Diez meses estuvieron cerradas las salas de cine en Venezuela. Cines, teatro, galerías y museos nacionales fueron los últimos en retomar actividades presenciales luego del abandono a los espacios públicos a causa de la pandemia que paralizó al mundo en 2020. Restaurantes, bodegones, lavanderías tuvieron prioridad antes que la cultura. Mientras en países vecinos se tomaban medidas para reactivar el sector, en Caracas la orden era seguir parados “hasta que comenzara el plan de vacunación”. Finalmente, tras varias conversaciones y acciones de protesta, en enero de 2021 se encendieron de nuevo los proyectores.
¿Cómo vivió el sector este cierre?, ¿cuáles son sus expectativas y proyecciones tras los cambios que trajo la COVID-19?, ¿cuál es el futuro del cine nacional y de las salas de cine en Venezuela? Estas son algunas de las interrogantes que trata y aborda El año de la persistencia, el último documental de los realizadores venezolanos Sergio Monsalve y Malena Ferrer, a estrenarse este jueves en las principales salas del país.
“¿Cuándo abrirán las salas de cine en Venezuela?”, con esta incógnita -y preocupación- comienza la obra, en la que, a través del testimonio y entrevistas con cineasta, productores, instituciones, periodista de cultura y críticos de cine -entre ellos: los realizadores Margot Benacerraf y Édgar Rocca; el director de Gran Cine, Bernando Rotundo; el director del Trasnocho Cultural, José Pisano; y el presidente de Asociación de Exhibidores de Películas, Abdel Guerere- ofrecen un repaso por la época “más oscura del sector” y cómo se ha ido dando el regreso a las salas.
“La trilogía de la urgencia”
El año de la persistencia cierra “la trilogía de la urgencia”, le antecedieron las cintas Esto no es un apagón (2019) y Venezuela en Cuarentena (2020), filmes con los que Monsalve y Ferrer documentaron y registraron sucesos inéditos en el país y los cambios que han traído. Este último -“una carta de amor al cine”, señalan los cineastas- es el primero en tener un estreno en la gran pantalla y en entrar en competencia en el Festival de Cine Venezolano 2022.
TalCual conversó con Monsalve sobre El año de la persistencia, su proyección en las salas, sus proyectos futuros y la actualidad del cine nacional.
– Luego de ver El año de la persistencia da la impresión que es la más personal de la trilogía. ¿Cómo se sintió al enfrentarse a esta revisión de un sector al que pertenece y por el que tiene tanto tiempo trabajando?
– Para nosotros era muy preocupante un país sin salas de cine, con las salas de cine cerradas y situación que pensamos se podía prolongar. A finales del 2020 nos dimos cuenta de que se estaba acentuando esta tendencia, que era negativa para la cultura, mientras por otra parte veíamos la apertura de otros espacios, como restaurantes; eso nos generó sentimientos encontrados: ver que se podía reabrir el país en ciertos contextos y en otros no, dejando por fuera la cultura. Estábamos al tanto de cómo en otros países se fueron abriendo las salas, se crearon planes de contingencia para reabrir las salas y Venezuela estaba ajena a lo que era la corriente mundial en ese momento.
“Ante este escenario nos dimos cuenta de que era el momento oportuno para empezar a hace un registro de lo que estaba ocurriendo con las salas de cine de Venezuela, apostado a la reapertura, que afortunadamente, luego ocurre. También nos pareció importante documentar las acciones de protesta que se dieron en pro de la reapertura de las salas en Venezuela. En medio de ese fragor, en enero de 2021 fue que tomamos la decisión de grabar el documental, al calor de estas conversaciones y protestas”.
“Nosotros hemos desarrollado un cine que puede hablar de estos temas, hacer memoria, el futuro dirá si eso es trascendente o no. Con El año de la persistencia Malena y yo volvemos a nuestros inicios, cuando hacíamos en Vale TV la serie Estado crítico (2007), en el que abordábamos temas y géneros del séptimo arte”.
Vuelve todo, menos el cine
En noviembre de 2020, Nicolás Maduro anunciaba al país la suspensión del confinamiento durante diciembre. La medida buscaba “desarrollar” en ese último mes “la recuperación económica, comercial, de reencuentro de familias y toda la actividad que necesita el país”, dijo el mandatario. Pero en ese “la actividad que necesita el país” no estaban incluidas las salas de cine, teatro ni museos.
Días más tarde miembros del sector cine comenzaron a demandar la apertura de las salas, se iniciaron conversaciones y acciones de protesta en redes sociales.
El 20 de enero de 2021 Maduro autoriza la vuelta a las salas. Érase una vez en Venezuela -cinta que aspiraba a representar al país en 93 edición del Oscar- era el único título local en la cartelera para ese momento y Tenet uno de los estrenos internacionales en pausa, a causa del virus de Wuhan.
– Esto no es un apagón y Venezuela en Cuarentena se estrenaron y difundieron a través de redes sociales y streaming. ¿Que El año de la persistencia llegara a las salas fue algo premeditado o que se dio?
– Pensamos que se iba a estrenar en redes sociales o en alguno de los festivales híbridos que se están llevando a cabo, pero Malena tenía más incubada la idea de llegar a las salas, de que tuviera un estreno en salas, así fuera solo para la prensa. Luego, producto de las conversaciones con Édgar Rocca, fue que comenzamos a ver más probable estrenar en el cine. Él llevó se encargó de ese proceso, que puede ser tan engorroso como sacarse el pasaporte.
“Que esta película se luzca ante una audiencia, en el espacio donde se está dando la discusión temática que propone el guion, que es qué va a pasar, cuál es el futuro de las salas de cine en Venezuela y en el mundo; es lo más idóneo y es un cierre bonito para el proyecto. Es una ganancia, personal y creativa, y algo que nos llena de emoción”.
El año de la persistencia va a estar, desde este jueves en salas de Caracas, Maracay (Aragua), Valencia (Carabobo), Barquisimeto (Lara) y Maracaibo (Zulia).
– En los últimos años la asistencia a las salas ha sido muy baja y las cifras de los primeros meses tras la reapertura de los cines fueron terribles, pero recientemente se dio un incremento. ¿Cómo evalúan ustedes esos números? ¿los consideran alentadores?
– Totalmente. Nos llenan de mucha esperanza. Nos da satisfacción poder estrenar en un momento cuando estamos viendo esa luz después del túnel, estamos viendo que hay una oxigenación del teatrical, después de tanto tiempo cerrado y de tantas crisis, como la eléctrica, la inseguridad y la hiperinflación.
“Estamos viendo que esa lucha que dio el gremio valió la pena, que es una conquista del gremio, de todo el gremio unido, de gente que siguió creyendo que el negocio y la plataforma del teatrical tenía sentido. Eso de producto de un país que sigue, a pesar de todo, teniendo instituciones cinematográficas estables, obviamente muy condicionadas por el entorno, pero son instituciones que tiene mucho tiempo trabajando; empezando por las cadenas de cine en el país y la Ley de Cine en Venezuela”.
– ¿Luego de la reapertura de las salas el sector ha recibido algún apoyo o ayuda por parte del Gobierno, como sucedió en otros países?
– Esta película y otras van a ser detonantes para seguir en conversaciones, porque al final el cine las películas sirven para eso. Uno de los debates que se da en la película es cuál es el futuro del cine nacional y del CNAC. De la época que estamos hablando en la película salta la crisis profunda del CNAC, en donde no se sabía muy bien cuál era su norte y encima de todo eso con casos bastante sustanciales de censura a películas como Infección y El Inca: un momento de Medioevo.
“Después de la gestión de Juan Carlos Lossada (2011-2015) pasamos a un momento de impresiones, inquietudes y de cambios muy rápidos. Ahora, 2022, está Carlos Azpúrua al frente del CNAC y yo tengo la impresión de que está tomando correctivos necesarios, entre ellos cito: se está aprobando absolutamente todo, para ser estrenado comercialmente -tengo entendido-, después de pasar por un momento en el que se había limitaciones con ciertos temas. También, al parecer, está la voluntad de pagar el dinero que se debe en Ibermedia, eso ha truncado fuentes de inversión e ingreso para que los cineastas nacionales que quieren producir, y hay otra vez más presencia de CNAC en diferentes espacios, con una vocería que quiere tender puentes y tejer redes”.
“Esos gestos deben ser bien recibido, este país y la plataforma cine no aguanta más una polarización o un conflicto como lo teníamos hace cuatro años atrás. Debemos evolucionar hacia formas de cogestión, en donde podamos solucionar los problemas inmediatos del país, de los cineastas”.
– ¿Cómo está la salud de la cultura cinematográfica del venezolano?
– ¿La salud? Tremenda palabra. Creo que es una salud que está sufriendo varios deterioros, varias crisis. Pero a pesar de eso es importante recordar que tenemos una historia y un presente que sigue apostando, ese presente está en las escuelas de formación cinematográfica que siguen trabajando en el país, a pesar de todo; también vemos que hay chicos que están haciendo cine y festivales en la frontera, como es el caso del Festival El Grito. En Maracaibo siguen haciendo sus cortometrajes y produciendo; en Margarita está Marcos Salaverría, que estrena en el Festival del Cine Venezolano el cortometraje Sotavento, luego de participar en Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires; y mucha gente que sigue trabajando en las regiones.
“Hay una reactivación de la exhibición, distribución y producción y están solventes. Y los gremios están generando conversación, contenido, talleres. Es momento para ser cautelosos con lo que está ocurriendo en esta etapa de la vida como para no bajar la guardia, pero para empezar a entender que tenemos unos cimientos sólidos, que auguran o prometen que volvamos a ser lo que fuimos en los años 70 y en la primera década del 2000”.
“También hay una generación de relevo que quiere seguir trabajando y aportando a la plataforma cine, pero ellos necesitan respaldo institucional y eso sí no lo están viendo tanto. Tienen la angustia, y lo manifiestan, de no contar con el apoyo institucional”.
– ¿Están trabajando en un nuevo proyecto? ¿Con este cierre de la trilogía se van a tomar un descanso de la “urgencias” del país?
– Sí, nos vamos a tomar un respiro, un descanso, a menos que surja algo. Pero por lo pronto queremos trabajar en piezas más íntimas, seguir indagando en conexiones entre ficción y el documental. Y para finales de año esperamos presentar un proyecto que tenemos casi listo, pero aún no puedo adelantar nada.
El cine y La persistencia de una ilusión
El año de la persistencia se grabó durante 12 meses y contó con la asistencia de producción de Andrés Robles y la música de Marcel Bardon. Esta cinta de 72 minutos de duración, de “estética disruptiva, frontal y alternativa” rinde tributo a La persistencia de una ilusión, del crítico Ambretta Marrosu, texto que expone la capacidad que ha tenido el cine venezolano de “sobrevivir a las diferentes coyunturas y mantenerse vigente”.