No deben desanimarse. Tal atisbo de vergüenza RoboLucionaria por lo que hicieron esos “muchachos” es pasajero. Podemos asegurarlo. Pronto su narcoparentela, en pleno, regresará a su estado natural y ¡zas! se volcará en la correspondiente apología del delito, a casa llena, en el Poliedro de Caracas para desagraviarlos.