Mientras sueña con su retorno a los caños del delta del Orinoco, en Venezuela, este maestro e indígena warao trabaja acompañando a los niños de la misma etnia que están matriculados en las escuelas formales de Brasil. A través del aula de refuerzo escolar les muestra que la condición de los migrantes forzados indígenas no es estar pidiendo dinero en las calles, que pueden formarse y crecer con dignidad en el nuevo territorio.
“Estamos ante un problema que no es de uno o de dos; es de escala nacional. Esto define no solo nuestro presente, sino también define la Venezuela del futuro, la de los próximos 30 años”, indicó Abel Saraiba, psicólogo y coordinador adjunto de Cecodap, en la presentación del informe Somos Noticia 2018.