La estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) inició las operaciones de transferencia de crudo desde la instalación flotante Nabarima hacia una barcaza, en un intento por evitar un derrame petrolero en alta mar.
Dos personas familiarizadas con la operación revelaron a Reuters que esta semana inició la primera de varias transferencias de crudo a mar abierto para extraer el crudo que lleva a bordo la instalación flotante de Nabarima, ya que desde agosto corre el riesgo de hundirse.
La barcaza será utilizada para recibir una porción de crudo del Nabarima y trasladarlo hacia el tanquero Ícaro de Pdvsa, durante la operación, que se espera tenga una duración de días.
Según datos de seguimiento de tanqueros proporcionados por Refinitiv Eikon, el Ícaro navegó a las cercanías de Nabarima el martes por la mañana, y ancló en el Golfo de Paria, donde esperaría los envíos de crudo por parte de la barcaza.
Cinco meses de alerta
Esta operación se realiza cinco meses después de que se difundieran imágenes y videos en redes sociales sobre una inclinación incorrecta del Nabarima, que podría ocasionar un derrame petrolero.
Debido a que la instalación marítima lleva consigo unos 1,3 millones de barriles de petróleo, se temía que un derrame desatara una tragedia ambiental en el Caribe. Sin embargo, tras rectificar la inclinación del Nabarima, Pdvsa desestimó que existieran riesgos de un derrame.
De acuerdo con una fuente consultada por Reuters, los planes situaban el inicio de la operación a inicios de diciembre, pero la situación estable del Nabarima permitió dilatar el proceso.
La instalación es propiedad mixta de la empresa conjunta Petrosucre -en la que Pdvsa posee una participación del 74%- y la italiana ENI SpA.
