Los daños de mampostería que dejó el temblor del 22 de agosto de 2018, aunado a las filtraciones y la falta de respuesta de las autoridades regionales y locales, llevó a que las aulas de la última planta del Colegio Fe y Alegría Virgen Niña, en Unare, estén fuera de servicio.
Por autogestión y colaboración de padres y representantes, solo pudieron correr con los gastos y reparaciones de la placa del techo, pero aún faltan alrededor de 90 rollos de manto para cubrir un área de 1.636 metros cuadrados.
La directora de la institución, Ana María Vargas, sostuvo que acudieron a Inviobras, a la Federación de Edificaciones y Dotaciones Educativas, Secretaría de Educación, Gobernación de Bolívar y Alcaldía de Caroní, pero todavía esperan respuesta de las instancias oficiales.
Esta falla de infraestructura por falta de impermeabilización afecta la tercera planta de la unidad educativa, donde se ubican las aulas de media y general, que atiende a 474 alumnos de primer a tercer año.
“Estamos solicitando el apoyo para nuestra institución, debido a que la tercera planta se encuentra inhabilitada porque hace falta su impermeabilización. Hemos hecho todo lo humanamente posible por arreglar la placa con los pocos recursos que aportan nuestros representantes, pues estamos en un sector que no tiene esos recursos para tan magna respuesta como comprar 90 rollos de manto para 1.636 metros cuadrados que abarca nuestra institución”, señaló la directora.
Clases presenciales cuesta arriba
El regreso a las clases 100% presenciales, después de dos años bajo metodología a distancia por la pandemia de COVID-19, no ha sido nada fácil para el Colegio Fe y Alegría Virgen Niña, precisamente por las aulas que están inoperativas por presentar filtraciones y grietas.
Eso llevó a que reajustaran los horarios para media y general, principalmente en las tardes, y adecuaran talleres de electricidad, computación, ciencias, entre otros, para servir como salones de clases.
Con el regreso a clases presenciales hacemos milagros para mantener el 100% de las clases presenciales”
Ana María Vargas, directora de la institución
“A esos 474 alumnos de media y general es difícil ubicarlos todos los días, pero no dejamos que le falte un profesor o dejen de venir a clases. Inviobras hizo un evalúo y nos dejó esperando, FEDE vino hace tres años a la institución y estamos esperando. Todos los organismos competentes saben de la situación en Virgen Niña, donde hay un total de 974 alumnos”, agregó Vargas.
Los horarios también los ajustaron para que al salir de clases los de primaria, los alumnos de media y general puedan usar esas aulas. Incluso, los dividen por grupos, también para cubrir el déficit de docentes, a quienes les ha tocado asumir más horas y áreas de trabajo en su jornada diaria.
Una de las preocupaciones del personal directivo, docente, obrero, padres y representantes, es que, con la pronta temporada de lluvias, se afecte el trabajo ya realizado por autogestión y se deteriore mucho más la infraestructura.
Miguel Rosillo, del Comité de Infraestructura del Colegio Fe y Alegría Virgen Niña, reiteró la solicitud de apoyo a los entes del Estado y gubernamentales, o algún otro donante, para apoyarlos al menos, con la adquisición de los insumos para el manto del techo. La mano de obra correría nuevamente por la comunidad.