En el primer semestre del año 3.987 kilómetros de vegetación han sido devastados, 10,6% más que el mismo período de 2021, y un área equivalente a 483 canchas de fútbol.
Las organizaciones ambientalistas responsabilizan al gobierno del presidente Jair Bolsonaro por su discurso antiecologista. La cifra equivale a 1.389 campos de fútbol, según los cálculos de Greenpeace.