Caracas.- La última sesión de la CXVII Asamblea Ordinaria Plenaria del Episcopado Venezolano cerró este jueves con la difusión de la exhortación pastoral, en la que reafirman que “la pandemia además de causar sufrimiento, dolor y muerte en la población, ha profundizado los males que ya aquejaban en el pasado a los venezolanos”.
Los arzobispos y obispos reunidos subrayaron “tres tristes y escandalosas realidades”: el desmantelamiento de las instituciones democráticas y de las empresas del Estado; el dramático éxodo debido a la emigración forzada de cerca de seis millones de venezolanos expatriados por falta de oportunidades de desarrollo en el país, sobre todo jóvenes en edad productiva; la pobreza de la gran mayoría de nuestro pueblo, con particular acento en la desnutrición de la infancia y las situaciones de injusticias que viven las personas de avanzada edad.
El pueblo venezolano vive una situación dramática y de extrema gravedad por el deterioro del respeto a sus derechos y de su calidad de vida, sumido en una creciente pobreza y sin tener a quien acudir. Es un pecado que clama al cielo querer mantener a toda costa el poder y pretender prolongar el fracaso e ineficiencia de estas últimas décadas: ¡es moralmente inaceptable!”
Además de estos aspectos, están los daños psicológicos, morales y espirituales que experimentan los venezolanos en el drama que estamos viviendo. Se trata de la pérdida de la libertad individual y social, en formas ya fácilmente perceptibles como la persecución, la cárcel, la tortura o la expatriación por problemas políticos. “Hay un objetivo de fondo: convertir al ser humano, creado por Dios como ser libre y responsable, en simple ejecutor de centros idolátricos de poder”, señalan.
La crisis educativa se ha generalizado y profundizado de manera preocupante, provocando un profundo deterioro con seria afectación, tanto de las condiciones en las cuales alumnos y docentes realizan sus actividades, como de la calidad de sus desempeños y expectativas.
“Sin educación de calidad no hay transformación posible. Muchos docentes con excelente formación han emigrado debido a los sueldos y retribuciones de miseria, pues no les alcanzan para el sostenimiento familiar ni para la prosecución de su formación. Se debe privilegiar esta área para construir el futuro del país y abrir el abanico de oportunidades hacia el futuro”, puntualizaron.
“Asistimos a una gran contradicción”
La Iglesia por intermedio de sus obispos advierten que mientras la economía venezolana se encuentra aún sumida en grandes deficiencias que impiden un trabajo digno y un salario justo, cuantiosas inversiones se están dando en el país que solo benefician a pocas personas o grupos de inversionistas en áreas poco accesibles a la mayoría empobrecida de la población; van apareciendo, en nuestras ciudades, casinos y casas de juego, bodegones, restaurantes y hoteles, edificios y casas ostentosas.
Directiva de la Conferencia Episcopal Venezolana para el trienio 2022-2025 pic.twitter.com/I8x9SB5mUr
— Conferencia Episcopal Venezolana CEV (@CEVmedios) January 7, 2022
“En todos los tiempos, el lujo y el desperdicio que ostentan unos pocos ofenden a Dios y a los hermanos, pero con mayor fuerza en este tiempo de pandemia y de crisis global que se vive en el país”.
En vista de las tareas futuras que brotan de los retos actuales, los prelados venezolanos motivan a todos los sectores del país a asumir su compromiso histórico con Venezuela, “para seguir trabajando por la comunión, la paz y el bienestar material y espiritual de nuestro pueblo”. “Como episcopado, en uno de nuestros comunicados, propusimos la necesidad de refundar la nación. La fundamentación de esta propuesta la asumimos desde el principio cristiano de la ‘encarnación’. Así como el hijo de Dios se hizo hombre y asumió toda la dinámica humana para lograr una ‘nueva creación’, cuyo efecto primero fue la transformación del ser humano al hacerlo hijo de Dios, hombre nuevo, marcado por la pascua liberadora, así también lo humano, como condición de lo social, debe ser refundado desde los valores y principios que permiten la construcción del bien común, recuperando los valores de la verdad, la justicia, la solidaridad, la responsabilidad, la honestidad, la cultura del trabajo productivo”.
Por la refundación de la nación
La refundación de la nación también implica, a juicio del episcopado, la inclusión de los pobres y necesitados como sujetos de su desarrollo; recuperar la convivencia fraterna a través de la promoción permanente y efectiva del diálogo; realizar negociaciones claras y justas en favor del pueblo; promover la familia y la educación; renovar los partidos políticos y los liderazgos que no han permitido un discernimiento político centrado en las exigencias actuales; todo esto haciendo uso de los mecanismos previstos en la Constitución Nacional y las leyes para resolver los problemas que humillan y cierran posibilidades de vivir con calidad y en Estado de derecho.
Una plegaria “Elevamos nuestra mirada a Dios, nuestro padre que en Jesucristo, su hijo hecho hombre, nos invita a interpretar la dureza del tiempo presente desde la fe y la esperanza en Él, Señor de la historia. Que Nuestra Señora de Coromoto, patrona de Venezuela, y el beato José Gregorio Hernández, nos ayuden en la tarea de reeducar e inculcar los valores que nos identifican como nación, para que caminando juntos reconstruyamos el tejido social, que nos lleve a ser una Iglesia que promueva la cultura del encuentro, del amor, la justicia, la paz, la libertad”. |
“Es el momento de caminar todos juntos en la construcción de un país donde haya oportunidades para todos, de tal forma que quienes se han ido puedan tener la oportunidad de regresar y volver a la unidad familiar y como nación”, aseveran.