lunes, 13 mayo 2024
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Reducción de encaje legal a 73% se queda corta pese a aliviar presión sobre la banca

La tasa de encaje disminuyó al 93% en abril de 2020, apenas días después de que iniciara la cuarentena por COVID-19 en el país. Se mantuvo en ese nivel hasta enero de 2021, cuando se estableció en el 85% que se mantuvo hasta ahora.

Después de dos años de asfixia casi total a la banca, el gobierno de Nicolás Maduro anunció una reducción en la tasa de encaje legal aplicado sobre los depósitos bancarios, de 85 a 73%.

De acuerdo con las palabras del mandatario, esta medida permitiría “expandir la base crediticia” en el país, lo que teóricamente respondería al clamor de la empresa privada venezolana, que solicita desde 2020 la reactivación de los créditos en el país.

En la práctica, sin embargo, el cambio no parece adaptarse a las necesidades de la actividad económica, pues el encaje legal del 73% sigue siendo el más alto del mundo y está muy por encima del margen que suelen establecer las economías sanas, por debajo del 10%.

Para entender la magnitud de esta medida es imprescindible comprender que el encaje legal no es más que la retención, por parte del Banco Central de Venezuela (BCV), de ese porcentaje de depósitos que recibe la banca.

Los bancos cumplen la función de ejercer la intermediación financiera. Es decir, son un nexo que enlaza a quien otorga el crédito para un financiamiento y a quien lo pide.

Los prestatarios devuelven el dinero con intereses, por lo que la banca puede reponer en sus cuentas el dinero que tomó de otros clientes para efectuar ese préstamo.

Por consiguiente, el dinero circula constantemente. Nunca está represado en las arcas, sino que se retira y repone constantemente con el flujo de préstamos y depósitos.

El encaje legal obliga a la banca a retener un porcentaje -en este caso el 73%- de los depósitos que recibe y le impide utilizar esos fondos para otorgar créditos. Por lo tanto, interrumpe su función como intermediario financiero y limita al máximo la actividad crediticia.

La medida, entonces, sí implica una mejora frente al contexto de una banca ahorcada con 85% de encaje legal. Además, Maduro anunció que los bancos podrían utilizar 10% de los depósitos que mantengan en sus cuentas en divisas para otorgar créditos.

No obstante, este avance no implica un cambio radical en la operatividad de los bancos ni un panorama en el que todos los ciudadanos puedan solicitar créditos.

Menos encaje legal, más crédito

De acuerdo con el economista Luis Zambrano Sequín, ambas medidas anunciadas por el Ejecutivo apuntan a una expansión de la liquidez monetaria, es decir, el dinero que circula en la economía venezolana, sumando el efectivo circulante, los depósitos bancarios y otras formas de dinero como bonos financieros.

Con mayor dinero a disposición para que circule en la economía venezolana, la banca puede tener mayor espacio para cumplir con su función de intermediación financiera. Por lo tanto, recuperar la asignación de créditos.

“Las medidas recientes apuntan a un objetivo claramente relacionado con una reducción de las restricciones que la banca ha tenido para expandir la actividad crediticia. Con una determinada base monetaria, ahora la banca puede aumentar la actividad crediticia”, explicó en conversación con TalCual el experto del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello.

Por su parte, la economista Tamara Herrera, del grupo consultor Síntesis Financiera, en una entrevista para Circuito Éxitos, resaltó que la suma de la reducción de la tasa de encaje legal y la habilitación del 10% de los depósitos en divisas para otorgar préstamos en bolívares, implica un incremento importante de la cartera de créditos de la banca, es decir, el dinero que tienen en disposición para préstamos.

De acuerdo con las últimas cifras publicadas por el BCV, para noviembre de 2021, la cartera de créditos del sector privado se ubicaba en Bs 1.603 millones, lo que equivale a aproximadamente $356 millones.

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