domingo, 9 febrero 2025
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Los humanos han traspasado sus enfermedades a animales salvajes casi 100 veces

El contagio de enfermedades de personas a animales atrajo recientemente una gran atención debido a la propagación del SARS-CoV-2 en ciervos salvajes de cola blanca en EE UU y Canadá.

Un equipo internacional de investigación, dirigido por científicos de la Universidad de Georgetown en Estados Unidos, descubrió que los seres humanos podrían devolver las enfermedades a los animales con más frecuencia de lo que se pensaba.

En un estudio publicado en la revista Ecology Letters, los autores describieron casi un centenar de casos diferentes en los que las enfermedades pasaron de los seres humanos a los animales salvajes, de forma parecida a como el SARS-CoV-2 pudo propagarse en granjas de visones, leones y tigres de zoológico y ciervos de cola blanca salvajes.

“Es comprensible que haya habido un enorme interés por la transmisión de patógenos de humanos a animales salvajes a la luz de la pandemia”. Así lo señaló Gregory Albery, becario postdoctoral del Departamento de Biología de la Universidad de Georgetown y autor principal del estudio. “Para ayudar a orientar las conversaciones y la política que rodea el desbordamiento de nuestros patógenos en el futuro, fuimos a indagar en la literatura para ver cómo se manifestó el proceso en el pasado”.

Cautiverio

En su nuevo estudio, Albery y sus colegas descubrieron que casi la mitad de los incidentes identificados se produjeron en entornos de cautiverio como los zoológicos. Allí, los veterinarios vigilan de cerca la salud de los animales y es más probable que se den cuenta cuando un virus da el salto.

Además, más de la mitad de los casos encontrados fueron de transmisión entre humanos. Un resultado que no sorprende, tanto porque a los patógenos les resulta más fácil saltar entre huéspedes estrechamente relacionados, como porque las poblaciones silvestres de grandes simios en peligro de extinción se vigilan muy cuidadosamente. 

Patógenos

“Esto apoya la idea de que es más probable que detectemos patógenos en los lugares en los que dedicamos mucho tiempo y esfuerzo a buscar, con un número desproporcionado de estudios centrados en animales carismáticos en los zoológicos o en la proximidad de los humanos”, afirmó Anna Fagre, viróloga y veterinaria de animales salvajes de la Universidad Estatal de Colorado y autora principal del estudio.

La experta también publicó una investigación sobre los riesgos de contagio del SARS-CoV-2 utilizando experimentos de laboratorio con el ratón ciervo norteamericano (Peromyscus maniculatus).

“Pone en tela de juicio los eventos de transmisión entre especies que podemos estar pasando por alto y lo que esto podría significar no sólo para la salud pública, sino para la salud y la conservación de las especies infectadas”, precisó.

Propagación del SARS-CoV-2

El contagio de enfermedades atrajo recientemente una gran atención debido a la propagación del SARS-CoV-2, el virus que causa la COVID-19, en ciervos salvajes de cola blanca en EE UU y Canadá.

Algunos datos sugieren que los ciervos devolvieron el virus a los seres humanos en al menos un caso. Muchos científicos expresaron una mayor preocupación por el hecho de que los nuevos reservorios animales puedan dar al virus oportunidades adicionales de evolucionar nuevas variantes.

En su nuevo estudio, Albery y sus colegas hallaron una buena noticia: los científicos pueden utilizar la inteligencia artificial para anticipar qué especies podrían estar en riesgo de contraer el virus. Cuando los investigadores compararon las especies que se infectaron con el SARS-CoV-2 con las predicciones realizadas por otros investigadores en los primeros momentos de la pandemia, descubrieron que los científicos fueron capaces de acertar la mayoría de las veces.

“Es bastante satisfactorio ver que la secuenciación de los genomas de los animales y la comprensión de sus sistemas inmunitarios dio sus frutos”. De esta forma lo resaltó Colin Carlson, profesor asistente de investigación en el Centro de Ciencia y Seguridad de la Salud Global del Centro Médico de la Universidad de Georgetown y autor del estudio. “La pandemia dio a los científicos la oportunidad de probar algunas herramientas de predicción. Resulta que estamos más preparados de lo que pensábamos”.

Proyecto

El nuevo estudio forma parte de un proyecto financiado por la Fundación Nacional de la Ciencia, llamado Iniciativa de Investigación de Emergencia Viral o Verena.

El equipo de Verena utiliza la ciencia de los datos y el aprendizaje automático para estudiar “la ciencia de la red huésped-virus”. Este campo pretende predecir qué virus pueden infectar a los humanos, qué animales los albergan; y dónde, cuándo y por qué podrían emerger. Dichos conocimientos podrían ser fundamentales si los científicos quieren entender cómo y por qué los humanos comparten sus enfermedades con los animales.

Los autores concluyeron que el contagio puede ser predecible. Sin embargo, el mayor problema es lo poco que sabemos sobre las enfermedades de los animales salvajes.

Vigilancia

“Estamos vigilando el SARS-CoV-2 más de cerca que cualquier otro virus en la Tierra. Así que cuando se produzca el traspaso, podremos detectarlo. Sigue siendo mucho más difícil evaluar de forma creíble el riesgo en otros casos en los que no podemos operar con tanta información”, dijo Carlson. En consecuencia, es difícil medir la gravedad del riesgo de retroceso para la salud humana o la conservación de la fauna silvestre, sobre todo en el caso de patógenos distintos del SARS-CoV-2.

“El seguimiento a largo plazo nos ayuda a establecer líneas de base para la salud de la fauna silvestre y la prevalencia de enfermedades, sentando importantes bases para futuros estudios -apostilló Fagre. Si vigilamos de cerca, podemos detectar estos eventos de transmisión entre especies mucho más rápido, y actuar en consecuencia”.