En este aniversario, más que una felicitación por su dilatada trayectoria, bien corresponde un merecido reconocimiento por su temple y resistencia a los embates de una censura que ha dejado de pie a muy pocos medios con independencia informativa.
Lo hemos visto crecer, cambiar de formato, aumentar el número de cuerpos, también disminuir su volumen por falta de papel. Hemos compartido crisis serias como la pandemia, desaparecer en “físico”, pasar a formato digital, pero, independientemente de todos esos aconteceres seguimos juntos adelante sin fallar un solo día.
Para la abogada y politóloga todavía hacen falta estudios más rigurosos con enfoque de género y que resalten el rostro de las mujeres.
Sí, apegado a la búsqueda de la verdad, tal como pueden ufanarse muchos, solo que en el ejercicio de Correo del Caroní se ha tenido que caminar sobre las piedras calientes de los aconteceres.
Cuando se trabaja en función de ese compromiso histórico con la honestidad, coraje e hidalguía de Correo del Caroní, se obtiene como blasón de dignidad los arteros ataques de los heraldos de la miseria moral, que, a pesar de todo su poder desplegado en estos últimos veinticinco años, no han podido doblegar el alma de acero de este periódico de profunda raigambre guayanesa.
Pobreza y enfermedad fue la herencia de la mala administración de las empresas básicas de Guayana, males que hoy aquejan a todos los adultos mayores para quienes la jubilación “era un sueño”.
Consolidar una lealtad tan profunda y duradera con un medio impreso no es casualidad, ni algo azaroso. Es consecuencia de un conjunto de factores que conforman un círculo virtuoso, que el ciudadano valora positivamente y que lo convierte en lector permanente del periódico.
Soy de esa generación que acudía a la prensa como medio de enriquecimiento informativo del acontecer diario, pero también entendía que era un canal de la cultura ubicua de la que disfrutábamos antes de entrar en la vorágine de los sentimientos intensos que nos fracturaron la identidad y el norte de la solidaridad.
El 27 de junio se celebra en Venezuela el Día del Periodista. Las vulneraciones a la libertad de expresión y de información han sido muchas en el país, ser periodista es un riesgo en Venezuela. Cubrir una protesta, entrevistar a alguien “incómodo”, informar, todo puede ser un riesgo, se han cerrado muchos medios.
Todas las personas y sectores sociales de Guayana, el país y el mundo tienen acceso y proyección en el contenido diario del Correo del Caroní, para su expresión honesta y fundamentada y la trascendencia de sus opiniones.