El 4 de abril de 1994 se abrió el telón natural por primera vez para el Cristo del Orinoco, una obra teatral que se convirtió en un patrimonio municipal, regional y nacional. Su creador fue el cultor Neptalí Hurtado, hoy secretario de Cultura de la Gobernación de Bolívar.
Este montaje sobre la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo se realiza cada Semana Santa (desde el jueves santo hasta el sábado de gloria) en el playón La Cocuyera, o el puerto de la esperanza, como desde hace unos años decidieron llamar a este espacio que tiene como escenario de fondo la majestuosidad del río Orinoco. De hecho, la obra se hace a orillas del río padre.
En 2008, el Cristo del Orinoco pasó a ser Patrimonio cultural del municipio Heres (actualmente Angostura del Orinoco). En 2009, esta distinción se extendió a patrimonio regional. Posteriormente, en 2022, fue declarado Bien de Interés Cultural. Y más recientemente, el 21 de febrero lo declararon Patrimonio intangible de la nación.
Espacio de encuentro
Ángel Fuenmayor, presidente de la Fundación Cristo del Orinoco y promotor cultural de esta obra, destacó el trabajo que cada año realiza todo el equipo que hace posible que esta presentación se realice.
“Este año tenemos como novedad que en las tres presentaciones habrá cambios en el prólogo y su mensaje. La persona que vaya a ver la obra el jueves, probablemente se consiga con otra persona que la vio el viernes, y hablarán de cosas distintas”, comentó.
Son más de 10 años que Fuenmayor está al frente como promotor cultural, tiempo en que también ha sabido sortear las crisis y la falta de un apoyo más contundente de parte del Gobierno, para mantener estos espacios dedicados al arte y la cultura.
“Los gobiernos a veces ven esto como un gasto, y se trata de una inversión. El Cristo del Orinoco es un espacio de encuentro para los venezolanos, para todas las expresiones artísticas, para el desarrollo cultural. Además es una obra que da valor turístico a la región, que atrae a visitantes que vienen a ver esta presentación”, destacó.
Además del teatro, la obra incluye otras expresiones artísticas como la danza y la música, y se considera la obra teatral al aire libre más grande en América Latina.
Personajes
Fuenmayor precisó que son más de 250 personas las que trabajan en la presentación, entre actores, equipo técnico, bailarines, entre otros.
Asimismo recordó y reconoció el trabajo de los actores que interpretaron y los que actualmente interpretan los distintos personajes que conforman el a – Cristo del Orinoco, y que con sus interpretaciones logran mover en el espectador la fe, la esperanza, el amor, la hermandad y la lealtad.
El personaje de La Memoria lo interpretó en sus inicios la actriz Yolanda Muñoz. Luego lo encarnó Indranes Freites por ocho años. Actualmente, y desde hace 11 años, la interpretación está a cargo de Yennifer Solís.
El rol del protagonista, Jesucristo, estuvo por ocho años en la interpretación de Harlett Luces. Luego el papel pasó a Leonardo Arveláez, durante tres años; y actualmente, desde hace cinco años, es Fausto Espina quien le da vida a este personaje.
“La experiencia ha sido muy gratificante, no solamente por el ámbito teatral que me permite crecer como artista, el crecimiento personal. También tiene que ver mucho con la conexión con la gente, por el tema social, político”, manifestó Espina.
Durante estos cinco años, aunque se siente hijo del río, asegura que todavía está construyendo el personaje y, cada vez que se le entrega el libreto, es un nuevo aprendizaje.
Por otra parte, lamentó que ante las carencias, a veces el Estado tiende a responder de manera tardía. Sin embargo, recordó que al convertirse en patrimonio, tanto municipal, regional como de la nación, el Estado tiene responsabilidad en mantenerlo vivo.
