Pacientes renales de la Unidad de Néfrología (Uninef) -única unidad de diálisis extrahospitalaria que hay en Ciudad Guayana- piden al Estado la dotación de tensiómetros para el monitoreo rutinario de la presión arterial.
Reportan que la unidad que atiende a más de 70 pacientes tiene 28 sillas clínicas con sus correspondientes riñones artificiales, todas sin tensiómetros. Hace poco, el único equipo que quedaba también se averió.
La mayoría de los pacientes renales padecen hipertensión arterial, por lo que requieren monitoreo de presión arterial antes, durante y después de la sesión de diálisis.
Eso porque durante el proceso pueden presentar una hipertensión (presión arterial alta igual o por encima de 140/90 mmHg) o hipotensión (presión arterial más baja de lo normal), ambos problemas requieren atención inmediata para estabilizar a la persona.
Los pacientes de la Uninef no sólo solicitan el apoyo del Estado, sino también donativos de voluntarios de la sociedad civil.
Por lo general, cada máquina de diálisis cuenta con un brazalete que mide la presión arterial. Estos brazaletes suelen durar unos dos años, y deben ser constantemente reemplazados.
La realidad de las unidades de diálisis es que cuando estos equipos se averían, el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) no los reemplaza, así como tampoco repara los dializadores o riñones artificiales inoperativos.
“Hoy, por ejemplo, no tenían con qué tomarnos la tensión, y aquí todos somos hipertensos, necesitamos ayuda”, reportó una paciente.
“Es nuestra vida de lo que estamos hablando. Cada media hora nosotros tenemos que estar tomándonos la tensión, y no hay con qué. Nosotros tenemos que ponernos la eritropoyetina (fármaco utilizado para prevenir la anemia en pacientes renales), pero con la tensión alta no se puede, porque la sube más. Hoy no nos las pusimos porque no sabemos cómo estamos de tensión”, agregó.
Jhonny Torrelles, propietario de la unidad extrahospitalaria, informó que esperan solucionar con prontitud el problema, para comprar al menos seis tensiómetros.
Sin tensiómetros, ni suficientes dializadores operativos
Así como la Uninef, todas las unidades de diálisis extrahospitalarias en Bolívar -y el país- atraviesan una grave crisis de insumos que es directamente responsabilidad del IVSS, institución que no cancela un monto suficiente para cubrir los costos operativos de las unidades.
Jorge Nazzoure, médico nefrólogo y coordinador de la Unidad de Diálisis San Pedro, en Ciudad Bolívar, reportó en entrevista con Correo del Caroní que en su unidad también cuentan con un solo tensiómetro y 12 máquinas de diálisis dañadas.
“Para cada caso (hipotensión e hipertensión), el accionar es diferente, por eso es tan importante monitorear al paciente. Un tensiómetro cuesta entre 35 y 40 dólares, pero multiplica eso por 17 máquinas… (680 dólares)”, explicó. El médico subrayó que, en medio de la crisis, es importante que los pacientes exijan su derecho a tener acceso a servicios de salud de calidad.
“No es lo ideal, pero a los pacientes les toca costear sus propios tensiómetros y seguir exigiendo mejores condiciones para los servicios de salud”, dijo.
El especialista relató que de las 17 unidades con las que contaba, apenas cinco funcionan para 37 pacientes. Eso se traduce en una disminución de la capacidad de atención, y colapso de las máquinas operativas.
Es nuestra vida de lo que estamos hablando. Cada media hora nosotros tenemos que estar tomándonos la tensión, y no hay con qué. Nosotros tenemos que ponernos la eritropoyetina (fármaco utilizado para prevenir la anemia en pacientes renales), pero con la tensión alta no se puede, porque la sube más” |
Hace un mes, personal del IVSS inspeccionó sus máquinas y la planta de tratamiento y prometió repararlas en el plazo de una semana, pero hasta el momento esto no ha sucedido, manifestó el médico.
“El IVSS no paga lo suficiente para garantizar la operatividad de las unidades de diálisis. Por ejemplo, cada membrana que requiere un sistema de ósmosis cuesta cuatro mil dólares y se tiene que cambiar cada dos años. Lo que paga anualmente el Seguro Social en un año no alcanza para reemplazarlas todas”, explicó.
En abril de este año, la Sociedad de Nefrología advirtió que en Venezuela todas las máquinas de diálisis están fallando por falta de mantenimiento. A menudo se trata de equipos que superan los 10 años de uso, y por lo tanto, su vida útil.
La situación de las unidades de diálisis intrahospitalarias es igual de precaria. De acuerdo con la última Encuesta Nacional de Hospitales (ENH), la inoperatividad de los servicios de diálisis en los hospitales fue de 18,5% por dos razones fundamentales: la falta del servicio de agua, y falta de mantenimiento preventivo y correctivo de los equipos especializados.
Al final, es la vida de los pacientes la que corre peligro.
Un convenio que en nada beneficia a los pacientes
Las unidades de diálisis extrahospitalarias del país son privadas, y funcionan en una alianza con el IVSS, institución que es responsable del mantenimiento y reemplazo de los dializadores, de proveer insumos para la diálisis y de pagar a la administración del centro un monto establecido por terapia que no alcanza siquiera a un dólar por diálisis.
En el acuerdo, las empresas privadas son responsables del mantenimiento del sistema de ósmosis, del alquiler de los locales y del salario del personal capacitado, pero esto no es posible con los ínfimos ingresos que se perciben del IVSS.
Desde 2018, el monto que paga el IVSS por diálisis no es suficiente para cubrir los costos operacionales de ninguna unidad. Las unidades han tratado de mantenerse en pie con iniciativas ciudadanas de recaudación de fondos como rifas, pancartazos y demás estrategias de recaudación de fondos.