
Los mensajes de las universidades se conocieron el mismo día en el que el líder opositor Edmundo González Urrutia criticó este las elecciones legislativas y regionales que se celebrarán próximamente en Venezuela.
En Venezuela, la figura de “incitación al odio” se aplica mediante una norma que no define con precisión el concepto. Espacio Público señaló en 2018 que la ley “castiga el discurso de odio, pero no lo define”, mientras Provea advirtió que sus términos amplios permiten sanciones de hasta veinte años y otorgan a las autoridades un margen discrecional amplio.
En el exterior de Venezuela las noticias pueden sonar diferentes. Incluso hay que prestar atención con todos los sentidos para saber si existen realmente. Cómo se desenvuelve la comedia del poder de facto y sus satélites, en la que aun desde la lejanía, pueden distinguirse las volteretas que pregonan los tartufos.
La palabra cínico la tenemos en la punta de la lengua y la hacemos voz, cada vez que uno de los desfachatados con poder o desesperado por tenerlo o recuperarlo, tiene frente a si un micrófono y una cámara.
Ha recrudecido el “escrache” a periodistas, esto es, enchastrar ya directamente con nombre y apellido a los hombres de prensa. El método lo comenzó a popularizar Chávez que en los actos políticos acusaba a periodistas, fotógrafos y camarógrafos.
Unos se dicen preocupados por la dignidad de los venezolanos migrantes y acusan airados a la Casa Blanca, mientras callan ante las tumbas y desaparecidos de la empresa criminal cuyos dineros de sangre redireccionan, con experticia reconocida, sobre plataformas bancarias alternativas y en cuentas offshore.
El dirigente opositor sostuvo que seguirá denunciando la corrupción, pese a que Diosdado Cabello lo acusó de supuestos planes para atacar los servicios públicos en Venezuela.
“Es un anuncio que deja más dudas que certezas. Nada plantea Maduro para combatir la inflación ni para mejorar el ingreso familiar”.
La desigualdad social y económica es marcada. Sólo una élite privilegiada disfruta de acceso a recursos y poder, mientras que la mayoría de la población enfrenta limitaciones significativas.
Machado subrayó que la manifestación estudiantil es “muy poderosa” y un “tremendo testimonio a Venezuela y el mundo”.