miércoles, 17 abril 2024
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Hasta la fauna es víctima de la crisis humanitaria en Venezuela

Según el informe Emergencia humanitaria en Venezuela y la fauna silvestre: diversidad biológica asediada por la crisis, 60% de la ingesta proteica en zonas rurales viene de la fauna, mientras que en zonas indígenas la fauna silvestre aporta el 100% de la ingesta proteica.

Un informe publicado el 18 de mayo por parte del Observatorio Venezolano de Derechos Humanos Ambientales y la ONG Clima 21 reveló los efectos de la crisis humanitaria en la fauna silvestre.

El informe titulado Emergencia humanitaria en Venezuela y la fauna silvestre: diversidad biológica asediada por la crisis mostró las graves consecuencias negativas de la crítica situación.

De acuerdo con el informe, hay cuatro fenómenos fundamentales en auge que vulneran los derechos ambientales: el contrabando de la fauna, auge de los zoocriaderos, grandes falencias en la legislación ambiental y la pérdida gradual del consumo proteico en zonas rurales.

Los autores del informe detectaron que tanto en el oriente como en las zonas llaneras de Venezuela existe un alto índice de contrabando de especies de la fauna silvestre.

El mayor impacto del contrabando de la fauna silvestre lo sufren especies como la danta, báquiro, picure, paujíes, iguana, conejos, tonina, manatíes, loros, cardenalitos y monos.

En este aspecto hay dos vertientes: contrabando de proteínas de fauna y contrabando de fauna ornamental. El consumo de carne de báquiro, danta, iguana y picure es consecuencia de la demanda histórica internacional de esta proteína.

No obstante, la necesidad de generar ingresos extras o en divisas en medio de la crisis también genera mayor contrabando. 

Pérdida de consumo de proteína en zonas rurales

Este fenómeno es consecuencia directa del contrabando de la fauna silvestre. El mayor porcentaje de caza es con el objetivo de extracción ilegal hacia el mercado internacional.

El objetivo comercial supera con creces la actividad de caza para sustento familiar o consumo proteico para la subsistencia. Con ello el impacto negativo es para los residentes de las zonas rurales cuyo única fuente proteico es la fauna silvestre.

Según el informe, el 60% de la ingesta proteica en zonas rurales viene de la fauna, mientras que en zonas indígenas la fauna silvestre aporta el 100% de la ingesta proteica.

Ambas poblaciones son víctimas de la casa con fines de contrabando hacia el mercado internacional. En ambos casos, las personas cazan por una necesidad extraordinaria, uno para sobrevivir económicamente y el otro para alimentarse.

Auge de zoocriaderos

Según el informe, en Venezuela hay un auge extraordinario de zoocriaderos. Estos son espacios privados destinados a la reproducción de distintas especies únicamente con el objetivo de reproducir y vender crías.

Oficialmente no existe una data sobre estos zoocriaderos y tampoco existe una legislación robusta en esta materia.

A juicio de Antonio de Lizio, profesor de la UCV, “existe una mora en el tema legislativo de la fauna silvestre, así como una visión muy parcelaria”, lo que impide la creación de leyes efectivas.