La tuberculosis, infección considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la más mortífera del mundo, sigue latente en Venezuela -y en las Américas- después de décadas de lucha y fluctuaciones en la red de vigilancia epidemiológica.
Los estados Delta Amacuro, Amazonas y Bolívar están entre los 10 estados del país con mayor incidencia de infecciones.
Delta Amacuro encabeza la lista nacional de entidades con mayor número de casos nuevos reportados en un período: tiene una incidencia de 74,14 casos por cada 100 mil habitantes (100 m/h) y la población más afectada es la indígena warao del Delta del Orinoco.
Los datos los expuso el doctor Alexis Guilarte, director general del Programa Nacional de control de la tuberculosis del Ministerio de Salud, en el Foro Tuberculosis en Venezuela: Situación epidemiológica y estado de la red de diagnóstico, realizado este jueves a propósito de la conmemoración del Día Mundial de la Tuberculosis.
La incidencia de los casos en Delta Amacuro aumentó 46% en comparación con los datos de 2016, cuando la incidencia de casos por entidad era de 50,53 por 100 m/h.
Amazonas y Bolívar tienen una tasa de incidencia de 30,07 y 29,74 infecciones por 100 m/h respectivamente. Ambas tasas por encima de la media nacional.
Los pueblos indígenas, los privados de libertad, personas con diabetes y personas con VIH son la población más vulnerable a la infección por tuberculosis no solo en la región Guayana, sino en todo el país.
Entre el aumento de la pobreza -y, por lo tanto, desnutrición-, falta de personal capacitado, limitaciones de la red diagnóstica y acceso limitado a tratamiento en algunas comunidades vulnerables, el país ha retrocedido más de 10 años de lucha contra la tuberculosis.
Esa enfermedad y la desnutrición fueron las causas principales de las muertes en cárceles en 2020.
Este año, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) instó a los Estados a aumentar su inversión en servicios contra la enfermedad. Pues si bien las Américas es una de las regiones con la carga más baja de tuberculosis del mundo (2,9%), según OPS cada día más de 70 personas fallecen y 800 enferman de tuberculosis en la región.
Venezuela depende del convenio con organismos multilaterales como OPS y el Fondo Mundial para combatir la enfermedad que, a nivel nacional, tiene una incidencia de 26,5 contagios por cada 100 mil habitantes. Mucho más alta que la reportada en 1980.
El Ministerio de Salud no ha publicado la cifra actual de muertes por la enfermedad y su tendencia en cada estado.
Sin descensos contundentes
Durante 2020, Minsalud contabilizó 8.639 casos de tuberculosis en Venezuela, siendo Distrito Capital, Miranda, Carabobo, Zulia, Anzoátegui y Bolívar las entidades con más casos reportados.
Guilarte explicó que, en números absolutos se detectaron más casos de tuberculosis en Distrito Capital no solo por su densidad poblacional, sino porque personas de estados adyacentes acuden a la entidad para diagnosticarse.
Aún así, después de Delta Amacuro, la capital del país registra una tasa de incidencia superior a los demás estados: 66,4 casos por 100 m/h.
Según los datos compartidos por especialistas, la tuberculosis llegó a su mínima incidencia en el país en el año 2014. Para entonces, Minsalud calculaba una tasa de 20,07 infecciones por cada 100 m/h.
En 2018 la tuberculosis llegó a un pico histórico de 10.574 casos (32,4 infecciones por 100 m/h), una tasa que no se veía desde el año 1980 y que fue apenas una señal del aumento de la pobreza que trajo consigo la inseguridad alimentaria en el país, producto del descalabro del aparato productivo nacional, la inflación, el desempleo y por lo tanto la pulverización del poder adquisitivo de las familias.
Fue a partir de 2019 que con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y demás organismos multilaterales, que los casos volvieron a descender, pero no drásticamente. En 2020, durante el primer año de pandemia por la COVID-19 se reportaron 8.639 casos de tuberculosis en el país.
Los especialistas atribuyen este descenso de los casos a las restricciones de movilidad, y medidas de bioseguridad que se aplicaron para contener la pandemia por la COVID-19.
La OPS señala que, a nivel general, en realidad la COVID-19 revirtió los avances de la lucha contra la tuberculosis por las restricciones de acceso a servicios esenciales de diagnóstico y tratamiento.
Urge fortalecer la capacidad diagnóstica
La falta de equipos tecnológicos para laboratorios e insuficiente personal capacitado para procesar muestras y hacer la búsqueda activa de casos son factores que favorecen la ruptura de la vigilancia epidemiológica de la enfermedad en el país.
La doctora Mercedes España, coordinadora nacional de salud respiratoria de Minsalud, sostiene que la participación del sector privado es clave para fortalecer la red diagnóstica de tuberculosis tomando en cuenta las limitaciones del Estado.
La tuberculosis pulmonar se diagnostica principalmente a través de tomografías computarizadas, cultivos y baciloscopia por inmunofluorescencia.
El cultivo es uno de los métodos más eficientes, pero solo se hace en cinco laboratorios del país ubicados en Distrito Capital, Aragua, Lara y Mérida. En la mayoría de los estados el diagnóstico por cultivos no está disponible por falta de equipos y personal capacitado, advierte España.
En los últimos 20 años, las pruebas de laboratorio que, a través de un microscopio detectan la presencia de la bacteria causante de tuberculosis en una muestra de flema (baciloscopias), disminuyeron más de 50%.
En comparativa: En el año 1999 los laboratorios procesaron 130,038 muestras, mientras que en 2021 se procesaron apenas 60.679.
“Pero no es por falta de reactivos, tenemos reactivos en todos los estados. Nos falta personal capacitado, hemos perdido mucho personal de laboratorio en el país”, dijo la especialista.
Limitaciones para diagnosticar resistencia al tratamiento
El tratamiento de la tuberculosis está compuesto por al menos cuatro antibióticos de primera línea: Isoniacida, Pirazinamida, Etambutol y Rifampicina.
En ocasiones, la bacteria que causa la tuberculosis se vuelve resistente a uno o varios antibióticos. Para detectarlo y mejorar el esquema de tratamiento del paciente es necesario hacer un test de resistencia.
El genexpert, un equipo capaz de detectar la resistencia a la rifampicina -uno de los antibióticos a los que la bacteria suele hacerse más resistente- solo está disponible en seis de 23 estados: Distrito Capital, Carabobo, Sucre, Nueva Esparta, Apure y Bolívar.
Aunque España informó que este año se proyecta la instalación de equipos en otros seis estados: Anzoátegui, Aragua, Lara, Monagas, Mérida y Zulia.
Otro tipo de genexpert, capaz de detectar la resistencia a otros antibióticos, solo está disponible en Caracas.
La tuberculosis (TB) es una de las principales causas de mortalidad en el mundo según la OPS. Esta enfermedad infecciosa afecta principalmente a los pulmones y es causada por una bacteria llamada Mycobacterium tuberculosis. Es una enfermedad que tiene cura a través de la administración de antibióticos durante, como mínimo, 6 meses. ¿Cómo se transmite? Se transmite de una persona a otra a través de gotitas de aerosol suspendidas en el aire expulsadas por personas con enfermedad pulmonar activa. Para que la infección ocurra es necesario que se produzca una exposición prolongada a una persona infectada que no esté bajo tratamiento. ¿Es prevenible con vacunas? La protección inducida por la vacunación mengua con el tiempo y es probable que desaparezca transcurridos entre 10 y 20 años. La vacunación con el BCG no evita la reactivación de la tuberculosis latente, la principal fuente de propagación de bacilos en la comunidad. Pero sí previene las formas graves de la enfermedad, especialmente en los niños menores de cinco años. La vacuna está contraindicada en lactantes y niños con VIH sintomático. ¿Quién desarrolla síntomas y quién no? La infección por M. tuberculosis suele ser asintomática en personas sanas, dado que su sistema inmunitario actúa formando una barrera alrededor de la bacteria. Se calcula que una cuarta parte de la población mundial está infectada por el bacilo de la tuberculosis, lo que significa que dichas personas están infectadas por el bacilo, pero (aún) no han enfermado ni pueden transmitir la infección. Las personas inmunodeprimidas, por ejemplo, las que viven con el VIH o padecen desnutrición o diabetes, así como los consumidores de tabaco, corren un riesgo mucho mayor de desarrollar la enfermedad. Síntomas principales:
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