lunes, 10 febrero 2025
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Único centro de diálisis extrahospitalario de Barinas pide ayuda al IVSS ante inminente cierre técnico

En el Centro de Diálisis Nefrón funcionan con intermitencia solo siete de las 17 máquinas de diálisis que tiene instaladas y de las que depende la vida de 23 pacientes.

@mlclisanchez

El único centro extrahospitaliario de diálisis del estado Barinas, Nefrón, está al borde del cierre técnico, como la mayoría de las unidades de diálisis del país. La directiva de la unidad -de la que dependen 23 pacientes- renales solicita con urgencia al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) nuevas máquinas de diálisis para seguir funcionando.

En esta unidad, ubicada en el municipio Barinas del estado Barinas, funcionan con intermitencia solo siete de las 17 máquinas de diálisis que tienen instaladas.

El director del centro extrahospitalario, Carlos Montilla, informó que la unidad ha llegado a funcionar solo con tres máquinas para 23 pacientes. “A pesar de que no hemos dejado de reparar y tratar de que estén operativas la mayor cantidad posible, a través de potazos, donaciones de asociaciones como Asobarinas, recursos propios, colaboración de los pacientes, inclusive hemos hablado directamente con el gobernador del estado Barinas”, expresó en un comunicado dirigido a la doctora Emilena Romero, directora de Nefrología del IVSS.

    Desde 2018, el monto que paga el IVSS por diálisis (0,40$) no es suficiente para cubrir los costos operacionales de ninguna unidad de diálisis del país | Fotos William Urdaneta

La directiva del centro de diálisis Nefrón solicita maquinaria nueva para trabajar, “o que nos envíen máquinas que estén en mejores condiciones de las que tenemos actualmente”, indicó Montilla en el escrito.

Las unidades de diálisis extrahospitalarias del país son privadas, y funcionan en una alianza con el IVSS, institución que es responsable del mantenimiento y reemplazo de los dializadores, de proveer insumos para la diálisis y de pagar a la administración del centro un monto establecido por terapia que hoy no alcanza siquiera a un dólar por diálisis.

En el acuerdo, las empresas privadas son responsables del mantenimiento del sistema de ósmosis, del alquiler de los locales y del salario del personal capacitado, pero esto no es posible con los ínfimos ingresos que se perciben del IVSS.

Desde 2018, el monto que paga el IVSS por diálisis no es suficiente para cubrir los costos operacionales de ninguna unidad. Pese a que la unidad Nefrón ha tratado de mantenerse en pie con iniciativas ciudadanas de recaudación de fondos como rifas, pancartazos y potazos, mantener funcionando las máquinas ha sido imposible.

La unidad Nefrón está esperando el apoyo del IVSS para el reemplazo de los dializadores averiados desde marzo de este año, cuando inició la cuarentena por la pandemia de COVID-19 en el país.

La situación trae como consecuencia el agotamiento del personal capacitado, y la interrupción de sesiones de diálisis a dos horas o dos horas y media cuando las sesiones deberían durar cuatro horas por paciente, tres veces a la semana.

“La situación de las máquinas ha hecho que nuestro personal trabaje hasta altas horas de la madrugada (…)” redactó.

Solicitudes desoídas

Montilla ha solicitado apoyo a la Gobernación del estado Barinas, al secretario general de gobierno, al secretario regional de salud y a la división Boyacá de Pdvsa en Barinas para costear nuevas máquinas, pero todas las solicitudes han sido desoídas deliberadamente.

Este 15 de diciembre, el gobernador de Barinas, Argenis Chávez, envió una comisión de técnicos para inspeccionar y reparar las máquinas averiadas. Lo que es improbable es que reemplacen las máquinas por otras nuevas o funcionales, que es competencia del IVSS. “Esperamos que sea lo más pronto posible, porque de verdad estamos muy urgidos, muy necesitados de esas máquinas”, manifestó Montilla.

Antes del ofrecimiento de la Gobernación, la directiva de la unidad solicitó el apoyo del IVSS para reubicar a los 23 pacientes hacia la unidad de Nefrología del Hospital Luis Razetti, también en Barinas, en caso de que la institución se negara a prestar el apoyo con máquinas nuevas o funcionales.  

Al borde del paro técnico

Lo que sucede en la unidad Nefrón es una copia a carbón del déficit de recursos que desde hace más de dos años amenaza con cerrar una a una las unidades de diálisis del país.

En el estado Bolívar, las unidades de diálisis también están a punto de paralizarse. De las cuatro unidades de diálisis que había en el municipio Caroní, solo queda una: la Unidad de Nefrología Salud y Vida (Uninef), en Puerto Ordaz, que también atiende pacientes del municipio Piar.

En septiembre, la Unidad de Diálisis y Hemodiálisis Jesús de Nazareno cerró sus puertas tras la incosteable avería del sistema de ósmosis inversa y la avería del 50% de los dializadores que llevaban más de dos años dañados.

Los 61 pacientes que eran atendidos en esta unidad que por mucho tiempo se mantuvo por autogestión, fueron reubicados en Uninef, que con 30 dializadores atiende ahora a un promedio de 190 pacientes.

“Y eso es un riesgo para nosotros porque, mientras más pacientes hay, más rápido se desgastan las máquinas”, manifestó Jhonny Torrelles, dueño de Uninef. “Eso se traduce a todas las unidades de diálisis que existen en el país, prácticamente su maquinaria se ha venido a menos porque no hay manera de mantener nada”, agregó.  

Esta unidad de diálisis no recibe apoyo del IVSS para mantenimiento preventivo y correctivo de los dializadores desde 2018, lo que amenaza la operatividad del centro extrahospitalario.

El 2 de diciembre, el IVSS aumentó el pago por diálisis a 430 mil bolívares, que equivalen a 0,40 centavos de dólar. Cuando los dueños de las unidades sostienen que necesitan entre tres y 15 dólares por diálisis para garantizar la operatividad de los recintos.

    De las cuatro unidades de diálisis que había en el municipio Caroní, solo queda una: la Unidad de Nefrología Salud y Vida (Uninef)

Torrelles explica que, aunque su unidad se mantiene operativa por la cantidad de pacientes que atiende, la mayoría de las unidades de diálisis del país que son pequeñas, y no exceden los 200 dólares mensuales de ingreso.

Lo que es insuficiente tomando en cuenta que solo hacer mantenimiento al sistema de ósmosis -que es el elemento central de una unidad de diálisis porque purifica el agua que se utiliza para el proceso-, cuesta entre 800 y 1.000 dólares, más los 500 dólares que vale el servicio técnico y que debe hacerse cada cuatro meses.

Eso sin incluir los tratamientos farmacéuticos que deben estar disponibles en la unidad y que debe proporcionar -pero no proporciona- el IVSS, el pago del canon de arrendamiento del local, la refrigeración y el pago de impuestos municipales.

En Uninef solo se pudo hacer el mantenimiento de ósmosis en octubre de 2019. “Este año definitivamente no pudimos. Yo vendí mi camioneta para cambiar el sistema de filtros con la esperanza de que el seguro aumentara la remuneración, pero no llegamos nunca ni al dólar por diálisis”, dijo.

Con 0,40 centavos de dólar por diálisis, Torrelles debe costear el mantenimiento semanal de los dializadores, que logró negociar con el técnico para que se lo dejara entre 30 y 40 dólares por visita y no por máquina. “Y no sabemos hasta dónde vamos a llegar, yo no sé cuándo me toque a mi bajar santamaría”, afirmó.

La falta de mantenimiento en la ósmosis implica arriesgarse a la avería de las cuatro membranas que la componen, y que están valoradas en 5 mil dólares cada una. Y es lo que teme el nefrólogo Jorge Nazzoure, dueño de la unidad de diálisis San Pedro en Ciudad Bolívar, municipio Angostura del Orinoco.

En una entrevista con Correo del Caroní en agosto, Nazzoure informó que lleva al menos dos años sin hacer mantenimiento correctivo al sistema de ósmosis inversa de su unidad, de la que dependen 42 pacientes renales.

Desde el 22 de enero de 2018 no hay insumos para las unidades de diálisis en el país, aunque ya se reportaban fallas graves en el suministro desde 2015. Una investigación del equipo periodístico de Armando.info reveló que esto se debe a que ni el Ministerio de Salud ni el IVSS pagaron la orden de compra de insumos correspondiente a diciembre de 2017.

Desde ese momento, 32 unidades de diálisis se paralizaron en trece estados del país. El IVSS también informó extraoficialmente al medio, que entre octubre de 2017 y junio de 2018 murieron 2.486 pacientes renales.

El informe más reciente sobre la situación de los pacientes renales en Venezuela data de noviembre de 2019 y fue hecho por Amigos Trasplantados de Venezuela y la Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud y la Vida.

En el escrito, las organizaciones reportan que en los últimos tres años han muerto 9 mil pacientes renales en el país por falta de diálisis. La situación de los centros de diálisis no ha mejorado, y el discurso oficial lo atribuye a las sanciones de Estados Unidos.