Rosix Rincones es escritora, crítica literaria, comunicadora y columnista de Correo del Caroní. Aun desde la lejanía que implica vivir y trabajar en otro país, siente y extraña día a día “su querido Puerto Ordaz”. Su cariño por Venezuela y su compromiso con la escritura y la poesía culminaron en la publicación de su más reciente obra, Vinimos a tejer una ciudad, en la que invita a los lectores un diálogo con un compañero de viaje.
Rosix cuenta con una amplia trayectoria comunicacional y en su perfil esgrime un doctorado en la Universidad de Birmingham, del Reino Unido. Firme creyente de que la educación superior es una herramienta para comprender el panorama general del entorno y buscar soluciones, invita a no dejarse arrebatar el entusiasmo inteligente que se respira ahora, asegura que hay que labrarlo día a día.
– En la actualidad el mundo literario no resulta atractivo para las nuevas generaciones. ¿Qué le motiva a usted a ser una crítica literaria y autora de varias obras?
– No estoy de acuerdo con la premisa sobre que la literatura no resulta atractiva para los jóvenes. Yo conozco jóvenes a quienes les gusta y tuvieron acceso a ella gracias a un amigo, un profesor y hasta las novias. No es que no sea atractiva a las nuevas generaciones, es que no llega a ellos. Por un tiempo me torturaba pensar que era una falla de los docentes o de los estudiantes, pero no, esto va más allá de lo meramente educativo.
Sobre ese rasgo escribí un artículo, El equipaje perdido (2017, 2023), donde hablo de cómo los medios aportaron a la difusión de la cultura del país durante el período democrático (…). La poesía está ligada al ser humano desde lo más íntimo.
Ciertamente, no todos los jóvenes responden de manera ideal (…) pienso que de niña estuve rodeada de gente que le gustaba leer, en mi pueblo, en mi familia. Y sobre mi gusto por la crítica es porque la literatura es una fuente de vida, de imaginación, de filosofía, de belleza y misterio.
– En su trabajo toma en cuenta la literatura venezolana, sin embargo se refleja su preparación en el extranjero. ¿Cómo fusionar ambas corrientes dentro de su obra, Vinimos a tejer una ciudad?
– He leído literatura venezolana y del extranjero desde muy temprano. En mi casa había una extensa biblioteca. Mi formación en literatura vino de la mano del bachillerato y con la lectura de las obras que leía por antojo de cualquier parte, de Latinoamérica, Rusia, España, Inglaterra.
De mi formación literaria te diría que cuando uno lee a escritores de aquí y de allá o de otras épocas, diría Umberto Eco, uno absorbe la experiencia de vida de ellos y eso enriquece a la persona y al escritor. Sumergirse en una historia es una experiencia en sí misma.
– Existe poca información sobre su experiencia de estudios en Estados Unidos. ¿Qué puede contarnos sobre esta etapa de su vida? ¿Qué enseñanzas le dejó? ¿Qué influencia tiene su experiencia en su óptica durante la redacción de su última obra?
– De mi formación en literatura británica y angloamericana hubo una impronta de solo leerlos en el idioma original. Cada idioma lleva en sí mismo una mentalidad, y bajo el esmero de los escritores, el valor es inconmensurable.
Ahora, esa época también me formó en crítica literaria, y me hace apreciar el sentido de viaje en las historias, de su trascendencia. La noción universal del viaje como símbolo de transformación es reconocida en cualquier parte del mundo, de allí que pueda ser entendida por los lectores de otras tierras.
“No es que no sea atractiva a las nuevas generaciones, es que no llega a ellos. Por un tiempo me torturaba pensar que era una falla de los docentes o de los estudiantes, pero no, esto va más allá de lo meramente educativo”. |
El viaje de los personajes de Vinimos a tejer una ciudad, fue el de sobrellevar los años de deterioro, encierro, burla y destrucción que hemos tenido que sufrir en este país. Como experiencia me hizo ver la oportunidad detrás de la desgracia, y quizás alguien pueda percibir esa esperanza en mi columna. Hemos forjado nuestro carácter para ser dueños del destino que deseamos, y eso me inspiró a escribir la novela.
La alegría que notas ahora en la calle es la del triunfo sobre nosotros mismos, de haber tenido que superar nuestras propias miserias para poder acordar una ruta. Sencillamente extraordinario. Cuando los países se levantan, parten sus veleros con fuerza. Y esto no lo digo solamente de los políticos.
– Su maestría en Venezuela trató sobre la obra poética de Álvaro Mutis (2000) y en la misma línea ha estudiado la poesía de otros autores. Considerando que la poesía es un tipo de obra literaria que es poco frecuentada por la población, ¿qué le diría a los venezolanos acerca de este género literario?
– Es un género exigente de leer, de escribir y de investigar. Sin embargo, con todo y exigente, hace años un poemario como Veinte poemas de amor y una canción desesperada de Pablo Neruda, era leído por los jóvenes.
Definitivamente nos hace falta ambiente. No sorprende que en las universidades la vean con recelo como tema de estudio. Creo que si alguien cultiva la poesía deberían permitirle que la enseñe donde sea.
Pero hay algo más, al leer poesía se abre la mente a la imaginación, el pensamiento, la sensibilidad, a los giros de lenguaje, a la ironía, la comedia. Si éstas últimas no se entienden, puede deberse a la falta de una lectura de la imaginación. Y en eso me atrevo a decir que la poesía surgió simultáneamente con el lenguaje en el desarrollo del ser humano.
– ¿Qué espera usted conseguir al escribir su novela?
– Espero conseguir en la novela, que dialogues con él como compañero de viaje.
– ¿Considera usted que puede ser una herramienta que provoque algún cambio en Venezuela?
– La palabra herramienta está coleada aquí, ja, ja, ja. Ver la novela como un sacapuntas o algo. Y los cambios, de haberlos, que sean para compartir las apreciaciones de viaje. No está mal.
– Usted es testigo de la época dorada de Venezuela cuando era un referente importante en economía y cultura. ¿Qué mensaje le daría usted sobre todo a los jóvenes venezolanos testigos de una Venezuela completamente diferente?
– A los jóvenes y a los no tanto les digo, no se dejen arrebatar el entusiasmo inteligente que se respira ahora. Hay que labrarlo día a día.
– ¿Podría decir en qué plataformas o librerías está disponible su libro?, y en caso de no estar todavía disponible en Venezuela, ¿cuándo llegará?
– El libro es publicado por RIL Editores, España. RIL es una editorial chilena con tiendas en España y Europa, y en 10 países de las Américas. Para Venezuela el libro está disponible solo en su versión digital.
En los enlaces abajo se da información de contraportada de la novela y desde allí puede adquirirla.
El libro está disponible en físico en la modalidad Impresión Bajo Demanda y en digital (PDF y ePub). El pedido se puede realizar vía la página web de RIL, su librería de confianza o Amazon.
Los interesados en la obra pueden visitar: