Una nueva enfermedad apareció en la ciudad de Wuhan, en China, a finales de 2019, avanzó a Europa y llegó a América Latina a principios de 2020 con un primer caso en Brasil. Poco se sabía de la COVID-19, más allá de lo obvio: era un virus muy contagioso. La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró una pandemia por estar en más de un centenar de países. Y el 13 de marzo de 2020 las autoridades venezolanas informaron que había dos contagiados en el territorio nacional.
En este especial se recuerdan dos años de medidas para enfrentar la pandemia de la COVID-19 en Venezuela. Desde la cuarentena radical hasta la flexibilización ampliada, que trajo consigo una serie de consecuencias. Las denuncias, las colas, las muertes de más de 5 mil venezolanos y la vacunación. Todo lo que significó vivir en pandemia.
Primer semestre: marzo-septiembre 2020
Una mujer de 41 años y un hombre de 52 años de edad llegaron a Venezuela los días 5 y 8 de marzo de 2020, de vuelos provenientes de Europa. A media mañana del viernes 13 de marzo, la vicepresidenta Delcy Rodríguez informó que eran los primeros dos positivos en el territorio nacional y solo notificó que estaban domiciliados en el estado Miranda.
En esa misma transmisión, Rodríguez habló de la suspensión de clases en todos los niveles y la exigencia del uso del tapabocas para el ingreso al transporte público. Un par de días después entró en vigencia la cuarentena para siete estados y el 17 de marzo se amplió para todo el país. Las calles quedaron solas, se instalaron puntos de control en la entrada de municipios y solo se permitía el tránsito de sectores priorizados.
La llegada de la pandemia preocupó al sector salud. Los voceros se preguntaban cómo iba a salir adelante un país en plena crisis humanitaria. La Encuesta Nacional de Hospitales de 2019 hablaba de la inoperatividad de los servicios más importantes y básicos de los centros de salud, así como la falta de camas y unidades de cuidados intensivos. Tampoco había guantes, tapabocas, jabón y agua.
Durante los primeros seis meses de la pandemia se afianzó el desabastecimiento de gasolina, hubo casos de aislamiento forzoso, discriminación de personas contagiadas de COVID-19 y denuncias por parte de los académicos y la sociedad civil por la “improvisación” del gobierno de Maduro para mostrar “una pandemia controlada”.
Entre agosto y septiembre abundaron las denuncias de caraqueños que buscaban atención médica en hospitales del país y no eran recibidos por falta de insumos. Los costos en clínicas privadas eran impagables para muchos y la capacidad de camas era limitada. Todas estas historias estaban fuera del registro oficial porque no se les aplicó prueba diagnóstica a los pacientes sospechosos.
La capacidad diagnóstica del virus era insuficiente. Venezuela mostró una cobertura con pruebas PCR-RT al menos cinco veces menor que la de Colombia, Ecuador o Perú. La Oficina de la Organizaciones de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) reportó que hasta ese mes se hicieron 5969 test, o 150 PCR-RT/día, que procesó un único laboratorio: el Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel.
Ante esto, la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales (Acfiman) calculó que el número de casos que se reportó diariamente en Venezuela no estaba ajustado al escenario epidemiológico de la COVID-19 y hablaron del subregistro que podía ser -en el mejor de los casos- de 63%.
Segundo semestre: septiembre 2020-marzo 2021
El segundo semestre de la pandemia en Venezuela se manejó entre cuarentena radical y flexibilización. Por una parte el gobierno de Maduro hizo anuncios como el acondicionamiento del Poliedro de Caracas para que funcionara como hospital de campaña tras el aumento de contagios. El 18 de octubre informó los sectores del comercio, turismo y entes públicos podían prestar servicio.
La primera gran flexibilización se decretó en diciembre de 2020 y fue presentada como una “recuperación económica”. Los expertos alertaron que el impacto de esta medida se vería a principios de 2021, con el aumento de hospitalizaciones en los centros de atención públicos y privados. Pese a los distintos comunicados de las sociedades científicas, como la Academia Nacional de Medicina, no echaron para atrás la medida.
En marzo se detectó la variante P.1. y voceros de hospitales y clínicas declararon a Crónica.Uno que estaban full y todavía había personal sanitario sin vacunarse.
Tercer semestre: marzo-septiembre 2021
El tercer semestre de la COVID-19 en Venezuela comenzó con un repunte de casos y colas de personas que buscaban oxígeno para sus familiares.
A su vez, el personal sanitario quería inmunizarse contra la COVID-19, pero no había suficientes dosis disponibles en el territorio nacional. En abril solo 98 mil personas del sector sanitario -de un aproximado de 400 mil personas- recibieron dosis de la Sputnik V.
A pesar de que no se había terminado la vacunación del sector salud, el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) anunció una segunda fase que incluyó a los adultos mayores convocados a través del Sistema Patria. La desorganización se notó en los centros de vacunación del país, donde denunciaron atropellos por parte de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y presuntos pagos de personas menores de 50 años para poder vacunarse.
Cuarto semestre: septiembre 2021-marzo 2022
La cobertura de vacunación en el país aumentó luego de la llegada de dosis a través del mecanismo Covax de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y otros cargamentos producto de acuerdos bilaterales con China y Rusia. El gobierno aprobó la vacunación en menores de edad, a partir de los tres años, y las colas en los centros de inmunización desaparecieron con la incorporación de farmacias privadas que ofrecían vacunar a los ciudadanos de manera gratuita.
Desde el 1 de diciembre, Maduro ordenó levantar el esquema 7+7 para “celebrar las navidades”. En Caracas se hicieron grandes eventos organizados por las alcaldías y privados, como conciertos, ferias y recorridos por la ciudad. Todos los sectores económicos trabajaron sin semanas de descanso. Las únicas medidas de salud pública que las autoridades venezolanas recomendaron mantener fue el uso del tapaboca y el distanciamiento físico, orden que no se cumplió del todo.
Aunque a finales de enero de 2022 se informó que había un amplio predominio de la variante ómicron en varios estados del país, en especial la región central, el gobierno no retomó la cuarentena. Igualmente llamaron a la población a recibir una tercera dosis de refuerzo de la vacuna de manera gradual, desde el personal sanitario, adultos mayores, personas con enfermedades de base y menores de 50 años.
A dos años de la pandemia Venezuela acumula 517.164 casos de COVID-19 y 5.652 fallecidos. Cerca de 30% del total de casos fueron reportados en Caracas y el estado Miranda. Hasta el momento, 77% de la población venezolana tiene una dosis y 50% completó el esquema, de acuerdo con datos de la OPS.