Desde las 2:00 de la tarde llovía en Ciudad Guayana, pero eso no impidió que feligreses se acercaran a la parroquia Nuestra Señora del Valle a participar en la celebración.
Cerca de las 5:30 de la tarde todavía lloviznaba en el estacionamiento, pero los creyentes permanecían en las inmediaciones de la tarima. La virgen con su habitual atuendo blanco y dorado llegó en una pequeña procesión entre aplausos y canciones.
Las 750 sillas que rodeaban la tarima fueron insuficientes. Personas saltándose la cuarentena radical se acercaron para pedir, agradecer y asistir a la misa incluso de pie.
Marca la región
La solemnidad estuvo a cargo de monseñor Helizandro Terán quien recordó parte de la historia de la virgen, su presencia en la parroquia de Santiago Apóstol, en Nueva Cádiz, Cubagua, antes de 1530 y su paso a la isla de Margarita, para quedarse en el Valle del Espíritu Santo.
“Desde el Valle del Espíritu Santo la virgen marca la vida de nuestra región, el significativo número de parroquias, iglesias, capillas, ermitas, obras educativas y de caridad, que llevan el nombre de la Virgen del Valle, las expresiones de fe en las celebraciones de sus fiestas y las múltiples expresiones artísticas y culturales en su honor nos hablan de un pueblo que sigue encontrando en la Virgen del Valle un signo de identidad cristiana”, dijo.
Terán aprovechó la celebración para pedir Vallita amparo “por los momentos terribles” y la emergencia que padece el país por la pandemia. Le pidió interceder por los pobres, los enfermos con COVID-19, los carentes de medicamentos y el personal de salud.
Por salud
Los asistentes, tanto adultos mayores como jóvenes, se acercaron sobre todo para pedir por la salud de las personas en tiempos de COVID-19. “Ahora más que nunca, que pase esta pandemia, que podamos estar tranquilos y podamos vivir una normalidad”, dijo Briseida.
“Estoy pidiendo por la COVID-19, que bastantes son las víctimas que han sufrido eso, por los niños, que de verdad salgan adelante”, afirmó Crismaru Ascanio, trabajadora del Hospital Uyapar.
“Pido salud para Venezuela, no solo la corporal, sino la salud espiritual, que cuando nuestra fe se eleve realmente podremos aceptar muchas situaciones y las podremos vivir de mejor manera”, señaló Cindy Lares, otra de las asistentes.
Lares tiene una vida dedicada a la veneración de la Virgen del Valle. “Toda mi peregrinación ha sido en la Virgen del Valle, me casé en la Virgen del Valle, mi hija es Fabiola del Valle, soy muy creyente en la virgencita y de su intercesión, es más fácil a través de María llegar a Jesús”.
Carmen Primera, de 79 años, también se acercó a la celebración. Por su lesión en una pierna y la pandemia ha dejado de asistir a la iglesia, pero afirma: “le rezo su rosario todos los días”. Ella al igual que el resto pidió por la salud de los venezolanos.
La actividad finalizó en la noche con un baile en honor a la virgen y una procesión de regreso a la sede de la parroquia.