El pasado 3 de marzo se inauguraron dos exposiciones en el centro cultural de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), en Caracas, sobre la cultura ancestral de Amazonas y Bolívar, donde se incluye Orinoko. Serpiente enrollada, del guayanés Régulo Pérez.
Orinoko. Serpiente enrollada suma un total de 40 piezas realizadas por el pintor entre 1968 y 2023, en las que representa la flora y fauna de Caicara del Orinoco, su tierra natal, a través del dibujo, la escultura y la pintura.
La exposición recibe a los visitantes con un mural que pintó precisamente para esta exposición, alusivo al significado de Orinoko. Serpiente enrollada.

“Nací en el Orinoco, y su traducción en lengua aborigen es serpiente enrollada. De niño me dediqué a dibujar muchas cosas, hacía caricaturas. El río no lo dibujé porque no era el caso, pero luego vine a Caracas a estudiar pintura, después fue que pinté el Orinoco desde el Delta hasta Puerto Ayacucho. Yo interpreto el río, no lo copio, recreo las imágenes de nuevo a mi manera”, comentó Régulo Pérez a Correo del Caroní.
El espacio brindado por la UCAB, que viene apoyando a las artes plásticas con otras exposiciones, ha permitido dar vida al arte en un contexto difícil para este movimiento, como “museos cerrados, en abandono o sin ninguna actividad. La universidad ha tomado el mando y los artistas son los mejores del momento”, así lo considera Pérez.
Para él, la vida y el arte van de la mano. Recuerda que dibuja desde los cinco años, como todo niño, que cuando crece y tiene condiciones y vocación, busca formarse.
“Eso pasó conmigo. Allá (Caicara del Orinoco) no había escuelas de arte, ni siquiera la tiza de colores cuando yo era un niño. En Ciudad Bolívar tampoco había escuela de pintura, había una señora esposa del director de la banda municipal que enseñaba. Llegué a Caracas en 1945 para estudiar pintura”, recuerda.
Desde entonces comenzó una larga trayectoria que le ha dado incontables satisfacciones hasta el día de hoy; tantas que no define una como más especial que otra.
“Han sido muchas satisfacciones, son tantas. Cuando terminas un cuadro pero vuelves a empezar otro, a los 21 años me gané un premio Arturo Michelena. Cada cosa es una satisfacción. Fui a Moscú y estuve con todos los pintores del mundo”, destaca Pérez como parte de las satisfacciones que le ha brindado el arte de la pintura.
Y aunque estuvo por 10 años viviendo en Europa, Régulo Pérez decidió regresar a su país natal. “Hay pintores por todo el mundo, pero yo no me voy, yo me quedo aquí”, afirma.
El río y la serpiente
El curador Humberto Valdivieso definió el Orinoko como un río y una serpiente, un lugar donde se rema y un caudal de leyendas. Lo compara como “un recorrido y un animal que serpentea a través de la selva. También es un universo de palabras, imágenes y sonidos”.

Valdivieso comparó la faena de los navegantes de estas aguas con la de un artista que relata historias y hace poesías, con palabras e imágenes. “De ahí que, remero y artista, cauce y obra sean equivalentes”.
Sobre las obras de Pérez, el curador destaca que “sus imágenes contienen el movimiento del agua, el ritmo de las estelas dejadas por las canoas, la forma sinuosa de las orillas y la vibración sonora de los rugidos, cantos y graznidos de todos los animales de la selva. Y al pasar de los años, de tanto ir y venir por el paisaje, ese río-serpiente-relato termina enrollado en su alma de tanto contar, describir, recordar, pintar, dibujar, metaforizar e imaginar. La navegación a remo, el dibujo y la escritura dejan entonces de ser un ejercicio y se convierten en una poética de aquel espacio. Es lo que ocurre con el maestro Régulo Pérez”.
A su descripción agregó que “los trabajos expuestos aquí no son testimonios de la vida cotidiana en el río sino consecuencias de haber remado por años en las aguas maravillosas de esa serpiente enrollada en lo más hondo del alma del artista. De ahí la arriesgada atmósfera escenográfica, el cromatismo technicolor de las pinturas y la línea expresionista del dibujo”.
Trayectoria de Régulo Pérez
Régulo Pérez nació en 1929 en Caicara del Orinoco, estado Bolívar. En 1945 viajó a Caracas para comenzar su formación profesional artística en la Escuela de Artes Plásticas Cristóbal Rojas, donde destacó su participación en el Taller Libre de Arte de Caracas (1948).
Para 1950 viaja a Italia y en 1952 a París, donde estudió pintura mural y litografía en la Escuela de Bellas Artes. En 1955 representó a Venezuela en la III Bienal de Sao Paulo y en la Bienal de Venecia en 1958 y 1980. En 1972 participó en el Encuentro Plástico Latinoamericano en la Casa de las Américas, en La Habana, Cuba. Luego, en 1986, participó en el Festival de Artes Plásticas de Bagdad, Irak, y en 1987 realizó una gira para mostrar Retratos Hablados del Libertador en países como Surinam, Guyana, Jamaica, Curazao, Aruba y Haití.
Entre sus ilustraciones de libros destacan De ciertos Animales Criollos y Los puntos cardinales y Juan de Cumarebo de Josefina Urdaneta. Para 1992 vino la edición Orinoco, irónico y onírico, editado por la Academia Nacional de la Historia.
