lunes, 13 mayo 2024
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Voluntarios de la parroquia San Buenaventura preparan sopas para personal y pacientes de Guaiparo

“En medio de las injusticias que vive nuestro país, debemos unirnos como signo de esperanza, para transmitir la presencia amorosa de Cristo”, declaró el padre Jorge Carreño, coordinador de la entrega de sopa en el centro asistencial.

@mlclisanchez

Voluntarios de la parroquia San Buenaventura de El Roble, en San Félix, entrega un promedio de 340 platos de sopa semanales para personal sanitario y pacientes del Hospital Dr. Raúl Leoni de Guaiparo durante la cuarentena por COVID-19.

La preparación y entrega del alimento la hacen todos los domingos, con el apoyo de empresas y voluntarios de la sociedad civil para ayudar a quienes se encuentran en el centro asistencial. Para el traslado, la parroquia cuenta con el apoyo de una ambulancia de VEN911 de Caroní.

“La motivación es el evangelio, tuve hambre y me diste de comer, estuve enfermo y me visitaste, tuve sed y me diste de beber, estuve encarcelado y me fuiste a ver, estuve desnudo y me vestiste, el evangelio es claro, en Venezuela y en el mundo entero no podemos quedarnos de brazos cruzados a pesar del temor que podamos tener”, manifestó el párroco y coordinador de la actividad, Jorge Carreño.

Esta parroquia contaba antes con un comedor en el que se alimentaban a más de 100 personas a diario, pero desde hace un año, el comedor cerró por falta de recursos para seguir con la labor. 

    La parroquia San Buenaventura recibe el apoyo de VEN911 para entregar las sopas | Fotos cortesía

La parroquia San Buenaventura requiere apoyo en donación de alimentos, envases plásticos o aportes monetarios para repartir alimentos a personal sanitario, pacientes y familiares del hospital

En medio de esta paralización, la parroquia reactivó el servicio de alimentación para los hospitales como una forma de colaborar en medio de la alarma sanitaria por la pandemia de COVID-19, priorizando a los pacientes con esta sintomatología, a sus familiares y al personal sanitario.

Cada domingo más de 20 voluntarios se unen para pelar las verduras, picar aliños, preparar la sopa. “Nosotros retomamos este servicio porque vimos la necesidad en los hospitales. A raíz de la pandemia, la mayoría de los grupos religiosos y diversas comunidades han claudicado por la situación”, dijo Carreño.

El párroco informó que la iglesia está buscando apoyo para extender la cantidad de alimentos de esta iniciativa y reactivar el comedor por algunos días a la semana, para ello necesitan un presupuesto de entre 50 y 70 dólares diarios. “Estamos orando y creyendo por esto”, expresó.

El 8 de septiembre, día de la Virgen del Valle en el calendario de la Iglesia Católica, la parroquia San Buenaventura se plantea la meta de preparar mil platos de sopa, 400 de estas serían repartidas en el hospital, y las demás en los sectores más precarios de la parroquia como El Edén, Las Parcelas y La Laja, en San Félix.

“Todos los que prueban la sopa saben que es de una calidad extraordinaria, por los materiales donados, y por la calidad humana que se transmite”, afirmó Carreño.

Además de las entregas de alimentos, la parroquia activa eventualmente servicios sociales como el pago de exámenes médicos. En agosto lograron costear 12 exámenes médicos para pacientes del recinto.

Así como la donación de medicinas con el apoyo de voluntarios dentro y fuera del país. El párroco informó que el mes pasado colaboraron en jornadas médicas donde se atendieron a 193 adultos mayores y 320 niños fueron asistidos con programas de recuperación nutricional en alianza con el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

“En medio de situaciones y dificultades, en medio de lo que está viviendo Venezuela y el mundo entero en medio de la pandemia, en medio de las injusticias que vive nuestro país y muchas naciones del mundo entero, nosotros debemos unirnos como signo de esperanza, para transmitir la presencia amorosa de Cristo el señor, que no se olvida de nosotros, ni de su pueblo, es importante que como venezolanos nos unamos en compartir el amor y la vida desde la caridad”, concluyó.

La sociedad civil y organizaciones no gubernamentales, tanto laicas como religiosas, continúan siendo el contrapeso de la emergencia humanitaria compleja para sectores poblacionales vulnerables.