@mlclisanchez
Habitantes de Villa Africana protestaron este viernes en el semáforo de la Unexpo, en la avenida Atlántico de Puerto Ordaz, para exigir la restitución del servicio de agua potable.
En las manzanas 1, 2, 3 y 41, en la parte alta de Villa Africana, llevan más de tres años sin agua por tuberías, pues el sistema de rebombeo de Golfo 7 funciona a media máquina.
Los vecinos deben pagar cisternas de agua que cobran en promedio en 5 dólares por cada 1.000 litros, lo que implica un gasto de hasta 50 dólares mensuales para contar con el servicio, dependiendo de la demanda familiar.
El gasto en el servicio básico descompleta los recursos destinados a alimentos y medicinas en los hogares. “Ya esto es insostenible para nosotros, a medida que pase el tiempo la situación es peor”, expresó José Herrera, uno de los vecinos afectados por la falla del suministro.
En la parte alta de Villa Africana, el agua llega esporádicamente en la mañana y en la tarde.
Prometen paliativos
La protesta logró la presencia de las autoridades de Hidrobolívar. La gerencia general y de mantenimiento se comprometieron a hacer maniobras de válvula para garantizar el suministro de agua por al menos dos horas diarias en la parte alta de Villa Africana.
Las autoridades prometieron intervenir las válvulas en la tubería matriz de la calle Uganda del sector, pero todas las promesas de solución son paliativas. El problema de fondo es que no hay sistema de bombeo funcional en las parroquias Cachamay y Universidad, el agua se distribuye por gravedad y los complejos habitacionales ubicados en la parte alta de la ciudad son los más afectados por las fallas en el sistema.
Los afectados piden una solución definitiva que implica inversión en la planta de tratamiento de agua potable. “Pero de eso no hay respuesta”, lamentó el vecino.
Fallas se intensifican
En los últimos dos años, se han intensificado las fallas de distribución del servicio de agua potable en Puerto Ordaz por la falta de inversión en los equipos averiados del acueducto de la ciudad.
Durante la pandemia por COVID-19 en la que el agua para saneamiento es fundamental, Hidrobolívar no ha sido capaz de garantizar el suministro a la población.
La falla más reciente la reportó la hidrológica el pasado 2 de agosto. Una caída de tensión dejó fuera de servicio Golfo 7 por más de 24 horas, lo que afectó a las parroquias Cachamay, Universidad y 60% de Unare.
Un día después, la misma estación de Golfo 7 quedó fuera de servicio por labores de reparación del equipo de la estación de rebombeo. La estatal instaló componentes eléctricos y otro breaker principal.
Pese a las maniobras de adecuación, la carencia de agua se mantiene. La restitución del servicio no ha sido prioridad en la agenda pública ni en medio de la alarma sanitaria ni en momentos de campaña política.
