El pasado 14 de diciembre, el superior general de la Compañía de Jesús en el mundo, Arturo Sosa Abascal, s.j., tuvo un intercambio reflexivo con varios periodistas en la Oficina de Comunicaciones de la orden religiosa en Roma. El sacerdote, venezolano de nacimiento, resumió en 10 puntos sus consideraciones sobre el mundo actual, sobre los desafíos de la Iglesia y de los jesuitas en el mundo y sobre las nuevas tragedias de la humanidad.
Arturo Sosa introdujo la tertulia con lo siguiente: “Nos alegra poder agradecer el trabajo de comunicación que ustedes hacen todos los días a lo largo del año. Como en ocasiones anteriores, buscamos abrir este espacio informal de intercambio que no pretende ser una ‘rueda de prensa”, sino un intercambio de experiencias y reflexiones en las cercanías del final del 2022.
Antes de escuchar sus comentarios o inquietudes, permítanme compartir algunos sentimientos y reflexiones de lo vivido a lo largo de un año, que no dudo en calificar de desafiante, conmovedor, y que ha provocado más preguntas que respuestas.
En medio de un cambio de época histórica cuyas consecuencias apenas vislumbramos, el mundo que emerge de la traumática experiencia de la pandemia de la COVID-19 luce más desigual, con estructuras sociales que aumentan la injusticia, experimentando importantes transformaciones geopolíticas y con un medio ambiente en proceso de mayor deterioro por decisiones que no se toman o se aplazan.
Surge con fuerza, entonces, la pregunta sobre si la humanidad ha perdido una oportunidad de hacer los cambios estructurales necesarios, que permitan cerrar las brechas de esa injusticia que genera pobreza: flujos de millones personas en busca de mejores condiciones de vida, crecientes formas de violencia y aumento del deterioro ambiental.
Acá algunas reflexiones del padre Arturo Sosa, s.j., superior general de la Compañía de Jesús en el mundo:
Arturo Sosa ante las guerras mundiales
Cuando menos lo esperábamos explotó la guerra entre Ucrania y Rusia, que afecta directamente a los países vecinos de Bielorrusia, Polonia, Moldavia, Rumania y el resto de Europa. Nuestros hermanos jesuitas presentes en el territorio han participado activamente en el apoyo al pueblo ucraniano, sosteniendo su fe y ayudando a los que buscan refugio de la guerra, vengan de donde vengan.
Todo el cuerpo de la compañía colaboró con la red coordinada por el Servicio Jesuita a Refugiados de Europa, con sede en Bruselas, en un vasto plan de acogida, acompañamiento y apoyo humanitario dentro y fuera del territorio de Ucrania. Estoy profundamente agradecido a tantos que han hecho posible nuestra contribución a atender el sufrimiento de tantas personas llevadas a condiciones de vida casi insoportables.
Otras guerras también han ocupado la atención de comunidades y provincias de la Compañía de Jesús. Por ejemplo, en Sudán del Sur, República Democrática del Congo, República Centro Africana y Siria.
Amenazas a las democracias y derechos humanos
Los jesuitas y compañeros(as) en la misión se encuentran en medio de otras situaciones riesgosas a causa del alarmante deterioro de la democracia y el descarado irrespeto a los derechos humanos, que amenazan de distintas formas a los pueblos con los que se comparte la vida y el servicio. Podría mencionar ejemplos en varios continentes, pero me limito a recordar el incomprensible asesinato de los padres jesuitas Javier Campos, de 79 años, y Joaquín Mora, de 80 años, junto al guía turístico que buscó refugio en el templo, en la Sierra de la Tarahumara en México, en junio de este año.
Este hecho permitió llamar proféticamente la atención al crecimiento incontrolado de la violencia en México. Se cuentan por miles las muertes y las desapariciones de personas en este país.
El JRS ha mantenido un esfuerzo creciente por ir más allá de la primera atención y ofrecer distintas formas de acceso a una educación de calidad para miles de niños y jóvenes en campos de refugiados o en condición de refugio.
Por una cultura de la salvaguarda de niños, jóvenes y personas vulnerables
La Congregación General 36ª, reunida en octubre 2016, impulsó a toda la Compañía de Jesús al compromiso en la creación de una cultura de la salvaguarda de niños, jóvenes y personas vulnerables, como una de las dimensiones cruciales de la justicia social.
Un cambio cultural requiere de procesos largos, programados y evaluados constantemente que suponen aprender sobre la marcha. Se ha hecho un gran esfuerzo por conseguir que todo el cuerpo de la Compañía de Jesús, enraizado en contextos tan diferentes, con percepciones bien distintas del problema y las vías de solución, tengan el mismo nivel de comprensión, respuesta a los casos y políticas claras de prevención. La totalidad de las 69 unidades administrativas de la compañía (provincias y regiones), apoyadas por las conferencias regionales han participado activamente en este esfuerzo.
Al día de hoy tenemos un mapa exacto del estado en que se encuentra cada una de las unidades en materia de atención y prevención. Se sabe si cuentan con programas para mejorar o consolidar el establecimiento de ambientes seguros en las escuelas, universidades, centros sociales, parroquias u otras obras apostólicas bajo nuestra responsabilidad. Los protocolos de protección de menores están siendo bien desarrollados en todas partes. En lo que se refiere a los adultos vulnerables queda mucho camino por recorrer para nosotros, la Iglesia Católica y la sociedad civil en general.
De acuerdo al camino que cada una de las unidades ha hecho, se han establecido programas para la formación de los jesuitas y todas las personas que participan en la misión, así como mecanismos de evaluación y seguimiento que permitan crecer en una nueva cultura de protección.
Complejo proceso de aprendizaje
Dije que estamos en un complejo proceso de aprendizaje continuo en esta materia que tiene, además, un especial impacto comunicacional. El caso que se ha hecho público la semana pasada en relación al padre Marko Rupnik es un buen ejemplo de lo mucho que nos queda por aprender, sobre todo del sufrimiento de las personas. Este caso, como otros, nos llena de estupor y dolor, nos lleva a comprender y sintonizar con el sufrimiento de las personas involucradas de una u otra forma. Nos coloca ante el desafío de respetar ese dolor al mismo tiempo que se ponen en marcha, escrupulosamente, los procedimientos exigidos por las leyes civiles o canónicas y se comunica de forma que no se encubran los hechos, al mismo tiempo que, iluminados por el evangelio y otras experiencias humanas, se abren caminos a la sanación de las heridas producidas.
Casos como el del padre Rupnik son de la exclusiva competencia del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, que se vale de los superiores religiosos para realizar tanto las investigaciones previas como los eventuales procesos administrativos-penales, quedando siempre la decisión final en el DDF.
En este caso, la DDF recibió directamente una denuncia de extralimitación en las relaciones entre el padre Rupnik y personas adultas consagradas de la Comunidad Loyola, en Eslovenia, mientras ejercía labores pastorales vinculados al ministerio sacramental. Hechos que sucedieron en los primeros años de la década de los años 90 del siglo XX.
La DDF solicitó a la Compañía de Jesús la investigación previa. Al recibir la información y el encargo, se tomaron las medidas cautelares proporcionales al caso. La investigación previa fue realizada por personas competentes, fuera de la Compañía de Jesús, y entregada al Dicasterio.
Después que la DDF estudió el dossier y comunicó que las denuncias recibidas estaban legalmente prescritas, queremos pasar del nivel jurídico al de atender el sufrimiento causado y sanar las heridas abiertas.
Mantener en vigor las medidas de restricción del ministerio del padre Rupnik es uno de los elementos de un complejo proceso que, sabemos, toma tiempo y para el cual no hay recetas predeterminadas. Forma parte del aprendizaje que vamos haciendo tratando de no equivocarnos.
El rol de la mujer en la Compañía de Jesús
Una experiencia que vale la pena compartir en esta ocasión es la creación y avances de la comisión sobre el rol de la mujer en el cuerpo apostólico de la Compañía de Jesús. La constatación de la inmensa participación de mujeres en todos los niveles del trabajo que se hace bajo la responsabilidad de la Compañía de Jesús y la necesidad de profundizar esa participación, fue el motivo y punto de partida.
La comisión tiene como objetivos evaluar las condiciones en las que se realiza esa participación y proponer formas de mejorarlas. La comisión está integrada por seis mujeres, escogidas por cada una de las conferencias regionales (una de ellas es una religiosa), un varón laico y cuatro jesuitas de diferentes provincias. Se estableció en marzo de 2021 con un programa de trabajo de tres años.
La primera fase fue de conocimiento mutuo de los miembros de la comisión pues no se conocían previamente entre ellos y la escogencia de la persona que coordinaría el proceso.
Se vio la necesidad de ir más allá de los miembros de la comisión y realizar un sondeo que abarcará la diversidad de situaciones en las que las mujeres participan en el trabajo de la compañía. Para ello se consiguió el apoyo del Instituto de Cultura Filipina de la Universidad Ateneo de Manila con el cual se realizó una prueba piloto para la cual se prepararon temas, preguntas.
Sólo en octubre de este año fue posible reunirse presencialmente aquí en Roma. Hasta entonces, todo el trabajo se hizo on line. Durante este encuentro se confirmó la importancia de realizar un survey amplio. Con la presencia del equipo del Instituto del Ateneo de Manila se programó una encuesta ambiciosa que se realizará durante el 2023 para -una vez estudiados los resultados- presentar las recomendaciones a la Compañía de Jesús en el 2024.
El proceso seguido me llena de esperanza y aguardo con optimismo las recomendaciones que surgirán de esta comisión, para mejorar la calidad de la participación en la vida apostólica del cuerpo de la compañía.
En marcha la jornada mundial de la juventud
También está en marcha la organización de la participación de los jóvenes vinculados a las obras de la Compañía de Jesús en la Jornada Mundial de la Juventud a realizarse en Lisboa en agosto de 2023.
Como en oportunidades anteriores, se participa en la Jornada Mundial misma y, además, se realiza un programa previo en el que unos dos mil jóvenes de todo el mundo participan en experiencias locales de voluntariado, en comunidades del país en el que se realiza la Jornada Mundial. Esta vez se harán en Portugal y en España.
Este es otro signo que alimenta mi esperanza en las posibilidades de contribuir a la transformación de la realidad y caminar juntos hacia un futuro más justo y humano.
La Compañía de Jesús está también participando activamente en el proceso sinodal que prepara el Sínodo sobre la sinodalidad a realizarse en las dos sesiones previstas de octubre de 2023 y 2024.
Se participa a nivel de las diócesis, en las conferencias de eligiosos y en las redes apostólicas. También se colabora directamente con la Secretaría del Sínodo del Vaticano participando en las comisiones de metodología, espiritualidad y teología. Una contribución específica es el Programa de Liderazgo Discerniente que se ha ofrecido este año en inglés, español e italiano en Roma y otros países.
Los frutos del Año Ignaciano
Cuando nos reunimos el año pasado había arrancado el Año Ignaciano 2021-2022 que culminó en Loyola el 31 de julio de este año. Debo decir que ha sido una experiencia maravillosa que ha superado ampliamente mis expectativas personales y las del grupo promotor.
Se convirtió en una ocasión para incentivar la creatividad de las provincias y obras apostólicas, que organizaron un sin número de iniciativas según las personas, tiempos y lugares.
Su principal fruto ha sido renovar las ganas de continuar el proceso de conversión al que nos llaman las Preferencias Apostólicas Universales 2019-2029 que ustedes conocen: mostrar el camino hacia Dios, caminar con los excluidos, acompañar a los jóvenes y contribuir al cuidado de la casa común.
Al inicio de este encuentro pudieron conocer algunas de las experiencias: las experiencias del “cañonazo” en la propia vida de algunas personas, el resumen del concurso juvenil de videos y el lanzamiento del nuevo App de Peregrinajes Ignacianos.
La vida de la Compañía de Jesús es mucho más rica de lo que he presentado en este rato. La revista Jesuitas que recibieron retrata otras dimensiones de esa vida y el contacto directo en tantos países en que se desenvuelve, pinta un cuadro de muchos colores. Todo ello llena el corazón de alegría y esperanza.