jueves, 16 enero 2025
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“La exploración espacial es el siguiente paso para evolucionar como especie”

Aunque algún aventurado pudiera decir que sus 13 años de vida son una breve historia del tiempo, lo cierto es que el barquisimetano Miguel Rojas, certificado por la NASA como descubridor de un asteroide, no se limita por ello y se entrega a la observación del espacio mientras sueña, más allá y quizás al infinito, con ser astronauta.

Hoy, a los 13 años, Miguel Rojas, oriundo de Barquisimeto, estado Lara, y estudiante de primer año de bachillerato, está más cerca del espacio. No porque haya viajado a él, como es el sueño de su infancia y que aspira hacer realidad, sino porque por su entusiasmo en el cosmos fue certificado por la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) por su descubrimiento provisional de un asteroide.

Desde muy niño mostró gran interés por la lectura y la ciencia, estos gustos son denominados por él como “poco comunes”. Ese pensamiento no lo ha detenido; por el contrario, se muestra orgulloso de todo lo que ha aprendido sobre aeronáutica y ciencias espaciales. Su madre asegura que aprendió a leer de forma autodidacta a los 3 años. Leyó sus primeros libros cuando cumplió 4 años y, en adelante, se dedicó a aprender sobre lo que más llamaba su atención: el espacio.

 

Venezuela tiene mucho talento. Admiro mucho a mi tutor David Oviedo. Aún no es un científico profesional, pero tiene muchos conocimientos y está en camino a ser un astrónomo profesional. Tiene mucho potencial y sé que veremos muchas noticias sobre él en un futuro no tan lejano

 

En tanto solo unos meses ha pasado de vivir en el anonimato a contestar entrevistas diariamente. Pese a que la tarea podría parecer intimidante para un niño, Miguel responde con convicción y serenidad a las múltiples preguntas acerca de su descubrimiento, proyectos y futuro. Sueña con ser ingeniero aeroespacial, así que se mantiene estudiando y haciendo tutorías para optar por una beca en el extranjero. Según su madre, Mary Ramos, Francia es uno de los posibles destinos para que Miguel curse sus estudios superiores.

¿Cómo surge tu interés por las ciencias espaciales? ¿Tus padres motivaron esa pasión o la descubriste por ti mismo?

– Desde muy pequeño me apasiona la astronomía. Mis primeros libros los leí a los 4 años de edad, comencé interesándome por los dinosaurios. Luego me fui adentrando en el mundo del conocimiento del cielo y el espacio por medio de libros. Mi interés fue aumentando y, a medida que esto ocurría, fui haciendo más lecturas y profundizando mis conocimientos. A decir verdad, la pasión por la astronomía viene de mí mismo, pero mis padres y mi familia me ayudaron a conseguir los recursos que necesito para poder investigar y estudiar sobre este tema. 

– ¿Cuál es tu rutina diaria? ¿De qué forma estudias o te preparas en tu día a día para seguir potenciando tus capacidades científicas y de investigación?

– Tengo muchas actividades en el día. Termino mis actividades escolares a las 2:00 de la tarde. Hago ejercicio todos los días: practico tenis y boxeo. Esto es importante para oxigenar mi cerebro y fortalecer mi cuerpo. Además estoy viendo tutorías sobre astronáutica y ciencias planetarias para enriquecer mis conocimientos sobre estos temas. Estas tutorías las tomo los fines de semana. Entre semana estudio y leo de forma autodidacta. 

– En otras entrevistas has comentado que uno de tus referentes es Stephen Hawking y, además, que disfrutas sus libros. ¿Cuál es tu favorito?

– Tengo varios libros de Hawking, mi favorito es La clave secreta del Universo. Es un cuento excelente y entretenido. Aprendes mucho a medida que lo vas leyendo, muy recomendable lectura. 

En la búsqueda del asteroide

Los asteroides son restos rocosos que flotan en el espacio. Estos cuerpos existen desde hace millones de años, específicamente, desde la formación del sistema solar. Miguel ingresó a la Campaña Internacional de Búsqueda de Asteroides en noviembre de 2020. Dicha campaña es auspiciada por la Asociación Larense de Astronomía.

Tras inscribirse en la campaña, International Astronomical Search Collaboration (IASC) le envía al participante imágenes capturadas por un telescopio ubicado en el Observatorio de Haleakala en Hawái, Estados Unidos. El Telescopio de Sondeo Panorámico y Sistema de Respuesta Rápida captura las imágenes que le son enviadas a los participantes, estos deben analizarlas y, posteriormente, escribir un informe con lo que observaron. Si se cree ver algo, se informa a la organización quien pone a sus astrónomos a cotejar con sus bases de datos para determinar si existe o no tal descubrimiento.

En la primera parte de este proceso se le denomina “descubrimiento preliminar”. Cuando se confirma que se ha encontrado algo, pasa a ser un “descubrimiento provisional”, de esta manera llega la certificación de la IASC, que avala el descubrimiento. El proceso puede ser tardío. Miguel hizo el descubrimiento en abril de 2021 y no fue hasta diciembre que obtuvo el anhelado certificado.

Actualmente cuenta con 4 descubrimientos preliminares y 1 provisional. 

“La ingeniería espacial es el futuro de la humanidad. Nos ayuda en la vida cotidiana en cosas como el internet, las cámaras y un sinfín de ejemplos” | Fotos cortesía Miguel Rojas

– También has mencionado que el descubrimiento de este asteroide es solo un paso para alcanzar tus metas. ¿Desde cuándo estás intentándolo? ¿Cómo fue el proceso de contacto Campaña Internacional de Búsqueda de Asteroides?

– Participo en la campaña desde noviembre de 2020. Actualmente llevo 4 campañas con varios descubrimientos preliminares, es decir, sin confirmar. Este es mi primer descubrimiento provisional. Participo en la campaña a través de Órbita CI 130, pero, en el ámbito nacional, hay universidades, colegios e instituciones que también participan en estas campañas. Nacionalmente está coordinado por la Asociación Larense de Astronomía. 

– Luego de que el asteroide que descubriste sea estudiado, podrás escoger tu nombre. ¿Ya has pensado alguno?

– Aún no he pensado en el nombre del asteroide, ya que considero que no es la prioridad por el momento. Para ponerle nombre hay que esperar varios años para hacerle seguimiento a su órbita y conocer todas las características de esta. Este proceso dura mucho tiempo, así que no es algo que es prioritario actualmente. 

– Denominaste a la ingeniería aeroespacial como la carrera del futuro. ¿Por qué?

– Estoy convencido de ello. Es el futuro de la tecnología y la humanidad. En cuanto a la tecnología, la mecánica y la dinámica que usan los cohetes de las agencias espaciales nos ayudan en la vida cotidiana en cosas como el internet, las cámaras y un sinfín de ejemplos. En cuanto a la humanidad, la especie humana siempre se ha interesado por descubrir y conocer. Eso nos llevó a poblar África, descubrir América, pisar la luna… La exploración espacial es el siguiente paso para evolucionar como especie. 

– Actualmente estás haciendo seguimiento al Telescopio James Webb. ¿Podrías comentarnos un poco de este proyecto y qué significa para la ciencia?

– El Telescopio James Webb es el más grande, potente y, probablemente, el más importante jamás creado. Su principal objetivo es acercarnos a la historia del Universo jamás contada, es decir, el origen del mismo. Hace 13 mil quinientos millones de años: la formación de las galaxias y estrellas. La misión de este telescopio es captar la luz infrarroja de estos primeros cuerpos celestes que se formaron en el Universo.

La superdotación en este confín terrícola 

“Hay que estudiar, aprender, investigar y leer. Cree en ti mismo que sí se puede. Hagamos ciencia que es el futuro”

Pese a que sus padres califican el interés de Miguel como inusitado, hay otros niños venezolanos con intereses similares a los suyos. En el 2020 su familia conoció a David Oviedo, quien ha sido el tutor de Miguel durante los últimos años. Oviedo forma parte de Órbita CI 130, una asociación que se encarga de identificar, diagnosticar y dar asistencia integral a niños y adolescentes con altas capacidades intelectuales y superdotación.

Según el sitio web de la organización, hay, al menos, 160 mil niños con superdotación en el país. Por el momento trabajan con 150, pero buscan expandirse para seguir ayudando a estos jóvenes a desarrollar su capacidad intelectual. En esta organización hay un programa de ciencias espaciales donde Rojas ingresó en septiembre de 2020.

Miguel ha intentado hacer este descubrimiento hace más de un año, ya que considera que es un paso importante en su trayectoria para convertirse en ingeniero espacial. Sin embargo, no es tarea fácil. Ha requerido del apoyo de sus padres y de organizaciones internacionales para poder lograrlo. Asimismo brega con las dificultades de conexión en Venezuela -donde se tiene el tercer internet más lento del mundo-. Pese a ello asegura que siempre encuentra la manera de seguir estudiando gracias al apoyo de su familia y docentes. 

– Además de Hawking y Elon Musk, ¿tienes algún otro referente? ¿Algún científico venezolano que admires?

– Venezuela tiene mucho talento. Admiro mucho a mi tutor David Oviedo. Aún no es un científico profesional, pero tiene muchos conocimientos y está en camino a ser un astrónomo profesional. Tiene mucho potencial y sé que veremos muchas noticias sobre él en un futuro no tan lejano.

Has comentado que buscas dejar a tu país y al estado Lara en alto. ¿Crees que es importante que los niños de tu edad tengan sentido de pertenencia y orgullo por su país?

– Sin duda. Aunque sean difíciles las situaciones es importante ser fieles a nuestras raíces. 

– ¿Qué mensaje le enviarías a los jóvenes de tu edad que se sienten limitados por la situación del país, por falta de apoyo o cualquier otro factor, pero que les gustaría dedicarse a la ciencia?

– No les dé miedo tener intereses distintos a los de los demás, siempre sigan su sueño, no pierdan el rumbo. Para eso hay que estudiar, aprender, investigar y leer. Cree en ti mismo que sí se puede. Hagamos ciencia, que es el futuro.