Durante su visita a Bolívar, la dirigente de Vente Venezuela se refirió a los tiroteos en la Cota 905 en Caracas, por parte de la banda criminal del “Koki”. Destacó que es una realidad que se vive en otras partes del país, y que demuestra la ausencia absoluta del Estado de derecho. | Foto Prensa Vente Venezuela
El problema, por lo visto, no es Oslo. Tampoco negociar la salida de un régimen narco-genocida como el venezolano. Es, por ejemplo, la carga que, sin respeto por su dignidad, le hemos montado sobre los hombros al presidente Duque.
Sólo falta que encarcelen a Guaidó y que la diáspora se multiplique, crezca todavía más y exponencialmente, comprometiendo la gobernabilidad de Colombia, que es su primer destino, la estabilidad económica regional, y la propia paz y seguridad en las Américas.
En el caso de Venezuela, un país que agoniza y resiste bajo el liderazgo de Juan Guaidó, ocurre una verdadera paradoja. Su Constitución autoriza la injerencia militar humanitaria extranjera, pero quienes pueden proporcionarla ahora dudan, resbalan, cambian el discurso, mientras el paciente agoniza.
Asdrúbal Aguiar destaca que el problema de Venezuela no es ideológico ni político. “Es un drama con solución y con opciones que apelan a la conciencia”, indica.