lunes, 10 febrero 2025
Search
Close this search box.
Search
Close this search box.

Carlos Linares: “No todo comunicador social es músico, pero todo músico es comunicador social”

Sincrético cuanto menos, el músico guayanés repasa su salto de lo tradicional venezolano al globalismo pop, amalgama que presenta en la agenda de conciertos que le ha permitido el contacto con el público, experiencia que desde niño añoraba en su natal Puerto Ordaz.

@francescadíazm

Música tradicional venezolana, pop y rock pesado son algunas de las melodías que han marcado la vida del guayanés Carlos Linares. Hijo de padres sucrenses y, como él, músicos, afirma que no había manera de que su historia no estuviese ligada con esa afición que caracteriza a todo su núcleo familiar.

Cuando se le pregunta a qué edad empezó a interesarse por la música, responde que a los tres años, ya que a esta edad sus papás recorrían las calles haciéndole tararear ritmos tradicionales venezolanos, estilo en el cual se desarrolló y disfrutó hasta los 14 años, cuando viró hacia el pop y el rock.

No recuerda sus años de adolescencia con mucho optimismo, por el contrario, se evoca a sí mismo como un joven disperso, no obstante, su pasión por la música lo acompañó durante su juventud cuando se sintió atraído por cantantes como Michael Jackson, Hilary Duff y Tatto. El pop se convirtió en el escape que utilizó en sus años de bachillerato, aunque, alerta, no se encasilla en ningún estilo.

Comunicador social y músico 

Linares egresó de la sede de Guayana de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) como licenciado en comunicación social. Una vez graduado, allí también fue docente de música y comunicación. En sus palabras no considera correcto que esta cátedra figure como electiva, por el contrario, aduce que debería ser obligatoria para cualquier aspirante a comunicador.

Comunicación social te da herramientas para producir eventos, ser diverso, interactivo. La música es mi principal ingreso, no me estoy dedicando a la comunicación en este momento, pero mi comunicación es a través de la música que también considero un medio”

– ¿Por qué decidiste estudiar comunicación y no música? 

– Yo no iba a estudiar comunicación, sino directamente música. Mis padres fueron sabios y no me dejaron venirme a Caracas en primera instancia porque yo no estaba listo. No era lo suficientemente maduro para venirme a estudiar música. Yo quería estudiar en Unearte, pero el asunto de las universidades públicas es algo bastante sabido y conocido. Muchos de mis amigos que estudiaron allí no se graduaron. El guitarrista de Colibrí (su banda) estaba estudiando allí y se tuvo que retirar e igualmente está ejerciendo. Estudiar comunicación social me hizo un músico más completo a la hora de relacionarme y formarme como un entretenedor. Comunicación social te da herramientas para producir eventos, ser diverso, interactivo. La música es mi principal ingreso, no me estoy dedicando a la comunicación en este momento, pero mi comunicación es a través de la música que también considero un medio. No todos los comunicadores sociales son músicos, pero todos los músicos son comunicadores sociales.

– Tu madre es docente y tú diste clases en la UCAB Guayana de música y comunicación. ¿Cómo viviste esa etapa de profesor? 

Mi experiencia como docente en la Católica es algo que añoro mucho. A veces todavía hablo como si diera clases en la universidad al punto que me hizo volverme docente. Siento que la comunicación me preparó para preparar a otros e impartir conocimientos. Di clases tres semestres consecutivos. Yo siento que música y comunicación es una materia que todo comunicador debería ver, no la considero una electiva, sino una materia que debería ser obligatoria.

Colibrí guayanés 

Linares comenzó en 2015 con su carrera como solista. Si bien inició en Guayana, siempre tuvo intenciones de mudarse a Caracas. Fundó Colibrí en los años siguientes, una banda que él prefiere llamar bandada. Actualmente el grupo está desarrollando una gira nacional junto a Euforia Rock Sinfónico, una agrupación musical cuya gira se denomina Queen Sinfónico.

“Es lamentable estar en una ciudad que no le preocupa que se mantengan estas agendas y se creen talentos de exportación” | Fotos cortesía Carlos Linares

Esta gira ha permitido que la “bandada” llegue a Valencia, Maracay, San Fernando de Apure, Barquisimeto y Maracaibo. Considera esto uno de los hitos más importantes de la trayectoria artística del grupo. Asimismo, durante la pandemia, Linares dirigió la iniciativa de Oro y cristal, una canción que fusiona dos éxitos de Colibrí en la que se reunió a 100 músicos venezolanos alrededor del mundo para tocar juntos de manera virtual, entre ellos Miguel Siso, Leonardo Jaramillo, Kelly Abarca y Katherine Coll.

El músico confirmó que están preparando un relanzamiento para su proyecto musical, ya que tras dos años de pandemia es necesario seguir promoviendo la imagen del grupo.

– ¿Cómo fue la formación de Colibrí? ¿Cuál fue el hito que te hizo desear crear esta agrupación?

 – Yo arranqué como solista abriéndole a Boston Rex y Tomates Fritos en el ciclo de cantautores de Cultura Chacao. Esa fue mi primera presentación en Caracas. Ya para la segunda vez armé un grupo que me acompañara y de allí nació Colibrí. Inicialmente éramos solo tres personas, de allí el grupo se fue expandiendo. Nos mudamos a Caracas y movimos todos los esfuerzos aquí. No hemos tenido un relanzamiento después de la pandemia, pero eso está en planes. Estamos esperando a tener todo listo para venderlo.

El estilo de Colibrí es muy flexible y líquido. Creo que como compositor uno de mis deseos es escribir todo tipo de música, ya que yo escucho de todo. Es más factible abarcar la mayor cantidad de géneros y audiencia posible. Por elección y vocación mi género es el rock, pero también consumo electrónico. Brincamos un poco de una cosa a otra.

– ¿Cuál ha sido el momento más gratificante de tu vida artística? 

– Han sido muchos. Hay demasiados. Ahorita estoy viviendo uno porque ando de gira con Queen Sinfónico. Es un placer conocer teatros nuevos, tocar para gente que no me conoce y tocar el repertorio de mi banda favorita cuenta como un granito. También haber estado en el Festival Nuevas Bandas y ganar mención especial, y que todos los años sigo participando como invitado especial. Las sesiones Desde el Nido, que las hicimos en pandemia, que lo logramos con 111 personas y agrupaciones. Eso tuvo un gran mérito para mí. Lo de Karina, que fue un boom en redes sociales. Para mí, el techo se va volviendo cada vez más hacia arriba. Uno no llega a un nivel total de satisfacción, siempre vamos reajustando cuál es nuestro tope.

La escasez también es cultural 

El músico aseveró que Guayana está llena de talentos, no obstante, lamenta la falta de una red de apoyo en la ciudad para promover las artes y otorgar oportunidades a los jóvenes que desean incursionar en la música, la cual ha definido en otras oportunidades como una carrera compleja que exige disciplina y constancia para alcanzar los objetivos.

– ¿Consideras que hay suficientes iniciativas culturales en Guayana? 

“Nuestra agenda no debería ser copiar cosas de otro país, ya que nosotros tenemos un contexto de tensión y debate muy forzado”

– Mira, iniciativas culturales en Guayana siempre han existido. Lo triste es que no existe suficiente demanda de sitios, teatros, locales, espacios… que reciban y ayuden a que estas personas se establezcan. Faltan puntos de cultura que permita a los artistas hacer música en la ciudad. Ahorita hay una movida, muchos locales nocturnos están manteniendo vivas esas oportunidades. Hay muchos espacios que se han hecho y quedado inconclusos, por ejemplo, el teatro del Orinokia que nunca se terminó, el teatro del Loyola responde a intereses privados y no todo el mundo tiene acceso a eso. No tenemos tampoco un sistema de transporte público que permita que la gente pueda llegar al Teatro La Barraca en San Félix. La misma crisis ha impedido muchas cosas. Los artistas que queremos vivir de nuestro arte hemos tenido que migrar a la capital donde hay un sistema mediático y artístico. Es lamentable estar en una ciudad que no le preocupa que se mantengan estas agendas y se creen talentos de exportación, personas competentes que puedan posicionarse al igual que un artista de la capital. Hay muchísimo talento en Puerto Ordaz, pero no hay un sistema que los abarque como lo merecen.

– ¿Qué políticas gubernamentales conoces de otros países que te gustaría implementar en Venezuela para potenciar la cultura? 

– Creo que estamos en un momento positivo. Hace más de 20 años que no veíamos que vinieran tantos artistas a Venezuela. Cualquier persona que vive en este país entiende que el ciudadano no tiene para comprar una entrada de 7 mil dólares para asistir a un concierto de Wisin & Yandel, el ciudadano no tiene eso. Ya sabemos quiénes son las personas que invierten y tienen para difundir estos eventos. Políticas gubernamentales ya se están implementando y se evidencia en esa cantidad de conciertos desde Christian Castro hasta Reik. Hay movida musical, están visitando incluso ciudades del interior. Pero creo que la inquietud y la necesidad debe ser iniciativa del ciudadano común, sistemas independientes, productores que se interesen por el artista nacional. Ese compromiso de asistir y formar parte del motor cultural de mi ciudad, falta ese sentido de pertenencia. Nuestra agenda no debería ser copiar cosas de otro país, ya que nosotros tenemos un contexto de tensión y debate muy forzado. Es cuesta arriba, eso no se ha aliviado todavía. Pese a que las personas ya no quieran hablar del padecer político, social, económico y que se hayan acostumbrado a abortar toda información que les disguste.