viernes, 29 marzo 2024
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Maritza Moreno: “La enfermería es una profesión de amor, es una profesión para servir”

Colegio de Enfermeras en Caroní conmemoró el día internacional de las enfermeras honrando la vida de las 15 profesionales que murieron por COVID-19 durante los últimos dos años de pandemia.

@mlclisanchez

Gremio de enfermería en el municipio Caroní, estado Bolívar, conmemoró el Día Internacional de la Enfermería con una misa para pedir a Dios provisión de insumos suficientes para la atención eficiente de los pacientes en medio de la emergencia humanitaria y para honrar la vida de las 15 enfermeras que murieron por COVID-19 durante estos últimos dos años de pandemia. Tres de ellas pertenecían a la junta directiva del Colegio de Enfermeras del estado Bolívar.

Al evento realizado este jueves 12 de mayo en la parroquia San Buenaventura, en San Félix, acudieron enfermeras de los hospitales Dr. Raúl Leoni y Uyapar y de la red ambulatoria de Caroní, así como un aproximado de 100 estudiantes de enfermería de las universidades Rómulo Gallegos y la Universidad Nacional Experimental Politécnica de la Fuerza Armada (Unefa).

Servir, a pesar del miedo 

Maritza Moreno, vocera y presidenta del Colegio de Enfermeras(os) del estado Bolívar declaró que en los últimos dos años de pandemia el gremio de enfermería en Bolívar atravesó uno de sus momentos más duros, no solo por la pérdida progresiva de derechos laborales como un salario digno, o la escasez de insumos médicos y falta de equipos de protección personal que expuso a las trabajadoras al contagio por COVID-19.

Aunque ninguno de los dos ingresos es suficiente, sí vemos que ha mejorado el entusiasmo por seguir. Esta es una profesión de amor y servicio. Sabemos que con enfermería nadie se hace rico, es una profesión de servicio donde estamos dados para servir”, Maritza Moreno

Sino también por la migración masiva de enfermeras y las afectaciones emocionales que impactaron al gremio durante la primera y segunda ola de contagios de COVID-19, que llegó en medio de la emergencia humanitaria que vive el país, y en específico, la región Guayana.

“Nosotras también tuvimos miedo de enfermarnos y de enfermar a nuestra familia, pero a pesar del miedo, muchas salimos a trabajar. Aún sin comer, contando con las almas caritativas que llevaban comida a los hospitales y hacían turnos de 12 horas para poder atender. Fue muy difícil por la falta de transporte, pero muchas llegaron, y llegaron dispuestas a atender”, manifestó.

Articulación estratégica y servicio social 

Moreno relata que las enfermeras se articularon para, en momentos de contingencia, llevar alimento a otras enfermeras de guardia y a los pacientes de los principales hospitales de Ciudad Guayana. Durante los peores momentos de la pandemia, las guardias llegaron a ser de 24 horas en las áreas críticas de atención por la escasez de personal capacitado.

Las enfermeras ofrendaron y honraron la vida de las fallecidas por COVID-19 en Caroní | Fotos William Urdaneta

Las enfermeras enfrentaron aquella ola de contagios con un tapabocas semanal, y la asistencia logística de oenegés para la comida y provisión de equipos de protección personal.

“Muchas tuvieron enfermos en sus casas, pero iban a trabajar porque también había enfermos en los hospitales que estaban contando con ellas”, agregó.

Y la labor se extendió incluso fuera de los hospitales. Solo el año pasado, el gremio junto a la parroquia San Buenaventura realizó en promedio dos jornadas médicas mensuales en comunidades vulnerables de Ciudad Guayana. Las enfermeras brindaron asistencia logística y atención a pacientes en asistencia al personal médico voluntario.

El aumento de casos de COVID-19 también trajo consigo un impacto emocional sin precedentes para el personal sanitario. “La parte emocional fue muy difícil, como gremio tuvimos que buscar ayuda, no es fácil ver a 25 pacientes morirse en una guardia de 12 horas. Sabías que el virus estaba en todas partes acechando. A las enfermeras que les tocó estar ahí fue más dura, sentir hambre no era tanto, sino la parte psicológica”, explicó Moreno.

Salario insuficiente 

La lideresa gremial reportó que este año ha disminuido la migración de enfermeras al sector informal de la economía, o al sector privado de la salud, después de que había un déficit de 40% de personal capacitado en los hospitales principales de Caroní.

Moreno lo atribuye al aumento de salario base que pasó de siete dólares en promedio, a 30 dólares (que sigue siendo insuficiente para cubrir necesidades básicas) y al incentivo salarial que desde en enero de este año paga la Gobernación de Bolívar a personal sanitario de los hospitales Uyapar, Dr. Raúl Leoni y Maternidad Negra Hipólita.

El evento también sirvió como espacio de encuentro gremial después de dos años de aislamiento

El incentivo es de 100 dólares para enfermeras y 200 dólares para médicos.

“Aunque ninguno de los dos ingresos es suficiente, sí vemos que ha mejorado el entusiasmo por seguir. Esta es una profesión de amor y servicio. Sabemos que con enfermería nadie se hace rico, es una profesión de servicio donde estamos dados para servir”, concluyó.

El gremio de enfermería sigue atravesando una profunda crisis laboral, especialmente el personal que trabaja en centros de diagnóstico integral (CDI) y ambulatorios y otros hospitales de Bolívar, que quedan por fuera del incentivo salarial de la Gobernación de Bolívar y a merced de 30 dólares mensuales que no logran costear ni 10% de la canasta básica alimenticia.

En un mes, personal de enfermería del hospital Ruiz y Páez en Ciudad Bolívar ha protestado en más de tres ocasiones para exigir a la Gobernación ser incluidos en el incentivo salarial que se percibe como un salvavidas ante los bajos salarios.

Desde la segunda quincena de marzo, con el ajuste salarial, los profesionales de la salud comenzaron a ganar entre 30 y 97 dólares según su cargo, antigüedad y experiencia.

Pero con el nuevo tabulador, el Ministerio de Salud redujo hasta en 15% los porcentajes de las primas de profesionalización y antigüedad. Medida que el gremio rechazó rotundamente.