La surcoreana Parasite es la primera en la historia de los Oscar que logra llevarse los premios a Mejor Película y Mejor Película Extranjera.
El apabullante ejercicio cinematográfico que Sam Mendes realizó en 1917 llegó a la gala con el áurea de favorita pero se tuvo que rendir al fenómeno de Parasite, aplaudida unánimemente por crítica y público desde que se estrenó en el Festival de Cannes, donde se llevó la Palma de Oro.
Una historia que es una comedia, un thriller, un drama y una durísima crítica social y que ha conquistado a los públicos de todo el mundo desde su universo local y completamente universal.
En Estados Unidos se convirtió en todo un fenómeno. Se daba por seguro que ganaría el Óscar a mejor película internacional -por encima de «Dolor y gloria», de Pedro Almodóvar-, como así fue.
También se esperaba que se llevara el premio a mejor guion original, como así fue. E incluso no se descartaba que ganara el de mejor director, que arrebató a Mendes, que también hubiera sido un justo vencedor.
Pero aunque muchos lo deseaban, muy pocos esperaban que se hiciera con el premio gordo de la noche, pero lo consiguió.
Bong Joon-ho ovacionado
El anuncio del Oscar a mejor director para Bong Joon-ho recibió una enorme ovación, pero fue superada por la que le dieron cuando volvió a subir al escenario a recoger el premio de mejor película.
El Dolby Theatre se caía literalmente y se rendía ante un realizador emocionado y feliz. «Siento que un momento muy oportuno en la historia está sucediendo ahora mismo», dijo al recoger el Oscar la productora Sin-ae Kwak.
Parasite es la primera cinta de habla no inglesa en alzarse con el premio en la categoría de Mejor Película |
Y es así porque la victoria de Parasite, la primera película surcoreana nominada a los Oscar, supone una ruptura total en la tradición de los premios. La Academia se había mostrado siempre reacio a dar su premio gordo a un filme que no fuera estadounidense, o como mucho británico.
Diez grandes filmes antes de Parasite vivieron esa doble nominación, pero ninguno logró el doble premio: Grand Illusion, en 1939; Z, 1969; The Emigrant, 1972; Cries and Whispers, 1973; Il Postino, 1995; Life is Beautiful, 1998; Couching Tiger, Hidden Dragon, 2000; Letter fron two Jima, 2006; Amour, 2012, y Roma, 2018.
Edición con poca reivindicación
Todas las sorpresas de la noche se agotaron con Parasite porque el resto de la gala cumplió estrictamente un guión marcado y del que no se salieron ni los discursos, poco emotivos y aún menos reivindicativos.
El único que sí aprovechó al recoger su premio para lanzar un mensaje político fue Joaquin Phoenix. El actor se llevó, como estaba previsto, el premio a mejor actor por su interpretación en Joker.
«Creo que si hablamos de la desigualdad de género, del racismo, los derechos queer, de las personas indígenas o de los animales, estamos hablando de la lucha contra la injusticia», afirmó Phoenix, un incansable activista medioambiental.
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«Estamos hablando de la lucha contra la creencia de que una nación, un pueblo, una raza, un género o una especie tiene el derecho de dominar, controlar, usar y explotar al otro con impunidad», añadió. El actor, además, se acordó sobre el escenario de su hermano River Phoenix (1970-1993).
Junto al actor hubo una actriz que llegó con un mensaje muy claro para lanzar en los Oscar. Natalie Portman se paseó por la alfombra roja con una capa en cuyo borde aparecían bordados los apellidos de ocho realizadores que, en su opinión, hicieron trabajos excelentes por los que deberían haber sido reconocidos.
Se trata de Lorene Scafaria, Lulu Wang, Greta Gerwig, Marielle Heller, Melina Matsoukas, Alma Har’el, Celine Sciamma y Mati Diop.
En interpretación se cumplieron los pronósticos
En el resto de las categorías de interpretación también se cumplieron estrictamente los pronósticos.
Renée Zelwegger subió como se esperaba a recoger el Oscar por dar vida a Judy Garland en Judy, lo que supuso su regreso a lo grande tras unos años complicados. Se llevó su segunda estatuilla tras la que logró por Cold Mountain (2004).
Igualmente en las categorías de secundarios, Brad Pitt se llevó su segundo Oscar -aunque el primero fue como productor de 12 Years a Slave– por su papel en Once Upon a Time… in Hollywood, un trabajo por el que también ganó el Globo de Oro y el Bafta.
Laura Dern repitió trayectoria de premios por su abogada de Historia de un matrimonio. La actriz consiguió el primer Oscar de su carrera y lo dedicó, muy emocionada, a sus padres, Diane Ladd y Bruce Dern.
Latinos sin premios
Llegaron a la gala con muchas nominaciones y en categorías importantes, pero los latinos se fueron con las manos vacías del Dolby Theater.
Como se preveía, Dolor y gloria, de Pedro Almodóvar, perdió en la categoría de mejor película internacional frente a los Parasite, de Bong Joon-ho. Y Antonio Banderas no tuvo ninguna opción frente a la tremenda interpretación del Joker de Joaquin Phoenix.
La presentación de Eminem fue la otra grata sorpresa en la gala de los premios Oscars |
Sí hubo decepción en la categoría de animación, donde la española Klaus llegaba como favorita de la noche. Sin embargo, el premio fue finalmente para Toy Story 4.
Los argentinos Pablo Helman, Leandro Estebecorena y Nelson Sepúlveda junto al francés Stephane Grabli estaban nominados por su labor en The Irishman pero perdieron frente a 1917. Esta misma disputa que se produjo en dirección de Fotografía, con el mexicano Rodrigo Prieto batido por Roger Deakins.
Tampoco hubo suerte para la brasileña Petra Costa, cuyo documental The Edge of Democracy fue batido por American Factory. Y la mexicana Mayes C. Rubeo se quedó a las puertas del Oscar a mejor vestuario por Jojo Rabbit, que ganó Jacqueline Durran por Little Women.
Gala llena de música
Se esperaba mucha música en la gala, pero hubo incluso más, como la actuación por sorpresa de Eminem, que fue muy aplaudida. Sin embargo, no se entendió muy bien porque cantó un tema con unos cuantos años, el 8 mile que compuso para la película homónima de 2002.
La joven Billie Eillish llegó a la gala como la gran atracción de la noche tras ganar cinco Premios Grammy. La cantante no defraudó con una sentida versión del Yesterday de The Beatles para recordar a los fallecidos del mundo cinematográfico en el último año, incluidos Kirk Douglas y Kobe Bryant, ganador de un Oscar por un cortometraje de animación.
Y para defender las cinco canciones nominadas, la Academia de Hollywood realizó un espectacular despliegue.
Elton John, con unas de sus características gafas de sol y sentado a un piano rojo, interpretó (I’m gonna) love me again, de la película Rocketman; Cynthia Erivo emocionó con Stand Up, de Harriet; Randy Newman puso el toque naif con I can’t let you throw yourself away, de Toy Story 4, y la actriz Chrissy Metz sorprendió al cantar I’m standing with you, de Breakthrough.
El momento más holywoodiense fue cuando once cantantes de diferentes países se unieron para cantar Into the Unknown, canción nominada de Frozen 2. Con una estética propia de las películas de Disney, Idina Menzel encabezó la actuación. También participaron la española Gisela y la mexicana Carmen Sarahí -que cantaron en castellano y español, según la academia estadounidense.