Un indígena venezolano de la etnia warao murió el jueves por COVID-19 en la ciudad amazónica de Bélem, capital del estado Pará en Brasil, confirmó el alcalde Zenaldo Coutinho, quien no indicó el nombre del indígena. Para evitar la propagación, su familia y otros 50 indígenas serán trasladados a una propiedad facilitada por las autoridades brasileñas para que puedan cumplir con la cuarentena.
“Tuvimos algunos casos de coronavirus en indígenas venezolanos waraos. Uno fue hospitalizado, empeoró y terminó muriendo. Dos están bien, tienen problemas para ser hospitalizados, pero viven en un grupo familiar significativo allí en Campina”, indicó el alcalde a través de un video publicado en sus redes sociales.
Los waraos huyen de Venezuela de la pobreza extrema y de la carencia de servicios públicos, una realidad que viven con intensidad en Cambalache | Foto William Urdaneta |
La muerte del indígena warao, del que se desconocen mayores detalles, ocurre a pocos días de que se confirmara que una bebé perteneciente a la misma etnia dio positivo al nuevo coronavirus, La niña de dos meses habita con su familia en un refugio en la ciudad brasileña de Manaos y es la primera contagiada en el recinto.
En la ciudad portuaria de Belém, el flujo migratorio de familias waraos no ha cesado desde 2017, según la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur). Actualmente en esa ciudad viven alrededor de 500 waraos. Entre diciembre de 2019 y enero de 2020, al menos 106 waraos se registraron como solicitantes de asilo en la plataforma en línea donde se solicita la condición de refugiado en Brasil.
Al trasladarse a ciudades brasileñas, los indígenas se enfrentan a un lenguaje distinto y a un proceso de indocumentación lo que “hace que sea más difícil para la red de protección local seguir las necesidades de documentación de estas personas”, informan las organizaciones no gubernamentales. Tener un documento de identificación es de vital importancia en un proceso de emergencia humanitaria, ya que permite a los extranjeros acceder a servicios y oportunidades en el país receptor.
En febrero de 2020, la Acnur organizó una jornada de documentación en Belém en la cual se beneficiaron más de 100 indígenas. “Fue el resultado del trabajo interinstitucional y muestra la importancia de trabajar en una red para garantizar la protección efectiva de las personas refugiadas, especialmente las poblaciones indígenas desplazadas que generalmente se encuentran en una situación de extrema vulnerabilidad”, declaró Janaína Galvão, responsable de las actividades de la Acnur en Pará.
Los waraos huyen de Venezuela de la pobreza extrema y de la carencia de servicios públicos, una realidad que sufren tanto los indígenas de zonas alejadas como los que habitan en centros urbanos o zonas cercanas como Cambalache, en Ciudad Guayana, en donde recibieron mascarillas y medicinas un mes después del inicio de la cuarentena.