructura. El resto del recinto amerita mantenimiento.

En 2019 fue la última vez que la Alcaldía de Caroní inició una recuperación que quedó a medias: pintar una de las paredes de la fachada y colgar una pancarta con el nombre de Tito Oviedo, el alcalde, en la entrada de los salones.

Eso mientras que la asfixia presupuestaria de la casa de estudios impide la recuperación de la infraestructura, y la reposición de equipos y cableado que delincuentes se han llevado, incluyendo computadoras y el techo de la cancha principal.

Rodríguez aclaró que desde hace un año cuentan con el patrullaje esporádico de la Policía del estado Bolívar. Aunque esto no ha hecho disminuir los robos que ocurren en el recinto porque hay poco personal custodiando.

“Entendemos que están trabajando a ciegas, a veces es difícil ver por dónde entran y salen los ladrones por lo amplio del campus”, dijo.

El robo de cableado y equipos sumado al deterioro del sistema de inscripción, son las razones por las que las clases en línea de este año iniciaron con retraso y progresivamente. “El año pasado se llevaron algunos equipos de control de estudios, como computadoras, que dejaron en difícil situación el proceso, pero el director logro resolver”.

Solo en la primera semana de 2021, las universidades públicas del país fueron víctimas de al menos ocho actos vandálicos. Tres de ellos fueron en distintas sedes de la UDO, según el monitoreo de la oenegé Aula Abierta.

UDO, blanco de la embestida del hampa

Durante 2020, la UDO -en todos sus núcleos-, fue una de las universidades públicas más azotadas por el hampa, sobre todo, durante la cuarentena por la pandemia de la COVID-19. En los recintos de esa casa de estudios hubo al menos 35 robos.

En la sede de San Félix por ahora no hay capacidad de respuesta para los alumnos que requieran clases o asesorías presenciales por falta de equipos propios o conectividad. “En esas condiciones en la que está la universidad es imposible”, lamentó el dirigente estudiantil y vocero de la jornada.

“La custodia policial es insuficiente, la cuarentena dejó resultados negativos tanto de nivel educativo como de infraestructura. Por eso convocamos una vez más a las autoridades”, manifestó Jesús Jiménez, presidente del movimiento estudiantil UDO San Félix (MEUS).

De continuar así, los estudiantes no tendrán aulas a las que asistir cuando se reinicien las clases presenciales. Por ahora no hay voluntad política para restaurar lo perdido y proteger lo que queda, pese a que la institución es responsabilidad única e intransferible del Estado venezolano, constitucionalmente denominado Estado educador.