Es un armatoste que sólo protege a la élite dominante, mientras las mayorías escarnecidas son objeto de los más terribles atropellos, que deben soportar estoicamente.
José Guédez Yépez considera que los pueblos de América Latina no sufren del síndrome de Estocolmo y siguen luchando contra estas tiranías conscientes de que solo “habrá progreso económico y bienestar social sin democracia ni Estado de derecho”.
Copa Airlines impidió el abordaje en la puerta del avión en Panamá de la delegación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que llegaba esta mañana a Venezuela.