viernes, 21 marzo 2025
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Representantes de la UEN San Félix exigen a autoridades nuevo manto asfáltico ante inminente colapso de la infraestructura por humedad

El deterioro de la platabanda del colegio hace del techo un colador cada vez que llueve, lo que obliga a suspender las clases.

@mlclisanchez

Cada vez que llueve el agua permea a través del deteriorado manto asfáltico del techo de la Unidad Educativa Nacional (UEN) San Félix, en Ciudad Guayana, y anega los siete salones del primer piso del recinto. La situación -que se prolonga desde hace año y medio- amenaza con hacer colapsar la estructura de la que depende una matrícula de 800 estudiantes de primero a sexto grado.

Ante esto, padres y representantes del colegio exigen a las autoridades competentes -Zona Educativa, Gobernación de Bolívar y Alcaldía de Caroní- la instalación de 100 rollos de manto asfáltico que, según denuncian, les prometió el exgobernador Justo Noguera Pietri.

Las clases estarán suspendidas hasta que se solucione el problema, insisten los representantes.

La UEN San Félix es una institución pública con una trayectoria de 64 años en la ciudad. Al ser nacional, es responsabilidad directa del Ministerio de Educación.

Ante la desidia gubernamental, esta institución se mantiene por la autogestión de padres, representantes y docentes.

La UEN San Félix se sostiene por el apoyo de representantes y docentes ante la desidia gubernamental | Foto William Urdaneta

“Estamos bastante alarmados, estamos aquí porque nos duele lo que está sucediendo. La platabanda está filtrando desde hace año y medio. Nosotros decidimos no traer a nuestros hijos a la escuela hasta que no se resuelva el problema”, manifestó Víctor Marcano, uno de los representantes.

“Es triste que esto esté sucediendo aquí, donde sabemos que hay recursos para solucionar este problema que tanto afecta a los niños”, agregó.

Hace cuatro meses, los representantes acudieron a la empresa constructora Impermeabilizadora Bolívar para solicitar un presupuesto con la intención de recaudar fondos para iniciar las reparaciones por cuenta propia, pero no les fue posible asumir los gastos porque la reparación requiere una inversión de cinco mil dólares aproximadamente.

“¿De dónde sacamos esa cantidad? Habíamos quedado en hacer vendimias de sopas, bollos, dulces para ver si llegábamos al monto, pero no pudimos. Lo poco que se recogió lo tenemos para terminar de construir la cerca al menos”, relató Marcano.

“Hacemos un llamado al gobernador y al alcalde, que se pongan en nuestros zapatos. Hemos hecho tómbolas, rifas, bingos, para mantener la escuela, y para reparar la infraestructura. Nadie más ha venido, y estamos tratando de cerrar la escuela porque no queremos que la platabanda se les caiga encima a nuestros hijos”, denunció Migdalys Maza, otra representante.

“¿Después de que pase una desgracia es que ellos van a buscar solución? ¿No es mejor prevenir que lamentar?”, cuestionó.

Como este colegio, otras instituciones públicas del municipio también sufren el grave deterioro de sus infraestructuras, como la Unidad Educativa Bolivariana Puerto Ordaz, -que también se inunda cuando llueve-, el Colegio Río Orinoco y Brisas del Orinoco, por mencionar algunas.

¿Dónde están las bricomiles?

En junio de 2022, Nicolás Maduro anunció la creación de las brigadas comunitarias para la salud y la educación (bricomiles). Su propósito es, en teoría, recuperar la infraestructura de los colegios y los recintos de salud del país. Sin embargo, su creación no se ha traducido en mejoras de ningún tipo.

Durante 2020, en alianza con instituciones del Estado, organizaciones no gubernamentales como Alinca, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el Consejo Noruego y la Cruz Roja Internacional, iniciaron un Plan de Recuperación de Escuelas, para repotenciar la infraestructura de los centros educativos más vulnerables después de la pandemia de COVID-19.

Cada vez que llueve se anegan los salones de clase. El deterioro del manto asfáltico amenaza la seguridad de los niños 

Pues durante el confinamiento las instituciones públicas estuvieron sometidas al asalto de la delincuencia por falta de seguridad estatal, lo que generó graves daños a las infraestructuras y los mobiliarios.

El plan incluía impermeabilización de techos, pintura, dotación de mueblería, cableado eléctrico e instalación de sistemas de agua por tuberías y tanques.

En ese entonces, quien era autoridad única de Educación, Mauro Suárez, prometió que donaría 100 rollos de manto asfáltico de impermeabilización a nueve colegios. Cuatro de ellos ubicados en el municipio Caroní.

Correo del Caroní intentó entablar comunicación con la directora de la Zona Educativa en Bolívar, Brizeida Quiñones, para verificar el estatus actual del plan de recuperación de colegios y la gestión de las bricomiles, pero no obtuvo respuestas.

El gremio de educación insiste en que una mejora en la infraestructura de los colegios y pagos dignos a los docentes son elementos fundamentales para que el sistema educativo sea sostenible. El deterioro de las escuelas es apenas una arista de la crisis educativa que atraviesa el país.

La Universidad Católica Andrés Bello ha advertido la urgente necesidad de reformar el sistema de educación, actualmente sumergido en una profunda desigualdad en la que instituciones públicas son sometidas al deterioro en distintos niveles por decisión política, toda vez que las instituciones privadas intentan funcionar en medio de costos operativos que, para muchos, ya son insostenibles.