@mlclisanchez
Nicolás Maduro anunció este fin de semana que autorizará pagos con cuentas bancarias de ahorro y corriente en divisas. El régimen apunta a una economía “100% digital” para sobrevivir a la inflación y a la crisis fiscal, por lo que la dolarización financiera ya es un hecho.
Expertos en economía aseguran que esta medida que es parte de la dolarización de facto que atraviesa Venezuela para sobrevivir a la hiperinflación y que, se viene acelerando desde 2018, favorece la actividad comercial en todas sus formas: el sector comercial que ha podido sobrevivir a la hiperinflación y a la COVID-19, lo ha hecho gracias a que se ha despenalizado del uso del dólar, moneda con capacidad ahorrativa abismalmente mayor que el bolívar.
Para que funcione, los economistas recalcan que esto debe ir acompañado de una serie de garantías, entre ellas: seguridad jurídica, respeto al derecho de propiedad privada y simplificación de los trámites.
El mandatario que por mucho tiempo sostuvo un discurso que satanizó el uso del dólar, hoy plantea al dólar como aliado del bolívar. Admite que la dolarización de facto oxigena la economía nacional destruida por pésimas medias fiscales, el desenfrenado gasto público, la destrucción del aparato productivo y la política de asfixia hacia el sector privado que ha ido flexibilizando en los últimos años.
Se espera que en los próximos días el régimen anuncie las medidas económicas que acompañarán a esta dolarización financiera. Por ahora, los economistas exploran los escenarios posibles.
Tras bambalinas
¿Qué hay detrás de esta nueva flexibilización?, el economista e investigador de Cedice Libertad, Óscar Torrealba, advierte que la dolarización financiera no es producto de una política liberal adoptada por el régimen con el interés de sortear la crisis económica que atraviesan todos los venezolanos. Es, más bien, un salvavidas con que el régimen podrá sobrevivir a los embates de su problema fiscal.
Con la estrepitosa caída de los precios del petróleo en los últimos años en el país, el fisco dejó de depender de las exportaciones petroleras, y pasó a subsistir sólo del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y el Impuesto Sobre la Renta (ISR). En un país donde hay una alta evasión fiscal y donde -en términos oficiales- todo el mundo gana salario mínimo, el principal ingreso del fisco son las transacciones. Para esto hay tres palabras claves: poder de recaudación.
El régimen ha cambiado su discurso sobre el uso del dólar, fue soltando el control de cambio y permitiendo el cobro de servicios en dólares. “Esto para poder cobrar impuestos en dólares, del IVA que es de 16%, por ejemplo. Solucionaron un problema fiscal”, explicó Torrealba.
El experto sostiene que el gobierno se hace con una parte del flujo de divisas a través de los impuestos, porque por cada transacción siempre hay un impuesto y una comisión. Por ello, estima que con esta nueva medida se aplique una especie de impuesto por transacción similar a la ya establecida para transacciones en divisas dentro de la misma entidad bancaria.
El escenario: más dolarización en la demanda, menos inflación. “Ha habido una disminución significativa de la inflación, si tú estás dolarizando, y emites cada vez menos dinero, eso va a tener una repercusión en los precios y es probable que para el año 2021 la inflación siga desacelerándose a medida que el gobierno vaya facilitando el proceso de dolarización”, dijo.
El Colegio de Economistas del estado Bolívar también catalogó de positiva la medida, mientras venga acompañada de la disminución del encaje legal para que la banca pueda otorgar créditos y financiamientos y ocurra el rescate de la intermediación financiera.
Además, plantea que es necesaria la creación de un instrumento de garantía de depósitos en divisas que aún no se contempla en la legislación, de lo contrario, serían medidas insuficientes para estabilizar la economía.
Fidel Hernández, el presidente del gremio, explicó que con esta medida debe llegar la posibilidad del endeudamiento en dólares para la inversión y también el crédito de consumo. “Creemos que esa intermediación financiera llegue hasta la misma divisa, que haya una posibilidad de endeudamiento en dólares, no solo en bolívares, que haya crédito en la producción, el comercio, los servicios y el consumo”.
La dolarización de las transacciones bancarias debe ir acompañada de seguridad jurídica y respeto a la propiedad privada | Fotos William Urdaneta | Archivo Correo del Caroní |
El otorgamiento de créditos en divisas para facilitar la inversión del sector privado, solo es posible si el Estado disminuye el encaje legal que hoy está en 93%, razón por la cual los empresarios invierten por sus propios esfuerzos sin intervención de la banca, que no tiene capacidad para otorgar créditos.
“La génesis de todo aparato productivo es la inversión. Y hoy, el sector privado la hace con sus propios recursos porque no tiene crédito. Debería haber apoyo al sector privado”, dijo Hernández.
Hernández sostiene que es imprescindible que la flexibilización financiera recién aprobada contemple esta posibilidad de reducción de encaje y, el economista Torrealba sostiene que, si no ocurre, la dolarización financiera sigue siendo positiva.
“Estás permitiendo que las personas puedan pagar con dólares a través de la banca, pero tú no estás garantizando que la banca preste dólares. Que no ocurra todavía no quiere decir que, hasta ahora, esta medida sea perjudicial. Aunque si seguimos con esta tendencia es posible que ocurra”, sostuvo.
En otras palabras, no hay libertad financiera, hay libertades parciales que se les han ido concediendo a los venezolanos en la medida que al Estado le conviene, analizó el experto.
Uso parcial
Dada las políticas económicas con tendencia a la expropiación y el control cambiario empleadas por el régimen durante más de 10 años, siempre habrá desconfianza en el sistema financiero. Venezuela carece de una legislación predecible porque no hay Estado de derecho. “Porque tú no sabes cuándo el gobierno va a cambiar de opinión y expropiar todas las cuentas en dólares”, expresó el economista.
Torrealba estima que en un principio las personas accederán a este sistema parcialmente, para agilizar sus pagos en divisas y disminuir el riesgo de cargar dólares en efectivo encima, además de que soluciona la poca disponibilidad de billetes de baja denominación para dar cambio. “Posiblemente, del 100% del patrimonio, el 50% lo guardo debajo del colchón y el otro 50% lo manejo en el sistema financiero”.
“Las limitaciones estarán en las posibilidades de pagos en un país donde falta la luz y el internet. Pero existe un desarrollo tecnológico avanzado. Eso puede ocurrir”, indicó.
Desigualdad afianzada
Conforme aumenta la dolarización de facto y se dinamiza progresivamente la economía en ese esquema, aumenta la desigualdad entre quienes acceden a las divisas y quienes ganan salario en bolívares, pero deben enfrentarse a precios en divisas.
El economista Jesús Casique, calcula que la caída del salario mínimo de los últimos años hasta ahora es de 98,7%, y de este dependen al menos cinco millones de personas en el país.
Con un sector privado que paga a sus empleados muy por encima del salario mínimo, y un sector público que aparte del salario tiene otros incentivos como los bonos gubernamentales proporcionados a través del Carnet de la Patria, quienes quedan sumamente perjudicados por la pulverización del bolívar son los jubilados y pensionados que no reciben remesas de sus familiares en el exterior. No hay políticas sociales suficientes para proteger a esta población ante un fenómeno que está en ascenso.
“Esta medida tomará fuerza en la medida en que los agentes económicos tomen confianza con el dólar. El objetivo sería que esas personas que tienen divisas hagan sus cuentas en dólares, esa es la meta de la banca. El mercado es el mercado, no se puede ir contra él”, dijo.