El mayor homenaje que el Maestro Abreu ha podido tener es haberse ido con la certeza de haber creado una obra de trascendencia universal, por su contenido y alcance. Le doy las gracias por esa obra que ha tocado tantas almas y ha hecho que veamos las cosas desde una perspectiva más alentadora.
Tuviste la paciencia de un santo. Perseguiste a tu estrella Polar sabiendo que ésa era tu norte. Trabajaste sin cansarte, aún a costa de tu salud. Y les diste a tus alumnos lo más importante que puede entregar un maestro: tu alma.