jueves, 15 mayo 2025
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Guayaneses celebraron Pascua de Resurrección

De acuerdo con la práctica litúrgica, esta festividad inició con la Vigilia de Pascua de Sábado Santo y en la misa dominical se celebró que el Señor ha vencido a la muerte y al pecado, encendiendo el cirio pascual que representa la luz de Cristo resucitado y que permanecerá prendido hasta el día de la ascensión.

Emulando el saludo de paz que entregó Jesús resucitado a los apóstoles, inició la misa por la Pascua de Resurrección, en la parroquia de la Santísima Trinidad de Unare, en la cual con la bendición del agua para una nutrida feligresía se recordó la cita bíblica: “Hay que nacer del agua y del espíritu de Dios”.

El párroco Gustavo Suárez explicó que la Pascua de la Resurrección se celebra con victoria, alegría y gozo, porque recuerda la acción del amor de Dios al mundo.

“A cada hombre, a cada mujer el Señor nos llama también a resucitar esa es la pascua, por eso celebramos la vigilia pascual la cual tiene como centro el encendido del fuego con leña natural como dice la sagrada escritura, para encender el cirio pascual, que para nosotros los católicos representa a Cristo, la nueva luz que ha vencido las tinieblas del pecado y se levanta victorioso”, explicó.

Tal como lo indicó el padre, en las celebraciones se recuerda el bautismo también al recibir la luz. “Estamos llamados a ser luz y la pascua nos recuerda eso, somos hijos de la luz y no de las tinieblas, estamos llamados en todo momento a ser luz donde estemos y con quien estemos”, ratificó.

En virtud a que se celebra el año jubilar el difunto papa Francisco se dirigió desde la plaza de San Pedro “al pueblo de Dios”, recordando que todos los que participaron en la vigilia pascual, en toda la ceremonia ganaban la indulgencia plenaria concedida por él.

En la parroquia La Santísima Trinidad siguió la celebración de la pascua con una procesión a las 7:00 de la noche con Jesucristo resucitado por las principales calles de Unare.

Vale la pena resaltar que con el Domingo de Resurrección comienzan los cincuenta días del tiempo pascual que concluye en pentecostés. La Octava de Pascua se trata de la primera semana de la cincuentena; y se considera como si fuera un solo día, es decir, el júbilo del Domingo de Pascua se prolonga ocho días seguidos que culminarán el próximo domingo de la misericordia.