La madrugada del domingo falleció el cuarto indígena venezolano por COVID-19 en Brasil. Se trata de Auxilia Garay, una mujer warao de la comunidad Nabasanuka, del municipio Antonio Díaz en Delta Amacuro, que habitaba en el refugio de Pacaraima.
La información la dio a conocer la diputada de la Asamblea Nacional y del Parlamento Amazónico, Larissa González, y la Operación Acogida en Brasil, una misión humanitaria que atiende a inmigrantes venezolanos en Roraima.
El medio brasileño Globo detalló que la paciente falleció en el Hospital General de Roraima (HGR), donde había estado hospitalizada desde el 30 de abril. Hasta este 11 de mayo, solo en el refugio de Pacaraima se contabilizaron 18 waraos contagiados de COVID-19, de los cuales nueve están recuperados. Además hay 130 migrantes venezolanos en aislamiento, 121 de ellos considerados sospechosos. El estado de Roraima alcanzó el domingo las 24 muertes y 1.295 infectados.
El pasado 7 de mayo, el Ministerio Público Federal de Brasil informó sobre 40 waraos que dieron positivo para COVID-19 en João Pessoa, en el estado de Paraíba, alojados en el Centro Social Arquidiocesano São José, residencia de la Iglesia Católica, ubicada en Rua Diogo Velho, en el centro de la capital.
“El domingo (3/5), el MPF fue informado de que una mujer india warao embarazada de 31 semanas fue intubada en la Unidad de Cuidados Intensivos de Maternidad Frei Damião y había dado positivo por COVID-19. La venezolana es parte de las familias indígenas que se hospedan en el Centro Social Arquidiocesano São José. El lunes (4), el MPF se reunió con la Secretaría de Salud de la Municipalidad de João Pessoa, que envió un equipo de salud al Centro Social Arquidiocesano hacer la prueba en los otros pueblos indígenas. El equipo realizó 48 pruebas y 40 personas indígenas dieron positivo para COVID-19. El miércoles (6) se realizaron más pruebas en el resto de los pueblos indígenas que se quedaron en el centro social y se espera el resultado”, detalló el MPF.
Al menos 6 mil indígenas waraos han migrado a Brasil, Surinam y Guyana, en busca de mejor calidad de vida, y hoy son parte de la población vulnerable de contagio de COVID-19, señaló la diputada Larissa González.
Atención en Brasil
La diputada por el estado Delta Amacuro destacó que el Gobierno de Brasil ha sido benevolente y no ha discriminado en tratamiento a los indígenas venezolanos.
Al menos 6 mil waraos han migrado a Brasil, Surinam y Guayana en busca de mejor calidad de vida, señala la diputada Larissa González |
“Desde que llegan a Brasil se les cumple su ciclo de vacuna y se les atiende de manera integral”, destacó González, al tiempo que recordó que por las propias condiciones de vida de los waraos ha sido difícil su adaptación a la ciudad, por lo que muchos están en situación de calle o en albergues.
Agregó que con diferentes organizaciones, entre ellas Fe y Alegría, así como la embajadora en Brasil, María Teresa Belandria, trabaja en una campaña en idioma warao, para concienciar sobre la pandemia y apoyar a las autoridades brasileñas.
González precisó que solo en el albergue de Pacaraima hay por lo menos 800 indígenas venezolanos y cuestionó que el régimen venezolano no haga ninguna mención sobre ellos.
“Las comunidades en Delta Amacuro están abandonadas, no tienen agua, luz, gas, comida, están sin gasolina, no hay ningún tipo de atención social ni para alimentación. El régimen es completamente responsable por esa migración (…) si hubieran recibido la atención que se merecen, nunca se hubieran ido”, denunció la diputada.
Recordó que en 2016 denunció ante organizaciones internacionales el etnocidio de pueblos indígenas en Venezuela. “Eso no prescribe”.
Creciente migración
Lexys Rendón, investigadora de Provea, señaló que desde 2017 hay una profusa migración de waraos por la frontera con Brasil, que se hizo más fuerte en 2018 y creció en 2019.
La Agencia de la ONU para los Refugiados estima que, aproximadamente, 4 mil indígenas venezolanos están en Brasil |
De al menos 13 refugios en Pacaraima y Boa Vista, dos de ellos daba acogida a población migrante warao, en promedio, unos 1.200 indígenas. En Boa Vista se estableció un refugio espontáneo, pero solo para dormir, con alrededor de 432 indígenas. A mediados del año pasado, agregó Rendón, la Oficina de Naciones Unidas determinó que 600 de la etnia llegaron hasta el estado de Pará.
“Es preocupante porque ya se había denunciado que los refugios no tenían las condiciones porque está sobrepasado en la población que pueden atender, además de su tema cultural, su idiosincrasia no es la misma, y el abandono por falta de recursos para garantizar que tengan alimentación, agua. También está el hecho de que los waraos son nómadas, no permanecen mucho tiempo en un espacio y por eso se estaban desplazando a otros municipios”, señaló la investigadora de Provea.
Recordó que independientemente de su condición de migrantes, “el Estado de Brasil está obligado a garantizarle atención digna, respetando su cultura, hacerle los exámenes. El llamado es a las agencias de cooperación de Naciones Unidas, Acnur, Unicef, para un programa de atención a inmigrantes waraos en condiciones de extrema vulnerabilidad, que se les aplique en refugio o los que estén fuera, las pruebas necesarias para determinar quiénes pudieran estar contagiados, estar en aislamiento y con las condiciones para curarse”.
Rendón advirtió también sobre denuncias de una posible práctica de contagios entre militares, para generar anticuerpos. Manifestó que de ser cierta la información, hay un riesgo mayor porque son estos funcionarios los que atienden refugios y comunidades en la frontera.
COVID-19 ha cobrado la vida de cuatro waraos
La primera muerte de un indígena warao se confirmó el 17 de abril, en Bélem, capital del estado Pará, y cuya identidad se desconoce, así como la de un segundo fallecido el 4 de mayo.
El tercero fue Francisco José Burio, quien falleció el 7 de mayo en Recife, estado de Pernambuco. Era oriundo del sector de Boca de Macareo, Delta Amacuro, y migró a Brasil en 2017. Tenía 81 años de edad.
De acuerdo con un comunicado de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), junto a sus socios en Brasil “intensifican la respuesta de emergencia para prevenir la COVID-19 en las poblaciones indígenas refugiadas en las regiones norte y noreste del país”.
La Acnur estima que en total hay aproximadamente 4 mil indígenas venezolanos en Brasil, la mayoría de las etnias warao y eñepá.