El Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) denunció el lunes la existencia de tres cuartos de torturas en dos áreas del Centro Penitenciario de Occidente, mejor conocido como la cárcel de Santa Ana, ubicado en el estado Táchira.
Según el observatorio, en las dos áreas de la prisión se ha denunciado la existencia de “tigritos”, como se conocen a cuartos -sin luz o ventilación- de reducido espacio para encerrar a los presos como forma de castigo. Una de las habitaciones usada para la revisión de personas antes de las visitas fue reformada para la tortura, denunciaron un grupo de reclusos al OVP.
“También hay una habitación que se encuentra fuera de los módulos, cuya temperatura es sumamente fría. Una vez que los reclusos son llevados a este sitio, son despojados de su vestimenta hasta quedar completamente desnudos, no reciben cobijas y ni siquiera una colchoneta para descansar durante la noche”, describió la organización en una nota de prensa.
El otro “tigrito” se encuentra en el área de máxima seguridad de la cárcel de Santa Ana. En este espacio los presos son aislados, pero hacinados junto al menos 30 personas más. “Los presos que son llevados a un tigrito no reciben agua ni alimentos durante al menos 24 horas. La poca comida que les suministran llega en mal estado y son sometidos a esta dantesca situación hasta por 15 días”.
Además del aislamiento, algunos reclusos denunciaron haber sido colgados en una reja por horas, con los brazos alzados y sin que sus pies toquen el piso. Al reclamar sus derechos, los custodios los golpean “con una tabla donde tallaron la frase derechos humanos”.
La ONG destacó que “la persistencia de prácticas de tortura dentro de cualquier centro penitenciario representa una grave violación de los derechos humanos y un síntoma preocupante de la situación carcelaria” en el país.
Los reclusos de Santa Ana también denunciaron que se les provee de poca comida, alguna en mal estado, no se les brinda asistencia médica y los cobros para permitir visitas conyugales y pases de alimentos; además de la falta de agua corriente y electricidad.
Las denuncias de torturas y tratos crueles, cobros de vacunas y otras situaciones no son procesadas por el Ministerio de Servicio Penitenciario. El Observatorio de Prisiones recordó que el nuevo director de la cárcel, Oscar Briceño, fue trasladado desde el Internado Judicial Rodeo III, donde fue acusado por maltrato y corrupción.
“No entendemos cómo un funcionario que tiene denuncias por ser violento en contra de los privados de libertad, de propiciar secuestros, motines e incluso resultar detenido por el desvío de alimentos, sigue dirigiendo un penal”, afirmó la organización.
El Observatorio Venezolano de Prisiones indicó que estas situaciones se denunciarán en diversos organismos de la ONU, como la Oficina del Alto Comisionado y la Misión de Determinación de Hechos, la relatora especial sobre la tortura, además del relator sobre los derechos de las personas privadas de libertad en las Américas de la CIDH.