lunes, 20 enero 2025
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Crisis dificulta gestión de higiene menstrual: jóvenes dejan de ir a clases por esta causa

Una precaria salud menstrual no sólo trae como consecuencia el hecho de no poder realizar las actividades rutinarias, sino que también implica problemas de salud y estar sometida a violencia.

A sus doce años, Karla ha aprendido que la crisis económica que se vive en su hogar no sólo se remite a las dificultades que tiene su mamá para comprar alimentos, medicinas, ropa y calzado o, quizás, llevarla a comer un helado. Hay una crisis que ella vive unos días al mes y que le limita a salir de su casa y hasta asistir a clases.

Desde sus once años, Karla es menstruante y para ella el periodo son días en los que no sólo padece dolor de vientre o debe estar atenta y cuidar de que la sangre no manche su ropa o sábanas. Esos son los días de precariedad y agonía porque su madre difícilmente puede costear productos de higiene menstrual. Tener una toalla sanitaria no es la regla.

“Si mi mamá me compra un paquete de modes, tengo que usar una toalla mucho tiempo, como seis o siete horas y ponerme papel tualé encima, porque tengo que rendirlo para que me queden unas toallas para el otro mes”, reveló la adolescente.

Una precaria salud menstrual no sólo trae como consecuencia el hecho de no poder realizar las actividades rutinarias, sino que también implica problemas de salud y estar sometida a violencia.

Así lo explicó la psicóloga María Virginia Rojas, quien se especializa en la atención a adolescentes y apuntó que además del alto riesgo de padecer infecciones bacterianas vaginales, también son víctimas de violencia económica.

“Se les priva de solventar necesidades básicas que se cubren con dinero. Ahorita todos viven dificultades económicas en Venezuela, unos en mayor grado que otros, pero en este caso se trata de padres que no cubren necesidades básicas de sus hijos”, dijo.

Rojas precisó que, aunque se trate de padres que involuntariamente o por desconocimiento ejerzan violencia económica, las privan de solventar necesidades básicas de niños y adolescentes que están bajo su responsabilidad.

Y aunque se trata de una situación compleja que está inserta dentro de la crisis económica y social que se vive en Venezuela y en el estado Sucre, una entidad que, según la encuesta Encovi 2022, tiene una población en situación de pobreza de 98% debido a su línea de ingresos económicos, hay organizaciones que presentan alternativas.

Tinta Violeta tiene un plan

Yudicira Rincones, coordinadora de Tinta Violeta en Sucre, explicó que desarrollan un plan que no sólo se trata de entrega de kits menstruales sino de sensibilización sobre la importancia de la salud menstrual y el uso de alternativas ecológicas como la copa menstrual.

El proyecto, que incluye un censo de mujeres y charlas explicativas, se desarrolla en la parroquia Ayacucho de Cumaná, la más extensa en territorio y con mayor densidad poblacional en la ciudad, así como en Carúpano, municipio Bermúdez y en Güiria, municipio Vadez.

“Llegamos a estos sitios y nos encontramos con adolescentes y mujeres que no tienen acceso a toallas sanitarias o tampones y en su lugar usan trapos durante la menstruación porque sus ingresos económicos deben destinarlos a comida”, explicó la vocera, quien apuntó que hasta ahora atienden a unas 32 mujeres al mes con la entrega de kits.

Actualmente el proyecto de entrega de kits tiene un alcance de 300 mujeres. “Es algo significativo, pero necesitamos abarcar más”, dijo.