A través de un comunicado que dio a conocer este 26 de julio, el cardenal Baltazar Porras, arzobispo de Caracas, confirmó la expulsión como sacerdote a Enrique Kike Antonio Alaña Morillo, quien se venía desempeñando como párroco de Cumbres de Curumo.
En la comunicación, el alto jerarca de la Iglesia Católica exhorta a los obispos auxiliares, los vicarios episcopales, los sacerdotes de la jurisdicción, “y a todos los fieles que peregrinan en la Arquidiócesis de Caracas” ponerse en conocimiento de esta decisión.
Explica Porras que para llegar a una decisión de esta magnitud hubo “una investigación previa a tenor del canon 1717 y, luego, por mandato de la santa sede, Roma, habiéndose cumplido un proceso administrativo penal (interno) de la Iglesia Católica, según lo previsto en el canon 1720 del Derecho Canónico”, se determinó que había causales suficientes y verificadas para concluir que Alaña ya no era meritorio de seguir ostentando la condición sacerdotal católica.
Aunque no especifican las irregularidades en las que habría incurrido Alaña Morillo en su ejercicio ministerial. Extraoficialmente se conoció que sobre él pesaban señalamientos de presunto abuso sexual.