miércoles, 11 diciembre 2024
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Inés Wood cuenta sobre el patuá, idioma histórico que hoy es casi desconocido por los callaoenses

Hija de dos inmigrantes antillanos que llegaron a El Callao a buscar un mejor porvenir, Wood dedicó su vida a la enseñanza del patuá, una lengua criolla hablada en Venezuela desde finales del siglo XVIII.

@joelnixb

Inés Wood Andrew es una callaoense de 92 años que dedicó su vida a la enseñanza de idiomas en los planteles educativos del poblado, aunque hoy está retirada de su entrañable oficio, y dice que tiene mala memoria, no olvida cómo aprendió el patuá, ni la historia que conoce del idioma.

El Callao es mucho más que sus carnavales, además de ser la cuna del calipso y una tierra rica en oro pero escasa en recursos y servicios públicos, guarda en sus entrañas una multiculturalidad en gastronomía, historia y dialecto, única en Venezuela y digna de compartir.

El patuá es un idioma criollo francés que llegó a Venezuela por la migración de personas provenientes de islas antillanas como Trinidad y Tobago, Santa Lucía, Granada, Dominica, Haití, entre otras. Se habla en zonas de los estados Sucre, Delta Amacuro y en Bolívar es un dialecto radicado en El Callao.

En El Callao actualmente el patuá es hablado solo por familiares de inmigrantes antillanos que llegaron a esta tierra hace más de 100 años

Inés recuerda claramente cuando su mamá, oriunda de Dominica, se encontraba con sus amigas en El Callao y hablaban en códigos de una lengua que tuvo que aprender escuchándola, porque su progenitora no se las enseñaba por seguridad y traumas del pasado.

Contó que cuando los ingleses tomaron el control de algunas islas antillanas que antes eran de dominio francés, había una patrulla escolar que les prohibía a los niños hablar patuá, lo que generó que su mamá al emigrar no les enseñara esa lengua a sus hijos por temor.

“Las Antillas primero pertenecieron a los franceses y luego pasó pirateada a los ingleses. Mi mamá nos decía que había una policía escolar inglesa para vigilar a los niños que iban a las escuelas para que tuvieran que hablar el inglés y les daban palo porque ellos hablaban patuá originalmente. Por eso dejaban de hablar patuá forzadamente”, comentó.

Agregó que los antillanos que llegaron a El Callao sabían hablar el inglés y el patuá correctamente, pero quienes más lo hablaban eran las mujeres, las madamas, entre ellas como una forma de socializar, de recordar sus raíces y de comunicarse sin que otros entendieran lo que decían.

Recordó que en El Callao generalmente los hombres no hablaban patuá, pero sí lo conocían. “Las madamas se encontraban en el mercado o en las tiendas y aprovechaban para hablar patuá entre ellas. También en esos tiempos ocurría que los comerciantes franceses buscaban empleados antillanos para poder comunicarse mejor en francés”, agregó.

Comentó que las madamas no tuvieron que enseñarles patuá a sus hijos, sino que estos lo aprendieron escuchando las conversaciones entre ellas.

“Y eso que mi mamá y sus amigas lo hablaban escondidas, yo oía que preguntaban ‘¿ellas lo saben hablar?’ y mi mamá decía que no, que hablaran con confianza porque mis hermanas y yo no entendíamos, pero lo que ellas no sabían es que nosotras entendíamos todo lo que ellas decían”, expresó riéndose.

El patuá venezolano 

De acuerdo con un estudio de Jo-Anne Ferreira, profesora de lingüística en la Universidad de las Indias Occidentales, San Agustín, el origen del patuá venezolano, o criollo francés venezolano, proviene sobre todo del francés trinitario, una variedad del criollo francés de las Antillas Menores.

Y específicamente en El Callao, es hablado por los descendientes de los inmigrantes que llegaron en búsqueda de las minas de oro al sur de Bolívar.

En El Callao las madamas recordaban sus orígenes hablando en patuá | Foto William Urdaneta

Tal es el caso de Inés, quien dijo que su padre, proveniente de San Vicente, se aventuró a irse a El Callao en 1901, luego de ver en un periódico local las ofertas de trabajo que se ofrecían al sur de Venezuela. “Esos periódicos llegaban a Trinidad y decían ‘se necesita trabajadores para El Callao que sepan esto y esto’ y así como se vino él llegaron muchas personas”, recordó.

Pero el patuá tiene muchísimos años más en Venezuela: de acuerdo con Angelina Pollak-Eltz, antropóloga venezolana de origen austriaco, los inmigrantes hablantes del francés y del criollo francés llegaron en masa al país en el siglo XVI, específicamente a las costas de Paria. Pero otros estudios confirman que la lengua empezó a hablarse en el país a finales de XVIII.

El criollo patuá francés se también se habla en Güiria y en Macuro, donde en la Península de Paria, por su cercanía con Trinidad y Tobago.

El idioma es relacionado comúnmente con un subgrupo de la cultura afrovenezolana, pero no todos los patuáhablantes son afrodescendientes. Ferreira aclaró en su estudio, publicado en 2010, que existe la tendencia de relacionar la lengua patuá como lengua de afrodescendiente, en lugar de reconocerla como una lengua inmigrante, al igual que lenguas como el portugués, el italiano o el alemán.

“Esto explica la frecuente asociación que solía hacerse de la lengua patuá con la población esclava; dicha asociación no tenía en cuenta el hecho de que muchos patuáhablantes migraron a Venezuela mucho tiempo después de la abolición de la esclavitud. Por esto el patuá debería ser considerado como una lengua inmigrante dado que la gran mayoría de los patuáhablantes son hijos, nietos y bisnietos de inmigrantes antillanos que no tienen ninguna conexión directa con la historia de los afro-venezolanos”, escribió la lingüista.

Un idioma que las nuevas generaciones callaoenses no conocen 

El 19 de noviembre de 2014, mediante Gaceta Oficial, el patuá fue declarado patrimonio cultural de Venezuela. Sin embargo, poco ha hecho el gobierno para preservar una lengua criolla practicada en el país desde hace más de 220 años.

Ferreira explicó en su estudio, que el criollo francés venezolano está en peligro de extinción porque en la actualidad solo unos pocos ancianos bilingües continúan hablando patuá en sus hogares.

“Todo esto indica que esta lengua está atravesando un grave peligro y parece que no hay una verdadera esperanza de revitalización o reclamación, solo el deseo de promover la lengua como un idioma ancestral o étnico que se enseñe en algunas escuelas”, agregó la lingüista.

Sin embargo, no solo se está extinguiendo en Venezuela, de acuerdo con Ferreira en Trinidad y Tobago el patuá está siendo desplazado por el inglés y el inglés criollo.

De acuerdo con Wood, actualmente en El Callao no se habla patuá oficialmente, sino lo hablan los hijos, nietos y bisnietos de inmigrantes antillanos, o como ella dice, “lo hablamos los hijos de aquellos que ya no existen”.

Agregó que aunque ha habido proyectos, creados por el gobierno, para enseñar el idioma en las escuelas, no han logrado uno que funcione y que enseñe el patuá a las nuevas generaciones callaoenses para preservar la cultura del pueblo y que esta lengua no muera.

Las Antillas primero pertenecieron a los franceses y luego pasó pirateada a los ingleses. Mi mamá nos decía que había una policía escolar inglesa para vigilar a los niños que iban a las escuelas para que tuvieran que hablar el inglés y les daban palo porque ellos hablaban patuá originalmente”

Para ella, la “escasez” de no hablar el patuá ha originado que el idioma se esté extinguiendo en el poblado. “Si tú venías 20 años atrás hubieses escuchado a mi mamá y a otros antillanos hablando en patuá, pero eso ya no se ve seguido”.

Para que el idioma no muera cree que es necesario que el gobierno se encargue de promover la enseñanza del patuá y que el proyecto esté encaminado por personas que estén interesadas en que la lengua no se extinga.

Hace unos años invitaron a Inés a una escuela del poblado a dar una clase de patuá y recuerda que los niños se veían interesaros en el idioma.

“Tendrán que empezar a hacer escuelitas, si quieren recuperar el patuá la única forma es esa, o que incluyan en las escuelas el idioma como una materia”, agregó.

En el marco de la celebración de los 100 años de nacimiento de Isidora Agnes, está previsto que a mediados de julio de 2023 se lleve a cabo el Encuentro de Patuaparlantes de Venezuela y el Caribe. Este evento contará con la presencia de profesores y amigos de Santa Lucía, Trinidad y Tobago, Guadalupe, Dominica, Paria y Caracas, quienes irán a la tierra callaoense a compartir experiencias con cultores y docentes.

Actualmente El Callao enfrenta otra migración, esta vez desde regiones cercanas y distantes de Venezuela, motivada por las actividades económicas en los yacimientos auríferos del Arco Minero del Orinoco.

Actualmente la población callaoense alcanza los 80 mil habitantes y han surgido al menos 21 nuevas invasiones levantadas en los últimos cuatro años, lo que implica 263% de crecimiento demográfico en comparación con el censo de 2011, realizado por el Instituto Nacional de Estadísticas.

La migración consecuencia de la explotación del Arco Minero del Orinoco podría generar que las tradiciones, idiomas, culturas e idiosincrasia que han identificado al pueblo callaoense desde su origen, puedan irse perdiendo si no se realizan actividades que las afiancen en las nuevas generaciones.

                              La nueva ola migratoria a El Callao podría afectar la historia cultural ancestral del pueblo