Puede decirse que aquella asimétrica guerra comunista -de Mao contra los pajaritos- la ganaron estos últimos. Pues el tirano chino se vio obligado a importar gorriones, que les proporcionaron sus aliados, para reestablecer el equilibrio en la naturaleza. Todo quedó entre zurdos camaradas.
Han pasado tantas cosas relevantes en Perú, que nuestra frágil memoria había borrado a indeseables terroristas como Abimael Guzmán y su huella de sangre y dolor junto a Sendero Luminoso. | Foto cortesía