domingo, 6 octubre 2024
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Escasez de inmunosupresores pone en riesgo la vida de casi 2 mil trasplantados

La ONG Amigos trasplantados de Venezuela afirma que con estas denuncias buscan evitar llegar nuevamente a una crisis como la de 2017, que aumenten los rechazos de órganos y los fallecimientos producto de la ausencia de medicinas.

La insuficiencia de medicamentos inmunosupresores para pacientes trasplantados se evidencia en el país desde el 2021, se agudizó en 2022 con fallas y cambios en las entregas, “y ya se les acabó. Tienen alrededor de dos meses no se hacen entregas, sobre todo en el interior del país; la escasez ya está arropando Caracas, donde siempre se conseguían de una u otra forma”, denuncia Reymer Villamizar, presidente de la organización no gubernamental Amigos trasplantados de Venezuela (ATM).

La ONG enfatiza que la ausencia de estos medicamentos (Micofelonato mofetil 500 mg, Micofelonato sódico 360 mg y Ciclosporina 25/50 mg) en las farmacias de alto costo, que están a cargo del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS), representa un riesgo para los casi 2 mil pacientes trasplantados que existen en el país.

Amigos Trasplantados de Venezuela había estado atendiendo las emergencias en distintos estados, pero en este momento “no tenemos cómo ayudar. Estamos en crisis porque no tenemos para poder ayudar y paliar la situación y eso nos preocupa”, dice Villamizar, quien también es paciente trasplantado, y se muestra intranquilo ante la posibilidad de tener que enfrentar una situación como la de 2017, que ante la escasez de medicamentos, muchos pacientes perdieron órganos y otras fallecieron.

Desde entonces en el país se suspendieron los trasplantes, específicamente hace cinco años y seis meses.

Reymer Villamizar condena que las autoridades del Ministerio de Salud, Fundación Venezolana de Donaciones y Trasplantes de Órganos, Tejidos y Células (Fundavene) y el IVSS “estén como Shakira: ciegos, sordos y mudos”. Lamenta que responsabilicen al bloqueo de la insuficiencia de medicamentos, pues afirma que hace siete años no había sanciones contra el país y ya no se conseguían las medicinas para los trasplantados.

De la misma manera detalla que el costo mensual de estos inmunosupresores es de alrededor de 600 dólares y la mayoría de los pacientes no tienen cómo cubrir esa cifra para tratamientos que son de por vida.

Desde el 2019 se desconocen las cifras de pacientes trasplantados fallecidos directamente por la escasez de medicamentos inmunosupresores, cuando se realizó el último informe, sin embargo, la ONG ATM dice que con estas denuncias buscan evitar llegar nuevamente a una crisis como la de 2017, que aumenten los rechazos de órganos y los fallecimientos producto de la ausencia de medicinas.

Los pacientes trasplantados exigen a las autoridades que se pronuncien para eliminar la incertidumbre. En el 2015 en el país había unas 15 mil personas en diálisis, entre los años 2017 y 2019 la cifra disminuyó a 10 mil por la muerte de 5 mil pacientes por la ausencia de medicamentos y para el 2021 solo quedan unos 7 mil pacientes. “Los que faltan están en la lista de quienes fallecieron producto de la COVID-19 que fue agresiva con estos pacientes”, asegura Villamizar, quien condena que este tema complejo no sea atendido por las autoridades con la seriedad que requiere.

Los principales pacientes trasplantados en el país son de corazón, de hígado y de riñón (los más numerosos).